Reseña | El peligro de enfadar a Lord Robert, Ruth M. Lerga

ES DIFÍCIL PARA HELENA MANTENER A SU HERMANA LEJOS DE CIERTO CABALLERO, CUANDO ELLA SOLO DESEA ACERCARSE A SU ACOMPAÑANTE. ES HIPÓCRITA POR PARTE DE ROB DECIRLE A SU PRIMO QUE SE ALEJE DE CIERTA SEÑORITA, CUANDO A ÉL LE VIENE JUSTO MANTENER LAS MANOS ALEJADAS DE SU CARABINA. ES IMPOSIBLE SEDUCIR A ALGUIEN CUANDO LOS INTERESES SE ENFRENTAN. ¿O NO?

Lord Robert Seymour, conde de Hill, se le encarga alejar de su primo debutantes no recomendadas durante la temporada. Y su primera labor va a ser detener los avances de la señorita Laura, una pequeña cazafortunas que parece querer conquistarlo a cualquier precio. Sin duda, una muchacha tan joven no puede saber tanto sobre seducción, así que debe de estar siendo guiada por su hermana, la viuda del barón de Hentley. Pues tendrá que cruzar unas cuantas palabras con la dama, quien ya se casó en su día con un hombre muy por encima de sus posibilidades.

Lady Helena Scott no va a permitir que ningún noble, por guapo e influyente que sea, le diga cómo tienen que comportarse ella o su hermana Laura. Quizá la muchacha sea algo descarada, pero después de lo que han sufrido ningún conde elitista le va a decir cuál es su lugar. Será ella quien lo ponga en su sitio.

Pero bajo el odio acérrimo que parecen sentir el uno por el otro hierve una pasión que amenaza con desbordarlos. Sobre todo, cuando ambos jóvenes desaparecen y Helena y Rob salen tras ellos rumbo a Escocia para evitar un escándalo.

¿SERÁ CIERTO EL TÓPICO DE QUE LOS AMORES MÁS REÑIDOS SON LOS MÁS QUERIDOS?

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Desde que comencé a leer esta serie de Ruth M. Lerga , la historia de Robert era la que esperaba con más ganas, ya que sabía que no iba a ser fácil emparejarlo y tampoco que cayera en las garras del amor. Pues bien, a pesar de la brevedad que caracterizan a las obras de la saga, El peligro de enfadar a Lord Robert , séptima entrega de Los irresistibles Beau , ha resultado ser tan especial como yo esperaba, porque la autora no sólo vuelve a deleitarnos con una trama sencilla aderezada con personajes perfectamente construidos y una ambientación muy bien cuidada, sino que ha vuelto a engancharme a una nueva aventura de esta particular familia. Así, Robert, el mayor de los primos y el que parecía ser el eterno soltero, verá como la pasión lo ponga al límite de la razón cuando vuelva a su vida la única mujer que le hizo sentir algo en el pasado y que ahora parece haberse convertido en su mayor enemiga.

Lord Robert Seymour, conde de Hill, ha recibido un encargo muy especial por parte de su tío el marqués de Denver, debe vigilar a su primo George y evitar que éste pierda la cabeza por alguna mujer poco recomendable, ya que el joven está empeñado en casarse lo antes posible y eso lo convierte en presa fácil de las cazafortunas. Así, y después de verse obligado a acompañar a todas las féminas Beaufort en sus respetivas temporadas, Robert vuelve a los bailes y las distintas actividades sociales para desempeñar una tarea que lo mantendrá bastante ocupado, pues su primera labor será detener los avances de la señorita Laura Johnson, una dama que parece más insistente que las demás en su idea de conquistar al muchacho. No obstante, sus sospechas irán a más cuando descubra que la hermana de ésta es la baronesa viuda de Hentley, una mujer que supo ganarse un hueco entre la aristocracia a pesar de su origen plebeyo, alguien a quien ya conoció en el pasado y que si, entonces despertó una atracción intensa en él, ahora vuelve a su vida para demostrarle que la seducción es un juego donde ninguno de los dos podrá salir indemne.

