AUTOR: SEBASTIAN FITZEK
EDITORIAL: EDICIONES B
PÁGINAS: 400
SINOPSIS
Martin Schwartz, psicólogo de la policía, perdió hace cinco años a su mujer y a su hijo durante unas vacaciones en el crucero Sultan of the Seas. Nunca se supo con certeza lo ocurrido. Martin no ha logrado recuperarse y busca refugio en su trabajo como agente encubierto en operaciones suicidas.En el transcurso de una misión, recibe la llamada de una anciana dama algo extravagante, que se presenta como autora de novelas de suspense. La mujer afirma que existen pruebas relacionadas con la desaparición de la familia de Martin, y urge a este a que vuelva a embarcarse en el Sultan. Él, que había jurado no volver a poner un pie en un barco, acata sus indicaciones y se entera de que una niña desaparecida semanas atrás en el Sultan ha aparecido… con el osito de peluche del hijo de Martin bajo el brazo.Un crucero es una pequeña ciudad en la que todos los años desparecen decenas de pasajeros: el lugar para el crimen perfecto.
MI OPINIÓN
Sebastián Fitzek es uno de los escritores más completos y complejos que he leído y descubierto en el último tiempo. Sus libros, dentro del género terror/suspenso/thriller son un viaje sin retorno porque son muy adictivos, generando situaciones límites que parecen no tener solución pero que el autor resuelve con mucho nivel sin dejar cabos sueltos que luego el lector pueda recriminar. En este caso, me toca hablarles del último libro del autor editado en español, "El pasajero 23", y esta publicación no escapa a la grandeza del autor. La acción transcurre en un transatlántico de nombre "Sultan of the seas", donde lo que debería ser un viaje de placer será una pesadilla, especialmente para nuestro protagonista Martin Schwartz, que deberá volver a él para investigar extraños sucesos que pueden estar ligados al suicidio de su mujer y su hijo años antes en este mismo barco.Esta es la premisa inicial del libro, y es realmente genial. Un crucero es un lugar que se estima de placer y donde uno puede darse la buena vida, pero el autor nos muestra otra cara de la moneda, y nos sumerge al submundo de este tipo de viajes, y nos hace ver como un transatlántico de este nivel es una prácticamente una ciudad acuática, con una gran cantidad de puntos ciegos para ocultar verdades y secretos.En primer lugar, es importante hablar de los personajes y de cada linea argumental del libro. Por un lado está Martin, un policía con conocimientos de psicología, que perdió todo y ya no espera nada de la vida. Él, como todos los personajes elaborados por Fitzek, es un personaje tan maravilloso como oscuro, que carga una extrema melancolía y al cuál la vida prácticamente le da igual. Por otro lado, esta Anouk, la niña presuntamente muerta y desaparecida, que reaparece meses después en una cubierta, la médica del barco Elena y Daniel, el capitán del mismo. En base a estos personajes, y a muchos más que irán apareciendo la trama se abre por distintos caminos para, en el punto culmine, converger todas en el mismo lugar. Otra de las cosas que me fascinaron es todo lo referente a los cruceros y las desapariciones que en la vida real suelen ocurrir en los mismos. Nos basta con entrar a Google a hacer una búsqueda para entender más a fondo sobre lo que el autor esta escribiendo, y es muy aterrador encontrar hechos similares en la vida real que, por lo menos a mi, no se me había ocurrido que pudieran suceder realmente. Por eso, este plano real mezclado con la calidad del autor, hacen que el ambiente elegido para el transcurso de la historia, un barco en medio del océano, funcione al cien por cien y provoque una sensación de claustrofobia y desesperación espectacular.La trama, aparte de brillante, sigue la filosofía del autor, y tiene giros hasta la última página literalmente, y una vez allí, nos hace volver a replantearnos y releer el libro desde el comienzo. Esto es lo que caracteriza a Fitzek, por lo menos en los libros que he leído de él. La originalidad en la resolución y el desafío constante hacia el lector, obligandolo a ir a por más, a pensar y apostar un poco más por la respuesta al enigma. De todas formas, si bien tiene todas las señales características del escritor alemán, considero a este libro como una obra mucho más madura en la forma en la que está escrita. Considero que acá Fitzek se toma el tiempo para desarrollar más a sus personajes y meterse aún más a fondo en sus pensamientos, les da más tiempo para desarrollarse y eso se nota mucho, y me gusta. También disfruté mucho el hecho que este libro no sea tan escalofriante como otras obras, sino más de suspenso. Aún así, deben saber que el libro en su desarrollo toca ciertos temas que pueden afectar la sensibilidad de algunos lectores por la delicadeza de los mismos, pero no es algo que nos impida continuar con la lectura. Hay que tener presente que Fitzek es un escritor crudo, que no teme a tocar temas tabú y menos teme ahondar en lo más profundo de la mente humana para mostrar sus mas oscuras miserias.Claramente Sebastián Fitzek es uno de esos autores que uno podría dejar pasar de largo por seguir la línea de los "best-sellers". Si, tiene todos los condimentos para serlo, lo reconozco. Pero les pido que no se dejen engañar por esto. Fitzek es un autor completo, que desde la hoja cero sabe lo que quiere contar y como quiere hacerlo. No tiene falencias ni fallas, es un genio en su arte. "El pasajero 23" no es la excepción: es un libro que tiene todo lo que los amantes del género pueden esperar y, lo más importante de todo, tiene ese factor sorpresa inesperado tan escaso en los libros de suspenso de hoy en día, que al final del viaje nos hace sentir que ha valido la pena adquirir este libro y dedicarle el tiempo que se merece.