Para algunos chiquillos, el verano no es sino un soleado periodo de diversión. Pero para Steve es una temporada más de preocupaciones. De angustia por su pequeño hermano recién nacido, quien lucha día a día por sobrevivir; de inquietud por sus padres, titubeantes y devastados ante la perspectiva de un futuro terrible; de insomnio ante la ominosa presencia de un avispero en el tejado de su casa. Así que, cuando la reina de las avispas anida en sus sueños, ofreciéndole allí sanación para su pequeño hermano, Steve mira en el suceso la solución a todos sus males. Lo único que tiene que hacer es aceptar, decir “sí”. Pero en esa palabra se esconde gran poder y peligro. Y una vez que se pronuncia, ¿será posible dar marcha atrás?OPINIÓN: Por alguna razón que no termino de asimilar, no ha sido lo que esperaba, y no es que haya tenido expectativas altas, porque no fue así, sino que no me terminó de cuadrar todo, siento que deja cavos sueltos y que si bien la extensión es suficiente, porque no es una historia larga ni demasiado complicada, sí queda debiendo al lector, por lo menos a mí. Una de las principales razones de esto, es que el protagonista siendo un niño tenía el poder de darle un toque de superación que no tiene, porque aunque sea un niño, puede demostrar que a esa edad también podemos ser grandes humanos, y es cierto que lo trata de demostrar, es uno de los principales mensajes del libro, aceptar y aceptarnos con errores y sin ellos, pero no lo sentí tan profundo como con otros libros, al terminarlo solo podía pensar que “ya fue” y nada más.
Lo que me ha gustado es cómo maneja el hecho de que una familia lidie con un problema de este tamaño, que provoca tanta desesperación e impotencia en los padres; así como el hecho de que el protagonista evolucione (por lo menos un poco) y acepte las cosas como son, sin querer el camino fácil. Una de las cosas más complicadas para un ser humano es ver a un ser querido sufrir, si no es que la principal razón de preocupación y tristeza, por lo que siempre me resulta muy útil e interesante ver cómo los autores manejan situaciones difíciles como esta, donde un personaje tiene problemas de salud y no solo él sufre, sino también las personas a su alrededor. Por este libro, quedé satisfecho dado que resulta real, los papás tratan de hacer las cosas lo mejor para su familia, pero como humanos también tienen límites, y se demuestra aquí cómo al llegar a éstos nos quebramos, por poco o mucho tiempo, la desesperación se desborda y no reaccionamos de la mejor manera.
Por otra parte, el autor introduce a unos seres representados como avispas, que llegan con una solución, ésta puede facilitar la vida de todos, pero la cuestión es ¿vale la pena? Con un toque oscuro y poco infantil, describe escenas en las que el protagonista tiene que tomar decisiones que empeorarán o solucionarán su situación. El encariñarte con una persona no depende de qué tan perfecto sea, sino en las pocas o muchas cosas buenas que demuestra y cómo lo hace, logrando con esos toques especiales conquistar el corazón de una persona.
Oppel pone entre la espada y la pared la moral y la consciencia del lector. ¿Qué es bueno y qué es malo? Aunque a veces conocemos los pros y los contras de una situación, no siempre es fácil tomar una decisión. ¿Qué es lo mejor para todos? Nadie tiene la última palabra.
El nido te enseña que nadie es perfecto, y que eso no es malo, al contrario, que debemos aceptarnos y aceptar a los demás con su lado bueno y malo, porque eso es lo que nos hace ser quienes somos y nos enseña cómo vivir y cómo luchar contra las adversidades. La perfección la desean quienes no pueden o no quieren superarse.
3/5
Editorial Océano de MéxicoFacebook | Twitter