La historia de Josh Bennett no es ningún secreto. Cada persona que ha amado ha sido arrancada de su vida, y a los diecisiete años no le queda nadie. Ahora lo único que quiere es estar solo. Y parece que la gente comprende que no necesita compañía. Todos excepto Nastya, la misteriosa chica nueva del instituto, que poco a poco irá acercándose a él. Pero cuanto más llega a conocerla, mayor es el enigma. A medida que su relación se intensifica, las preguntas sin respuesta salen a la luz y él comienza a preguntarse si alguna vez sabrá quién es Nastya en realidad, o incluso si quiere descubrirlo.
El mar de la Tranquilidad es una historia profunda y emotiva sobre el milagro de las segundas oportunidades. RESEÑA El mar de la tranquilidad es de ese tipo de libros que te llegan al corazón y se quedan ahí para siempre. En este libro he podido encontrar a los personajes más profundos, con sentimientos y reales que jamás he encontrado en otros libros. Simplemente es un libro que no voy a poder olvidar por todas las emociones que me ha hecho sentir mientras lo leía. Nastya es una chica de diecisiete años que se muda con su tía Margot a una nueva ciudad para empezar una nueva vida, alejada de todo y de todos. No sabemos el por qué de estas circunstancias, lo único que nos deja claro es que no querríamos que lo que le paso a ella nos pasara a cualquiera de nosotros. Y una cosa más: nuestra protagonista no habla. Al principio del libro, encontramos a una Nastya triste y desalentada, sin ganas ni pasión por vivir. Lo único que le importa es pasar desapercibida y que nadie la moleste. Ya ha sufrido bastante para toda una vida.
En realidad, morir no está tan mal cuando ya lo has hecho una vez.
Y yo lo he hecho.
Ya no tengo miedo de la muerte.
Tengo miedo de todo lo demás.
Cuando comencé a leer el libro, pensé que tener a una protagonista con esta actitud todo el rato sería un lastre. Sin embargo, la autora comienza a hacer maravillas con su pluma y cuando te has dado cuenta te encuentras identificándote con la protagonista. Además, la evolución de Nastya es increíble; poco a poco vas viendo cómo cambia y cómo ve las cosas de manera distinta, justo al mismo tiempo que el lector comienza a sospechar toda la trama del libro. Por otra parte, tenemos a Josh Bennett. Chico guapo, alto, responsable, sincero y amable. Problema: ha sufrido tanto como Nastya pero de manera distinta. Nastya solo quiere que todos la dejen tranquila y en paz. A Josh le han dejado todos sus seres queridos. Con este personaje he tenido mis más y mis menos; había veces en las que le quería dar patadas por imbécil, y otras en las que caería rendida a sus pies por ser tan sincero y real. Así que mi conclusión final respecto a él es que es como cualquier humano de este planeta y actúa como tal. Me encanta. No podía olvidarme de un personaje secundario no tan secundario como es Drew Leighton. Drew es la vívida personificación del humor en este libro y el detonante en la relación de nuestros personajes. Sin el carácter pillo y divertido de Drew, estoy segura que hubiera disfrutado menos de la mitad esta historia. El significado del amor en la novela es totalmente distinto al que estoy acostumbrada a leer en otras. Mientras que en algunos libros nos encontramos con que los protagonistas lo único que desean es proclamar su amor por todo lo alto y vivir felices para siempre, aquí Nastya y Josh rehúyen el amor porque no quieren hacerse daño el uno al otro. Es un punto de vista, dada la situación en la que viven, que me ha gustado mucho.
-A la gente le gusta decir que el amor es incondicional, pero no lo es, e incluso aunque fuera incondicional, sigue sin ser libre nunca. Siempre hay expectativas unidas a ello. Siempre quieren algo a cambio. Es como que quieren que seas feliz o lo que sea, y eso te convierte automáticamente en responsable de su felicidad, porque no serán felices a menos que tú lo seas. Se supone que tienes que ser quien piensan que se supone que tienes que ser, y sentir lo que piensan que se supone que tienes que sentir, porque te quieren, y cuando no puedes darles lo que quieres, se sienten como una mierda, así que tú te sientes como una mierda, y todo el mundo se siente como una mierda. Simplemente no quiero esa responsabilidad.
La pluma de Katja me ha enganchado totalmente: sencilla, pero elegante; entendible, pero profunda y ágil, pero lenta para entenderlo todo. El libro está lleno de pasajes tristes, dramáticos, profundos y reflexivos en los que Katja nos demuestra su gran habilidad con la escritura. Además, el libro está narrado desde los puntos de vista de los dos personajes respectivamente, con lo cual no tienes más remedio que caer en las redes de la prosa de la escritora. Conclusión: El mar de la tranquilidad es un libro que te abre las puertas a una realidad donde no todo es tan bonito como parece. Con unos protagonistas reales y profundos, y situaciones que te harán reflexionar y llorar, Katja nos explica cómo si se intenta con fuerza y actitud, las segundas oportunidades de la vida están a la vuelta de la esquina. Puntuación 5/5 *Muchas gracias a Plataforma Neo por el ejemplar*