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Reseña: El Lector, de Bernhard Schlink. «Una novela que no se lee, se vive »

Publicado el 31 enero 2014 por Mientraslees
Reseña: El Lector, de Bernhard Schlink. «Una novela que no se lee, se vive »Reseña: El Lector, de Bernhard Schlink. «Una novela que no se lee, se vive »
Hoy os traigo un libro que robó mi corazón antes de leerlo. Se trata de El lector, del juez alemán Bernhard Schlink y que trata de una forma diferente el holocausto perpetrado en la Alemania nazi.
Reseña: El Lector, de Bernhard Schlink. «Una novela que no se lee, se vive »
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Un adolescente conoce a una mujer madura con la que inicia una relación amorosa. Antes de acostarse juntos, ella siempre le pide que le lea fragmentos de Goethe, Schiller& hasta que un día ella desaparece. Siete años después, el joven, que estudia derecho, acude al juicio de cinco mujeres acusadas de crímenes nazis y descubre que una de ellas es su antigua amante. Una deslumbrante novela sobre el amor, la culpa, el horror y la piedad.
Reseña: El Lector, de Bernhard Schlink. «Una novela que no se lee, se vive »Diciembre, 2013Reseña: El Lector, de Bernhard Schlink. «Una novela que no se lee, se vive » 216 ppReseña: El Lector, de Bernhard Schlink. «Una novela que no se lee, se vive » 10.00 € Reseña: El Lector, de Bernhard Schlink. «Una novela que no se lee, se vive » 978-84-339-6126-6

