Título: El jardín olvidado
Autor: Kate Morton
Editorial: Suma de Letras
Año: 2010
ISBN: 9788483651568
Nº de páginas: 544
SINOPSIS: Lee la sinopsis de este libro pinchando AQUÍ
RESEÑA:
Hay libros que aparecen con tanta insistencia en tu vida que es imposible dejarlos pasar y eso es lo que me ocurrió hace algo más de un año con El jardín olvidado. La primera vez que vi su portada me llamó tanto la atención que se quedó grabada en mi memoria hasta el punto de que cuando Popular libros la escogió para su concurso "El especialista" no tuve ningún problema para adivinar que era el vestido de la niña lo que se escondía tras el minúsculo trozo que dan como pista. Así fue como conseguí mi primer libro a través de un sorteo, os podéis imaginar la ilusión que me hizo en su momento. Pero no sería el único ejemplar que ocuparía mis estanterías ya que me regalaron otro por Navidad y días después gané un lote de libros que también contenía este título. En unos dos meses tenía tres ejemplares de El jardín olvidado y aún así ha pasado más de un año hasta que por fin me he decidido a leerlo, no por falta de ganas si no todo lo contrario, sabía que me iba a gustar mucho y me daba un poco de pena leerlo y que se acabase esa ilusión que envuelve a cada libro nuevo. Gracias a la lectura conjunta que organizó María en su blog De todo un poco decidí que había llegado el momento, no podía tenerlo eternamente en la estantería sabiendo que escondía una historia que tan buenas críticas estaba consiguiendo.
El jardín olvidado entrelaza la historia a través tres hilos temporales.
Por un lado nos situamos en el año 2005 donde tras la muerte de su abuela Nell, Cassandra descubre el gran secreto que su familia ha estado ocultando: su abuela fue recogida siendo una niña en los muelles de Maryborrough, donde había sido abandonada junto con una maleta blanca como único equipaje. Son sus tías las que le cuentan que cuando Nell cumplió 21 años su padre le contó la verdad, revelación que destruyó la vida que había creado en esos años y la hizo perder su confianza e identidad, rompiendo incluso su compromiso de boda.Pero esta no es la única sorpresa que le espera a Cassandra, ya que a través del testamento descubre que su abuela la ha dejado en herencia una casa en Cornualles, Inglaterra. La maleta blanca es el único vínculo que Cassandra tiene de Nell con su pasado y tras examinar su contenido, un libro de cuentos, un boceto y un libro de ejercicios con anotaciones de Nell sobre la investigación para esclarecer su identidad, decide viajar a Cornualles para intentar desvelar los misterios que rodean el pasado de su abuela. Siguiendo esas únicas pistas conseguirá poco a poco descubrir la verdadera historia de su familia.
Este pasado es el que vamos descubriendo a través de una segunda narración que nos sitúa a principios del siglo XX donde conocemos a la familia real de Nell y los hechos que dieron lugar a su abandono en el barco que la llevó desde Inglaterra a Australia. La historia queda completa con la investigación que Nell realiza sobre sus raíces a mediados de los 70, cuando viaja a Blackhurst Manor en la costa de Cornualles, donde vivió la familia que Nell cree que es la suya, los Montrachet. Sin embargo, lo que encuentra no es suficiente para desvelar el misterio de su abandono y aunque toma la decisión de regresar e instalarse en Cornualles para seguir investigando, nunca llegará a llevar a cabo sus planes.
Este es el segundo libro que leo de esta autora y al igual que La casa de Riverton me ha encantado. Disfruto mucho con la forma de entretejer historias de Kate Morton, combinando narraciones en diferentes tiempos que poco a poco van dando forma a la historia y esclareciendo los hechos.La novela está muy bien escrita, con una prosa sencilla pero cuidada y abundantes descripciones. La historia transcurre pausadamente lo que no impide que la autora consiga mantener el interés del lector desde el principio, guiándolo por diferentes épocas y escenarios hasta llegar al desenlace.
El libro está dividido en tres partes más un epílogo final y a su vez cada una de estas partes está dividida en capítulos, la mayoría bastante cortos lo que aporta dinamismo a la lectura. Cada uno de los capítulos viene encabezado por la indicación del emplazamiento y el año, lo que ayuda a ubicar al lector en cada una de las historias. A pesar de que la acción transcurre en tres épocas distintas y continuamente hacia adelante y hacia atrás en el tiempo, toda la historia está perfectamente entramada y no provoca que el lector se pierda o se encuentre desorientado en ningún momento, sino todo lo contrario, sientes la necesidad de avanzar cada vez más en la lectura para descubrir más piezas de este puzle que da forma a la historia de la familia.
Todas las narraciones son en tercera persona aunque va cambiando la perspectiva dependiendo de la época en la que nos encontremos. En el año 2005 la acción está narrada desde la perspectiva de Cassandra, mientras que en los años 70 es Nell quien nos guía por las páginas y a principios del siglo XX la narración no se centra solo en una persona sino que la va combinando entre los personajes que tienen más peso en cada escena como pueden ser Eliza o Rose.
Otro recurso que sorprende relacionado con la estructura es que dentro de los capítulos se incluyen algunos de los cuentos que fueron escritos por la Autora, ocupando algunos varias páginas. Son cuentos infantiles que a mí personalmente me han recordado a los que leía cuando era niña y me han gustado mucho. Aportan un toque diferente a la narración, sacándote de la historia y trasladándote momentáneamente a un mundo de fantasía habitado por princesas, hadas, brujas y encantamientos.
