MUNDO PALABRAS
Después de diversos relatos, la escritora Mercedes Sáenz hace su debut con la novela, "Estricnina", un inicio más que prometedor, al que sin duda será un acierto seguirle la pista.
“A los once años, Ignacio descubre que el cura al que ayuda como monaguillo asesinó a su madre. Tras vengarse de él decide conjurar los remordimientos que le corroen bajo una existencia anodina. Cuatro décadas más tarde, cuando cree haberlo conseguido, el azar le coloca de nuevo frente a los interrogantes que aquel día no quiso plantearse. Comienza así su ineludible viaje hacia un pasado sin cicatrizar, en el que nada ni nadie fueron lo que parece. ¿Acaso él tampoco”
Ya poco queda del niño que fue Ignacio. Nunca sabremos en qué se habría convertido si aquella carta nunca se hubiera abierto. Hoy día es un hombre anodino, como muchos, el pasado le acecha de diversas maneras: una amiga de la infancia que consigue devolverle las ganas de enamorarse, la enfermedad de su abuela y la petición del nuevo párroco de su barrio para que le cuente lo que sepa de su predecesor y que nuestro protagonista conoció muy bien, en su papel de monaguillo; todos ellos serán los detonantes para que Ignacio regrese al lugar de su infancia y con ello abrir la caja de sus recuerdos.
Pequeños detalles consiguen que su mente retroceda al pasado para ir encajando las piezas que va levantando. Saltos temporales que nos ayudan el ir desentrañando los secretos que esconden cada personaje de la trama, necesarios para conseguir una visión global de los hechos y el comportamiento de ellos y porqué son como son; por que nadie en esta obra es quien parece ser y todos esconden numerosos secretos.En toda la obra nuestro personaje principal y el encargado de llevarnos de la mano en sus investigaciones, destila remordimiento e incapacidad de dejar atrás sus actos de la infancia, que le atormentan y han terminado por adormecerlo y convertirlo en un ser sin esperanzas ni ilusiones. Un inicio espectacular, sugestivo, el aliciente perfecto para continuar la lectura y que nos atrape entre sus páginas. Ya tenemos al asesino y sus crímenes, aunque nos falta algo todavía mucho más importante: el motivo. Armonía en la narración que va fluyendo a lo largo de toda la novela, desentrañando ese misterio que guarda, grabada a fuego en su interior, nuestro protagonista, ofreciéndonos la información en pequeñas dosis, haciéndonos dudar de todo y de todos. La intriga crece con cada capítulo manteniendo al lector expectante y con ganas de conocer el desenlace.
De esta reseña se ha hecho eco la revista CULTURAMAS