Lady Helena Scott, baronesa viuda de Hentley, vio como su vida cambiaba cuando el difunto barón la eligió como esposa. Ahora, con él muerto y sin hijos que la unan a las responsabilidades del título, únicamente piensa en retirarse a la tranquilidad de una pequeña casa en el campo que la aleje de los rumores que hay sobre su persona y que la tachan de arribista por haber entrado a formar parte de la aristocracia siendo simplemente la hija de un contable. Sin embargo, antes de poder cumplir su sueño, le ha prometido a su hermana ayudarla a encontrar un marido adecuado que la deje situada dentro de la sociedad. Así, se encuentra en medio de la temporada, pasando lo más desapercibida posible y con la única misión de que Laura no cometa ninguna locura y elija a alguien fuera de sus posibilidades. Una labor que se volverá muy complicada cuando ésta comience a forjar amistad con George Beaufort, sobre todo porque no tardará en aparecer Robert, un hombre que cree conocerla bien y por el que estaría dispuesta a saltarse todas sus normas.

Así, Robert intentará por todos los medios alejar a George de Laura mientras sus instintos más primarios le gritan que lo que realmente desea es seducir a Helena, algo que la baronesa estaría dispuesta a permitir si no estuviera tan preocupada por la reputación de su hermana. Dos personas que desde el primer instante serán enemigos declarados, ya que ninguno de ellos está conforme con la actitud del otro, en especial Robert que pretenderá hacer su voluntad frente a una dama que conoce de primera mano el desprecio de una sociedad que mira más los títulos que a las personas. Por lo tanto, comenzarán una guerra en la que no puede haber vencedores ni vencidos, puesto que la pareja tendrá que trabajar unida para evitar un desastre que arruine a ambos jóvenes, no obstante, en mitad de tan osada tarea los sentimientos dejarán de ser un problema para ellos cuando dejen fluir la pasión que los consume, una atracción sin límites que los llevará hacia un punto de no retorno en el que deberán tomar la decisión más importante de sus vidas.

Ruth M. Lerga regresa con este séptimo libro de la serie que está haciendo las delicias del lector, una trama que vuelve a darnos una historia sencilla, sin demasiadas complicaciones, pero que destaca por su naturalidad y ese cuidado que pone la autora a la hora de presentarnos a los personajes en el entorno donde están situados. Así, con una prosa ligera, elegante y perfectamente armonizada, conoceremos al fin la historia de Robert, el mayor de los Beaufort ha sido un elemento recurrente en las anteriores entregas y del que hemos ido conociendo diferentes facetas de su personalidad a lo largo de las mismas, por lo que la novela viene a ser un regalo para todos aquellos que nos ilusionamos con él y con su particular sentido del humor en ese primer libro. Aquí descubrimos a un conde de Hill mucho más serio y formal, su misión de proteger a George lo ponen en una seria tesitura, pues el joven es su amigo y no quiere actuar como una carabina sobre protectora, no obstante, el marqués de Denver ha sido como un padre, le debe mucho, por lo que si tiene que enfrentarse a la única mujer que consigue hacerlo flaquear, lo hará sin dudarlo. Aun así, no podrá impedir que las emociones le sobrepasen cuando la atracción lo hagan replantearse sus ideas y ponga de manifiesto que sus dudas con Helena vienen dadas por su intento de alejar a la dama. Un cambio que se reflejará en su actitud y la forma de ver su futuro. Por su parte, Helena intentará salvar a Laura de su propia ambición y para ello no dudará en bajar las barreras frente a Robert, un hombre que la ha hecho despertar a la pasión y al deseo y con el que sabrá abrirse al amor. Ella es valiente y fuerte, lo ha tenido que ser frente a una sociedad que la repudia, pero él la hace sentirse protegida y no podrá evitar anhelar un futuro a su lado. Una pareja que demostrará la química que los une en todo momento, ya sea con momentos de intensa pasión o con discusiones acaloradas que pondrán de manifiesto lo complicadas que son las relaciones. En cuanto a los secundarios, vuelven de nuevo todos los Beaufort, tan especiales como siempre y demostrando que ellos ponen las reglas de la sociedad si la felicidad de sus miembros está en juego. En conclusión, una novela preciosa, mi favorita de toda la serie, en la que volvemos a disfrutar de una historia de amor capaz de vencer todas las barreras.

El peligro de enfadar a Lord Robert de Ruth M. Lerga nos ofrece una historia maravillosa donde las obligaciones del presente chocarán de frente con los sentimientos del pasado, tanto es así que Robert y Helena volverán a encontrarse para ser enemigos declarados en cuanto a la felicidad de sus protegidos, sin embargo, la atracción que ya existía entonces los sumergirá nuevamente en una pasión intensa donde el deseo inicial dará paso a un amor sincero en el cual todo puede llegar a pasar.