Los personajes están bien perfilados, especialmente los femeninos y forman un conjunto de personalidades ricas en matices y muy diferenciadas entre sí. En general me han gustado todos, incluso los que podemos calificar como "malos" ya que son necesarios para que la trama se sustente y algunos son realmente destacables como Adeline, la madre de Rose, una mujer amargada, que gracias a su boda con Mountrachet ascendió socialmente y no está dispuesta a que nada le arrebate esta posición y por eso se vuelca en el amor y protección a su única hija, a la que educa estrictamente. Otro personaje que destacaría por su caracterización es Linus, un personaje ambiguo y misterioso, con una extraña relación con su hermana, cuya desaparición ha hecho que al igual que su esposa, a la que no ama, viva amargado y sumido en los recuerdos y fantasmas del pasado.
Respecto a los principales personajes femeninos, Eliza es la que destaca sobre todas las demás y personalmente la que más me ha gustado. Desde las primeras páginas, cuando aún es una niña, consigue llamar la atención por su carácter tierno y bondadoso, por ese amor profundo que tiene hacia su madre y su hermano, a los que cuida y protege aún sacrificándose ella misma y sobre todo por su enorme imaginación y capacidad para idear y contar historias. Esta imaginación la mantendrá a lo largo de toda su vida y a medida que avancemos en el tiempo descubriremos que es una joven alegre, optimista y llena de vida, a la que no le gusta seguir las normas marcadas por la sociedad y mucho menos las establecidas por su tía Adeline. Igualmente conservará siempre la necesidad de amar y proteger a sus seres más queridos, tras la muerte de su familia esta amor lo trasladará a su prima Rose, cuya felicidad y bienestar está por encima de todo lo demás para Eliza, incluso de ella misma.
Cassandra me ha parecido desde el principio una persona tierna y dulce, necesitada de cariño y un poco perdida, sin un rumbo fijo en su vida, envuelta en la nostalgia y atrapada por los tristes recuerdos de su pasado, de los que se va desprendiendo a medida que recupera el pasado de su abuela.
En contraste Nell es la más distante, necesitamos descubrir su historia para llegar a conocerla y entender su verdadero carácter, completamente diferente a la idea que nos habíamos hecho al principio de la novela, o al menos en mi caso ha sido así, me he ido encariñando con ella a medida que iba observando sus decisiones, las prioridades de su vida, sobre todo en lo relativo a su nieta Cassandra y conociendo sus sentimientos y reacciones ante el descubrimiento de que su familia la había abandonado.
Mención especial requiere la ambientación de la novela, muy lograda en todos los casos aunque me ha gustado mucho la de principios de siglo en la época victoriana. La novela transcurre en diferentes emplazamientos entre los que destacan Londres y Cornualles, ya que es ahí donde tiene lugar la mayor parte de la historia, tanto pasada como presente. Los emplazamientos están tan minuciosamente detallados que podemos hacernos una imagen de cada uno de ellos.
En la época pasada viajamos al Londres de 1900, con sus calles oscuras y cubiertas por la niebla, carruajes tirados por caballos y mansiones señoriales que contrastan con los barrios más pobres, donde encontramos niños huérfanos y pobres que intentan sobrevivir como pueden con lo que obtienen en las calles. En oposición a la pobreza que encontramos en la vida de Eliza en Londres, la mansión Blackhurst en Cornualles es todo lo contrario, una casa inmensa con múltiples habitaciones, servicio, rodeada por campos inmensos y cerca de uno de los muchos acantilados que destacan en la zona, donde sopla un viento fuerte del que es preciso protegerse buscando refugio, refugio que Eliza y su prima Rose encuentran en su jardín secreto, al fondo del laberinto. Este jardín ha sido el emplazamiento que más me ha gustado de todo el libro junto con la casita a la que se traslada Eliza, están tan maravillosamente descrito que es imposible no desear estar sentado en ese banco que ocupa el centro sintiendo los rayos del sol en la cara o contemplar el mar desde las ventanas de la cabaña en el borde del acantilado.
Pero no solo destacan las descripciones de paisajes sino que también refleja con precisión los modales de la época, la importancia de las apariencias y el status social, las fiestas de la alta sociedad, los pintores de la época, las relaciones con la nobleza e incluso las grandes travesías por mar que se convertían en competiciones para ver quien cruzaba el Atlántico en el menor tiempo posible.Aunque esta atmósfera es la que más llama la atención, también queda detallado en la época actual el paisaje y clima de Cornualles, con sus costas ventosas, sus campos y jardines verdes y frondosos que lo transforman en un emplazamiento tranquilo y acogedor.
Respecto al final del libro tengo que señalar que no me sorprendió, era el que me esperaba desde el principio. Aún así, es algo que me gusta mucho de Kate Morton, consigue mantener el interés del lector a pesar de intuir el final, ya que no tienes la certeza de que va a ser así, siempre hay hechos o datos que te hacen cuestionarte si estás en lo cierto en tu idea, lo mismo me ocurrió con La casa de Riverton.
En conclusión, El jardín olvidado es una novela cautivadora que destaca por sus personajes y estructura, en la que se combina la narración en tres periodos diferentes en los que vamos descubriendo la historia de la familia, una historia llena de secretos ocultos, amor y sacrificio. Un libro imprescindible para los amantes de las historias familiares, si estáis apuntados al desafío de sagas familiares y no lo habéis leído, no debería faltar en vuestra lista.
FUENTES: el propio libro, imagen autora http://www.sumadeletras.com/es/autor/kate-morton/
imagen Cornualles http://www.absolutinglaterra.com/las-mas-bellas-costas-de-inglaterra-cornualles/