“Bernhard Schlink se aleja de los dramatismos y el morbo y nos enseña los entresijos de la mente humana con una historia sencilla que logra dejarnos con la boca abierta”Cuando digo que este libro robó mi corazón mucho antes de leerlo, hago referencia a la magistral adaptación de Stephen Daldry, que llevó a Kate Winslet a ganarse un merecido Oscar como mejor actriz. Cuando vi esta película en VOSE creí que moriría. En mi pecho se acumularon miles de sentimientos contradictorios y sé, con certeza, que me enamoré de Hanna, la protagonista absoluta de esta historia.
Años más tarde, tuve la oportunidad de leer El Lector, la novela que dio vida al increíble guión de la película. La oportunidad me la brindó Anagrama, cuando sacaban su edición limitada de grandes –pero desconocidos- clásicos de la literatura universal. Y aquí estoy, dispuesto a luchar con uñas y dientes para que al menos uno de vosotros le dé una oportunidad a esta MARAVILLOSA historia.
Es el año 1958. La guerra ya ha acabado pero Alemania está viviendo el proceso de derrota, la posguerra. Un joven de 15 años llamado Michael Berg se encuentra indispuesto y una desconocida, de mirada fría y gestos bruscos, es la única que se acerca para ayudarlo. Ese día, Michael miraría a los ojos a la que se convertiría en su primer amor. Cayendo enfermo de hepatitis, Michael se recupera meses después pero no es capaz de olvidarse de aquella mujer que le prestó su auxilio. Con valor, se arriesga a visitar otra vez la calle donde la vio por primera vez para volver a encontrarla. Hasta que lo consigue. Ella se llama Hanna y es supervisora en el tranvía local. Hanna es mucho mayor que Michael pero ambos se entrelazan en una apasionada historia de amor donde la literatura es la condición, el beso que cierra el trato. Hanna le pide a Michael que le lea en voz alta cada vez que se disponen a hacer el amor y entre gemidos y recitales de grandes clásicos de la literatura universal, el verano pasa plácidamente. Hasta que un día Hanna desaparece de la vida de Michael sin dar explicaciones, dejándolo desolado, abandonado y desesperado.
Así es como comienza esta novela. No os equivoquéis: sólo os he contado las 10 primeras páginas y todo lo que viene es tremendamente diferente. Cuando Hanna desaparece de la vida de Michael, este trata de rehacer su vida. Comienza a estudiar Derecho y pasan los años. En concreto 7 años hasta que se vuelven a encontrar. Solo que la situación en la que eso sucede nos sorprende a todos.
Cuando nos damos cuenta de que El lector mezcla una hermosa historia de amor con las monstruosidades que sucedieron en la Alemania Nazi, caemos en la conclusión de que estamos leyendo una obra maestra. Bernhard Schlink se aleja de los dramatismos y el morbo y nos enseña los entresijos de la mente humana con una historia sencilla que logra dejarnos con la boca abierta. Su estilo, duro, seco y sin florituras, de diálogo certero y corto, hacen las delicias de todo tipo de lectores, tanto avezados como primerizos, dejando a El lector al alcance de cualquiera, dispuesto a que paladares inexpertos experimenten el placer de la grandeza.
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“Bernhard Schlink te invita a la reflexión profunda y te sorprendes y hasta te horrorizas de lo que es capaz de hacerte sentir.”Aparte de las preguntas sin respuesta (porque yo no tengo respuesta) y los dilemas morales que nos propone el autor en esta exquisita novela, también nos encontraremos de lleno con uno de los romances más increíbles que he tenido la suerte de leer. Hanna es una mujer que me enamora, me enamora hasta tal punto que, cuando me enteré de los horrores en los que participó, con ojos fríos y tristes, me sentí romper por dentro, tal y como Michael, yo también me derrumbé. Amábamos a un monstruo. Amábamos a un ser despreciable. ¿Por qué eso es lo que era Hanna, verdad? Sí, no hay grises en esta escala, es blanco o negro. ¿O no? Pero la amaba. La amábamos aún a pesar de todo. Y nos sentíamos sucios y violados por amarla.
¿Cómo amar a un monstruo? Eso me convertía en un monstruo como ella. Michael quería huir de juzgar a Hanna. Quería huir de aquel juicio donde se debatía entre salvarla y condenarla por sus horribles pecados. Cada persona tiene una parte oscura y una parte llena de luz. Hasta los criminales nazis. Es este el meollo del libro, no os confundáis. No estamos ante una novela de amor al uso; estamos ante un libro que sabe removerte por dentro y ponerte patas arriba todos los esquemas de “bien y mal”. A veces creemos que es fácil juzgar a alguien culpable. ¿Pero y si somos capaces de ver la luz que existe en el interior de esos monstruos?
Asistiremos al juicio interno de Michael y veremos cómo toma las decisiones que cree correctas. Y me sorprendí a mí mismo viendo que… ¡lo odiaba! Yo habría tomado todas las decisiones de forma diferente, y eso me convertía en más monstruo que Hanna, que Michael, que todos juntos. Pero soy consciente de que no habría podido evitarlo. Con todo esto, lo que os quiero transmitir es que “El lector” no se lee, se vive. Si os pasa como a mí, que me enamoré tanto o más que Michael, sufriréis. Lloraréis. Patearéis el libro, la película, al autor y a sus personajes. Lo viviréis tan intensamente que cuando acabéis de leer, sentiréis el horrible vacío de la pérdida.
Como recomendación final y arriesgándome a que me tiréis a la hoguera, os insto a ver primero la película de Stephen Daldry y luego a leer esta increíble historia. El motivo es simple: lo disfrutaréis aún más intensamente. Si os gusta la película, os gustará el libro (gustar no, os enamorará más, si eso es posible).
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  • Te gustará este libro si:
Si te gustan las grandes historias de amor, de amor más allá del propio amor. Si eres un fanático de los libros que giran alrededor del holocausto o si estás buscando emociones fuertes. Algo que realmente te haga despertar. Una palmada imprevista que te desconcierte. Si buscas eso, este es tu libro.
  • No te gustará este libro si:
Si te soy sincero, no creo que haya alguien al que no le pueda gustar este libro… Pero aléjate de él si tienes prejuicios. Guárdalo para más adelante, para cuando estés preparado. Así lo disfrutarás como se merece.
El lector es de esas novelas que se clavan en tu corazón. Que te dejan desnudo y que te demuestran que no sabes nada sobre el mundo; que lo que creías saber no sirve de nada, que las normas preestablecidas están ahí porque alguien te impidió que pensaras por ti mismo. Bernhard Schlink te invita a la reflexión profunda y te sorprendes y hasta te horrorizas de lo que es capaz de hacerte sentir. El lector es una novela que se saborea, que te rompe por dentro y que deja tus piezas sobre la mesa, revueltas. ¿Podrás recomponerte? El tiempo lo dirá.

Reseña: El Lector, de Bernhard Schlink. «Una novela que no se lee, se vive »

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DaichanEscrito por DaichanWeb personalTwitterCorreo electrónico
Daichan es un chico aficionado a la lectura desde que es joven, aunque confiesa haberse encontrado con serias dificultades para engancharse al bello arte de leer. Está estudiando Comercio Internacional y Psicología. Es el marido de Kanon y co-fundador de Mientras Lees.

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