Revista Libros
Las aventuras, y más desventuras, de un joven que se toma las vacaciones antes de tiempo para disfrutar, y sufrir, de NY.
Esperaba algo más de este clásico. Entiendo perfectamente la repercusión que ha tenido, se entiende desde la primera hoja. Estando en primera persona y con el lenguaje cercano, tirando a chabacano, normal que para la época supusiera tanta controversia.
Es difícil reseñar este libro, así que voy a intentar hacerlo desde el punto de vista literario y universal. Se me han hecho repetitivas muchas expresiones que utiliza: "Me da mucha pena", "es graciosisimo", "de verdad", "os lo juro"... La reiteración le da el toque aniñado que tiene el protagonista, pero para mí, al usarlas tantísimo perjudica al contenido en sí. Esos ejemplos tan particulares de la vida cotidiana en los que repara Holden.
Conceptualmente hablando es un buen libro. Lo he cerrado y he pensado, joder no estoy haciendo las cosas con sinceridad, me voy. Claro que luego nuestro protagonista apechuga siguiendo con su vida, preso como todos del sistema.
Por eso es trágico, porque con todas las personas con las que se topa durante su estancia en la gran ciudad le hacen ver todo lo que no quiere ser, pero le falta motivación, un rayo de luz... Me he sentido muy identificada con su hermana, Phoebe, cuando le dice "no te gusta nada", y es cierto está en una espiral de decepciones, de hastío y de negatividad.
Las personas con las que se cruza son esperpénticas, ya no ellas, sino las situaciones. Mi parte preferida del libro, además de la conversación con su hermana, es al principio, cuando está en el colegio y nos habla de su compañero Stradlater. Me parece la parte más natural y más fluida. Cuando se va a Nueva York desde la madre de su compañero que se cruza en el tren hasta las primeras chicas con las que trata en la sala de fiesta del hotel donde se hospeda, son situaciones… Iba a decir forzadas, pero no. Porque realmente él es quien da tanta relevancia a todos estos personajes.
El momento con la prostituta me parece un tanto surrealista. Entiendo ese cambio de parecer, unido a sus miedos, sus inseguridades... pero tengo la sensación que se pasa el libro juzgando y criticando a los de su alrededor cuando él no quiere participar en la vida, quiere huir a una casa en el bosque.
Los personajes, obviamente, son peculiares como poco (las más normales son las monjitas). Si tengo que dar el galardón de lo raro se lo daría a Mr. Antolini. Me ha encantado la charla trascendental y que le abra la puerta a las tantas de la madrugada (en mi mente no dejaba de ver a un Don Draper en miniatura), pero luego acabar como acaba la escena, me ha sorprendido. Y no voy a criticar más a Holden aunque lo haría gustosa.
Este libro es un must y te encuentras con dos caras. Por un lado entiendes a Holden y puedes pensar que lo único que le pasa es que no quiere ser como los demás, por otro le quieres matar por ser tan tajante y en ocasiones bipolar. Por un lado te ríes con sus ocurrencias y con su forma de hablar, y por el otro te da pena por rozar el patetismo al creerse tan incomprendido.
Lo recomiendo porque son pocas páginas, está bien escrito y nos transporta a esa época donde no todos triunfaban y era de color de rosa.
¡Juzga por ti mismo!