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Me he ganado cada uno de mis billones de dólares por mí mismo. Soy calculador, astuto, y el mejor en lo que hago. Lleva tiempo y dedicación construir algo como lo que tengo. Y eso no deja tiempo para el amor, ni para novias ni para relaciones de ningún tipo.
Pero no me malinterpretes: no soy un monje. Comprendo la atención y la concentración que hay que tener para seducir a una mujer guapa. Son las mismas habilidades que utilizo para cerrar grandes negocios.
Pero todo eso empieza y acaba en una sola noche. No soy el tipo de tío que manda flores. No soy de los que llama al día siguiente.
O eso pensaba hasta que una guapísima heredera, además de impaciente y mordaz, irrumpió en mi vida.
Cuando Grace Astor pone los ojos en blanco por algo que he dicho, lo que quiero es abrazarla bien fuerte y mostrarle lo que se ha estado perdiendo hasta ahora.
Cuando hace una broma a mi costa, solo quiero cerrarle esa boca descarada con mi lengua.
Y cuando se marcha con un simple adiós justo después de que hayamos follado, lo único que quiero es restregarle en su cara los tres orgasmos que acaba de disfrutar.
Ella será una princesa, pero yo le voy a dejar claro quién manda en este dormitorio de Park Avenue.
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Descubrir la pluma de ha sido una de las mejores cosas que me han pasado este año. Una semana en Nueva York y El Rey de Wall Street fueron lecturas impactantes, cargadas de deseo y sensualidad que traspasaron cualquier reticencia, si es que la hubo, dejándome eclipsada por sus historias y personajes. Pues bien, su última novela publicada, El príncipe de Park Avenue , segundo libro de la serie The Royals Collection , ha sido una trama intensa, pero a la vez tierna que me ha regalado inolvidables horas de lectura y una pareja protagonista imposible de olvidar cuyo romance de cuento nos transporta a una extraordinaria experiencia donde el dolor y los fantasmas del pasado jugarán un papel determinante para la felicidad de nuestra pareja de enamorados.
y Grace Astor , dos desconocidos en la gran ciudad de Nueva York, van a cruzar caminos y atar sus destinos sin percatarse que conocerse fue el mayor de los regalos que la vida les podía ofrecer. Así pues, Sam, frío, astuto y calculador, es un hombre sin familia, solo cuenta con su amiga Angie con la que comparte un duro pasado que prefiere olvidar, contando con un presente repleto de poder y dinero no siente un especial apego por las cosas materiales, llevándolo a vivir una existencia sin cadenas donde lo único importante son los negocios, no teniendo cabida en su mundo los sentimentalismos ni las mujeres. Con lo cual, conocer a Grace y su frescura será toda una novedad que lo empujará a querer tenerla a su lado y a necesitar saber más de ella. Asimismo, Grace, es todo lo puesto, una joven abierta, dulce y con una capacidad para amar extraordinaria que ha decidido alejarse de los lujos y el dinero de sus progenitores para abrir por su cuenta su propia galería. Por esto, apoyada por sus amigas Harper y Scarlett, intentará salir adelante y ver florecer un sueño por el que tanto ha sacrificado, por lo tanto, cuando en su primera exposición conoce al impresionante señor Shaw, nunca imaginaría que con él todos sus planes se verían alterados abriendo un mundo de posibilidades ante ella que lejos de asustarla o amedrentarla le daría la valentía necesaria para amar y ser amada, incluso a costa de su propia destrucción.
De esta forma, dos espíritus sin fe en el amor comenzarán una relación explosiva, visceral que poco a poco irá a más y los llevará a conocerse y entenderse, alejándolos del deseo puramente sexual y guiándolos hacia una profundidad extrema que ninguno había experimentado antes, una nueva experiencia que sorprenderá a ambos, regalándoles instantes de ensueño donde la magia fluirá entre ellos. Con lo cual, fuertes emociones se han despertado, sus vivencias son un bagaje que deben afrontar y superar, no obstante, el temor a la pérdida condicionará sus actos y decisiones, abocándolos a un destino complejo rodeado de lágrimas, amargura y pesar, una senda difícil que solo lograrán superar una vez olviden los fantasmas del pasado y cedan al control al amor que están experimentando. Todo ello en pos de un final cargado de amor, sin peros ni miedos, un destino liberador que sanarán sus corazones y los conducirá a la felicidad que ellos mismos habían olvidado por años, un romance donde Grace y Sam aprenderán lo que significa estar enamorado y aceptarán el futuro ineludible que su mutuo amor ha creado para ellos.
Louise Bay siempre logra atraparme con sus historias y personajes, la pasión que encuentras entre sus páginas es una seña identificativa de sus tramas y esta novela como las anteriores que he leído de ella viene cargada de todo esto, además de una ternura asombrosa que ha plasmado a través de Sam, siendo un héroe duro e implacable a primera vista, pero con un corazón enorme y una capacidad de amar inmensa, los detalles que tiene con Grace serán emotivos, dulces, amorosos, lo que cautivará no solo a su amada, también al propio lector. Con lo cual, su acercamiento con Grace será comedido, pausado, repleto de gestos tiernos y significativos que lo terminarán por definir. Asimismo, Grace es una joven que lo da todo en las relaciones y que no ha sabido elegir a los hombres de su vida, una mujer resuelta que huye de la figura de sus padres y que busca su propia identidad, un camino complicado que la llevará hasta el sexy príncipe de Park Avenue, aquel por el que olvidará sus temores y entregará su corazón, un salto sin red que cambiará todo su mundo. Como veis, dos polos opuestos que se atraerán sin remedio sin la esperanza de un mañana, pero que terminarán alcanzando el mayor regalos de sus vidas. Igualmente, mientras nos enamoramos de este par de amantes, volveremos a coincidir con Harper y Max, protagonistas del libro anterior que tan buenos momentos me hicieron vivir, siendo en esta ocasión sus cómplices, aquellos que apoyarán y acompañarán a nuestra heroína en el difícil camino del amor, dejándonos bellas escenas que nos harán desear leer nuevamente su historia. Junto a todo lo ya dicho, solo me queda hablaros de la potencia emocional encontrada, intensa, profunda, fácil de empatizar con ella y por la que conoceremos a Sam y Grace sin trabas ni barreras, además la fuerte atracción sexual existente nos trasportará a escenas sensuales, eróticas, pero siempre elegantes transmitiéndonos el deseo naciente entre ellos. Finalmente, solo me queda destacar la prosa de la autora, sencilla, fresca y fluida, con una exquisita narración que te hace devorar la obra con ligereza y sin ser consciente de ello, por lo que animaros con esta gran historia donde el príncipe de Park Avenue y su princesa hallarán el final de cuento de hadas deseado.
El príncipe de Park Avenue de es una romántica historia donde Sam y Grace colisionarán e iniciarán una aventura hacia el descubrimiento mutuo que los alejará de miedos y viejos fantasmas que han impedido el culmen de su dicha y el acercamiento al amor eterno.
