Contiene un mini spoiler
MI VALORACIÓN PERSONAL
Hasta que el lucero palidezca y muera, no tendrá el águila su nido eternal. Y solo por amor se extingue una estrella, si ha elegido libremente su final.
Tras leer Rubí y Zafiro, por fin pongo fin a la estupendísima y maravillosa trilogía de Piedras Preciosas con Esmeralda, de la escritora germana Kerstin Gier. Cargada de originalidad y muchos viajes en el tiempo, puedo decir que se ha convertido en una de mis trilogías fetiche; tres libros con los que he disfrutado mucho. Rubí me gustó, Zafiro más aún, y Esmeralda ha supuesto la guinda del pastel.
Este tercer libro pone fin a una saga que fue toda una sorpresa de la literatura juvenil, que con su segunda parte pisó más fuerte y que concluye con un desenlace a la altura de las circunstancias: sorprendente, magnífico y en definitiva, satisfactorio. Si con Rubí nos metimos de lleno en el mundo de los viajeros en el tiempo y con Zafiro todo se complicaba y empezaba a destilarse cierto lado oscuro de la Logia de los Vigilantes, con Esmeralda vemos que la protagonista tendrá que cerrar el Círculo de los Doce, retar al espeluznante e intimidante Conde de Saint Germain y conocer muchos secretos familiares que estaban escondidos. Y claro, ante semejante empresa que se le presenta, tendrá que enfrentarse a sus propios sentimientos y lidiar con el cabroncete –porque a veces se comporta como tal– de Gideon de Villiers, su irritable compañero de viajes. ¿Recuerdas qué le dijo el buen mozo a nuestra querida Gweny al final de Zafiro? [MINI SPOILER] Le confesó que jugó con sus sentimientos, ahí es nada. [FIN MINI SPOILER] Se comporta como un cretino y me exaspera, pero eso no significa que cuando aparece no me deje con una sonrisa boba en la cara como a Gwen.
Cuando me besas, Gwendolyn Sheperd, es como si perdiera el contacto con el suelo. No tengo ni idea de cómo lo haces ni de dónde lo has aprendido. En todo caso, si ha sido en una película, tenemos que verla juntos. –Se detuvo un momento–. Lo que quiero decir es que cuando me besas, ya no quiero hacer nada más que sentirte y tenerte entre mis brazos. ¡Mierda, estoy tan terriblemente enamorado de ti que es como si hubieran volcado una lata de gasolina en mi interior y le hubieran prendido fuego!
Esmeralda comienza así, como es lógico, donde lo dejó su predecesora. Gwendolyn Shepherd, a pesar de sus dones para ver fantasmas de cualquier época y comunicarse con ellos o con un daimon gárgola algo irreverente (¡¡Adoro a Xemerius!!), estaba llamada a ser la última viajera del tiempo, lo que la mantiene muy ocupada a sus 16 años con una agenda digna de un alto ejecutivo, siempre de la Ceca a la Meca. Pero eso no quita que la gente que la rodea –su mejor amiga y su familia– no dejen de verla como un bicho raro. Todo sigue contándose desde su genial y chispeante punto de vista, lo cual es un acierto enorme. Debo añadir que esta muchachita normal y corriente con sus varias particularidades se ha convertido, con honores, en uno de mis personajes femeninos favoritos.
Bien es cierto que la novela cuenta con algunos momentos predecibles, pero es algo que perdono totalmente con otros realmente inesperados. La historia es la más densa de las tres, razón de más para que Gier haya querido cerrar su trilogía como se merece: a lo grande. Dicha densidad narrativa hace que perderse en la lectura sea muy fácil, con tanto viaje y fechas, los portadores del gen y demás. Hay que tener Rubí y Zafiro muy frescos para poder seguir con la continuidad espacio-tiempo de Esmeralda. Y eso he hecho: me leí los dos primeros libros seguidos (que fue hace bastante y me costaba recordar ciertos pasajes) y me enganché luego al último. Hay cierta confusión en la historia, sobre todo con los fugitivos viajeros Lucy y Paul, pero al final entendí todo y ensamblé las piezas. Reconozco, y me quito el sombrero ante la autora, que conseguir que toda una gran historia como El amor más allá del tiempo funcione en sus tres libros sin bajar el listón es realmente complejo. Imagino que Gier ha tenido que hacer gran acopio de personajes, pasajes, fechas, datos de la Logia... etc, de los dos libros anteriores para ir encajando los hechos del pasado y del presente que quedaron en el aire. Un trabajo sumamente titánico. Con todo, engancha bastante, muchísimo, desde la página uno.
Para ser del todo sincera, la idea de morir no me parecía tan desagradable en ese instante. Al fin y al cabo, no sería la primera que moría de amor; en ese sentido estaba en buena compañía: la Sirenita, Julieta, Pocahontas, la Dama de las Camelias, Madame Butterfly, y ahora también yo, Gwendolyn Shepherd. Lo bueno era que podía ahorrarme el número del puñal, porque con lo miserable que me sentía seguro que hacía tiempo que estaba infectada de tuberculosis, de modo que tendría una muerte mucho más estética. Pálida y hermosa como Blancanieves, yacería en mi cama con el cabello esparcido sobre la almohada. Y Gideon se arrodillaría a mi lado y lamentaría amargamente lo que había hecho cuando yo murmuraba mis últimas palabras con un hilo de voz...
Y no quiero terminar esta reseña sin hablar de los secundarios de lujo que, como en las buenas películas, los hay. Destaco por supuesto al genial Xemerius, ese nada corriente daimon gárgola que provocará momentos desternillantes y ridículos. Querremos llevárnoslo a casa como mascota que ríete tú de los perros o gatos. También quiero hacer mención especial al fantasma James que merodea por el instituto de Gwen y sus clases de historia y bailes de época. Y por supuesto, y no por ser el último es el menos importante, el simpático abuelito de Gweny, Lucas Montrose. Disfruté mucho con los tiernos encuentros abuelo-nieta, realmente entrañables. En realidad fueron momentos conmovedores al saber que estás ante una persona que en el presente tristemente ya no está y a la que echas mucho de menos no poder darle un beso o un abrazo tan especial como lo son todos los abuelos. Ojalá pudiera volver al pasado y ver al mío, o poder despedirme de él.
Esmeralda es, resumiendo, un libro cargado de acción, misterio, grandes secretos, emoción, humor, sorpresas y por supuesto amor "para enmarcar y suspirar" (aquí algo azucarado y en segundo plano). Lo mejor de todo es que el final es satisfactorio, sorprendente y perfecto para una trilogía adictiva como pocas he leído. Una historia que tiene la dicha de contar con personajes realmente carismáticos que no sabes por dónde van a tirar. Amor, acción y viajes en el tiempo, la suma perfecta para una trama bien elaborada donde la amistad y la familia juegan un papel importante en una última misión, tan temible como llena de obstáculos.
Una trilogía que me encanta de principio a fin y que no me cansaré de recomendar.
TRILOGÍA PIEDRAS PRECIOSAS
EL MURO DE LAS CITAS
Así empieza Esmeralda....
...y así acaba:
INFO ADICIONAL
- Cachito de la novela
EN RESUMIDAS CUENTAS
Puntuación: 9/10 (Sobresaliente)
Rating Bibliófilo:
(¯`• Filóloga Bibliófila •´¯)