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Reseña: El pais del fin del mundo

Publicado el 20 febrero 2013 por Librohoy @Librohoy

Hoy vamos a hablarles de uno de los libros del aclamado autor británico Terry Pratchett: El país del fin del mundo. Este libro pertenece a su conocida saga de Mundodisco. La reseña de hoy nos la trae una nueva colaboradora: Eva “Karmatrix”.

Reseña: El pais del fin del mundo

Es muy difícil hablar del título de este libro sin comprender parte del mundo maravilloso creado por Pratchett, un lugar donde la fantasía supera los estándares de la propia fantasía, y a pesar de ello, es tratada con un realismo casi pragmático. El Mundodisco consiste en una gigantesca tortuga, la Gran A’Tuin, que vaga por el espacio desde tiempos inmemoriales. Sobre su caparazón reposan cuatro gigantescos elefantes que a su vez sostienen el disco plano que es el mundo. Este libro transcurre la mayor parte del tiempo en uno de los continentes más cercanos al borde de este disco, donde el desgraciado protagonista, Rincewind, tendrá que sobrevivir.

Este best seller fue editado por primera vez en 1998, siendo una de las obras pertenecientes al trayecto final de su saga, aunque a día de hoy sigue siendo reeditado.

Antes de continuar hablando del libro en sí, se hace necesario explicar cómo es el autor de cuya mente salió un universo de fantasía de esta magnitud. Sir Terence David John Pratchett, nacido en Beaconsfield (Inglaterra) en 1948, es un escritor de fantasía y ficción, el segundo autor británico con más ventas después de J.K.Rowling. Actualmente vive cerca de Stonehenge con su esposa y su hija, también escritora. A los 11 años, Pratchett comenzó a estudiar en la escuela técnica de High Wycombe, donde publicó su primer relato dos años después. Orientó sus estudios al periodismo. No fue hasta 1983 cuando escribió su primera novela de Mundodisco: El Color de la Magia. Tres años después publicaría la continuación de este libro. Desde aquel momento no ha dejado de escribir, y no solo novelas de Mundodisco, sino escribir en general. Es un autor muy prolífico; ha escrito una gran cantidad de novelas en tiempo récord. Su mundo de fantasía es tan grande que dejarlo encerrado en una mente demasiado tiempo podría ser peligroso; supongo que por eso nos deleita cada poco tiempo con un nuevo y espectacular relato.

El autor sufre ahora mismo una extraña variedad de alzheimer, que él lo califica como un ‘golpe fantasma’ recibido en el pasado que ahora ha salido a la superficie. Pratchett afirma tomarse esta enfermedad con filosofía y optimismo.

Pero bueno, ya va siendo hora de volver a hablar del libro.

Como ya he mencionado, el Mundodisco es un mundo que incluso a los amantes de la fantasía épica nos resultaría demasiado fantasioso. Es como lo que los personajes de los mundos ficticios llamarían ‘extravagante’. Y a pesar de eso, todo está relatado con una sutileza, un cariño por cada palabra y a la vez una crítica tan ácida como la bilis de un basilisco. Humor inglés, podría decirse. Tras mucho tiempo deseando leer El color de la Magia, gracias a una avispada profesora que me mostró unos párrafos del famoso libro, comencé a sumergirme en el mundo de Pratchett hace relativamente poco, en primer lugar con Regimiento Monstruoso, otra de sus obras, y posteriormente, con la pequeña saga iniciada por su libro más famoso. Centrémonos en precisamente esa saga de libros, protagonizados por Rincewind, como es el caso de este título.

Rincewind es un mago patético. Tan patético que su mayor habilidad es correr y sobrevivir, y que tan solo anhela una vida total y completamente aburrida, sin sorpresas, sobresaltos ni aventuras. A pesar de todo, por suerte o desgracia, ha terminado apareciendo sin saber muy bien cómo o por qué en el Continente de EquisEquisEquisEquis, llamado así porque es como los marineros lo marcan en los mapas. Este lugar, de arena rojiza, calor y sequía que ‘evidentemente’ no tiene nada que ver con Australia, es totalmente contrario a la ciudad en la que Rincewind se ha criado: la apestosa y peligrosa Ankh-Morpork, la ciudad más antigua del Disco. Ahora, Rincewind tiene que lograr sobrevivir día a día en un mundo que no conoce ayudándose de sus escasos conocimientos del medio y de sus, más escasos aún, conocimientos de la magia. Todo esto, mientras los magos más importantes de la Universidad Invisible de la Magia lo buscan, ya que él es el único que posiblemente conozca información necesaria para salvar la vida del Bibliotecario de la Universidad, un Orangután. El problema es que Rincewind, rodeado de extraños conejos enormes con cola casi reptiliana llamados ‘canguros’, y de gente rara que afirma que su continente es el mejor lugar del mundo, tendrá que enfrentarse a su día a día entre delirios y hambre sin siquiera saber que por una vez es relativamente necesario para algo.

Por su parte, los magos, gracias un pequeño error de cálculo, terminan atrapados en una vorágine de acontecimientos más allá del espacio y del tiempo, que les demostrará lo inútiles que pueden llegar a ser (o que fueron) sin su magia, olvidando (¿o quizá recordando?) prácticamente lo que iban a buscar cuando su vida se pone (y se pondrá) en peligro cada dos minutos. O cada minuto y medio más bien. Así que con magos por un lado, Rincewind por otro, y un extraño ser llamado Equipaje, consistente en un baúl con patas buscando desesperadamente a su dueño, este libro promete arrancarnos una sonrisa mientras pasamos ávidamente sus páginas en busca de una explicación para todo lo que estamos viendo.

En todo caso, no es el primero (ni el último) de los libros de Mundodisco que leo y, aunque puede hacer las delicias de los que ya conocemos la literatura de Pratchett, podría afirmar que no es el mejor libro con el que empezar a empaparse de su mundo. Por un lado, es el penúltimo de la saga de Rincewind, y como es natural, merece la pena empezar por donde empiezan las cosas, así que es mejor leer en primer lugar El Color de la Magia. De otra forma, podríamos llegar a sentirnos desorientados en un mundo ya de por sí diferente a todo lo que podamos imaginar. Si no, es posible que no le encontremos el sentido a que Rincewind sea un cobarde que huye de todo, a que todos le falten un poquito al respeto al Archicanciller Mustrum Ridcully o a que el Equipaje tenga ese extraño instinto homicida digno de cualquier caja de madera que se precie.

Para todos aquellos que al leer esto crean que pueden encontrarse con un libro infantil o juvenil a lo Harry Potter, por favor, reléanlo porque no deben haber captado bien los pequeños sarcasmos. Precisamente en eso consiste, sarcasmos, indirectas y pequeños dardos a la sociedad elegantemente descritas de una forma que no puede ofender a nadie, y que nos hará, como mínimo, sonreír a cada página. Rincewind y Equipaje son solo dos entrañables personajes a los que es fácil pillarles mucho cariño tras leer varias de las novelas, una lectura obligatoria para cualquiera que se atreva a buscar algo diferente y a disfrutar de la fantasía en su máxima expansión, y sobre todo, que sea capaz de leer entre líneas para buscar el doble sentido a cada contexto, situación o frase.

Sin mucho más que añadir. Apenas he terminado este libro, así que voy a comenzar otro de la saga. Un saludo y hasta la próxima.


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