Historias como la de Etheria son la que dan sentido a la Literatura
Por: Alberto Berenguer Twitter: @tukoberenguer
Continúo todavía asimilando el gran talento que tienen algunos escritores, y muchos de ellos están más cerca de lo que pensamos. No hace falta irse a los países nórdicos o a la literatura anglosajona para dejarse sorprender, puesto que me ha parecido asombrosa la pluma de la escritora reusense Coia Valls. Mi compañera y amiga Tania J. Baeza tuvo la oportunidad de entrevistar a la autora para repasar su amplia carrera literaria y ya ahí nos adelantó que su próxima novela estaría situada en el siglo IV. Ahora sabemos que en ese momento hizo referencia a Etheria y tras finalizar su lectura, solo puedo manifestar mi gratitud a Coia Valls como lector.
En esta ocasión, y permitidme queridos lectores tomar esta licencia, hablaré muy poco del interior del libro, porque sinceramente pienso que es una novela que debería ser leída sin opiniones predeterminadas e inducidas, ya que jamás defraudará a ningún lector.
Etheria es una historia que a pesar de sus más de cuatrocientas páginas y su género, he leído con gran facilidad y rapidez, por lo que acabar la historia me ha supuesto una gran aflicción. No porque sea una historia que quede inconclusa, ni que tenga un final completamente abierto, sino que podría haber leído otras cuatrocientas páginas sin ningún tipo de problema.
Es la primera ocasión que leo un libro de la escritora Coia Valls y ahora entiendo porqué destaca tanto dentro de Cataluña, siendo Etheria uno de los libros más vendidos de lo que va de año y sobre todo en Sant Jordi 2016, porque Coia Valls tiene la habilidad de narrar de manera directa, bella y poética enganchando al lector desde la primera página.
Coia Valls, autora de ‘Etheria’. Fuente: ReusDiari.cat
He disfrutado muchísimo siendo uno más en el viaje que decide Etheria realizar a Tierra Santa para sentir in situ el calvario de Jesús, porque de esa manera me ha permitido conocer a un personaje real que peregrinó para descubrirse a sí misma y sobre todo para transmitir esa experiencia a sus discípulas de Calavario, el punto de partida. La travesía es una auténtica maravilla emocional y me resultó curioso que una de las paradas de Etheria sea en Girona, ciudad que visité hace una semana antes de comenzar con la lectura del libro. ¿Casualidad? No lo creo. Supongo que el proceso de documentación, además de arduo, habrá sido uno de los más intensos y gratificantes de la carrera literaria de Coia Valls.
Además de transportar a la gran mujer Etheria al siglo XXI, me gustaría destacar la importante presencia de otros personajes en la historia y no por ello menos importante. Porque cada uno tiene presencia propia sin pasar desapercibidos, aparecen en los momentos oportunos y cada uno ocupa un lugar importante en la novela, algo que me ha llamado mucho la atención. De esta manera, puedo nombrar a la gran Irene (sobrina del senador Símaco de Roma), Cayo Licinio (antiguo legionario de Roma), Herminia (mujer de Cayo Licinio), Vibio (esbirro del senador Terencio), Druso (hijo del senador Terencio), Susana (sirvienta de Etheria), Bappo, Seihar, Isona, el papa Dámaso, el Obispo Paciano o Dextro (el hijo del obispo), entre otros personajes.
Otro aspecto importante sobre la novela es el mensaje que pretende transmitir a los lectores. Una historia que invita a la reflexión, a la tolerancia, a la convivencia entre personas de diferentes religiones y creencias, a la amistad y a la lealtad. Una maravillosa historia en un periodo de profundos cambios en Roma y en otras ciudades.
En definitiva, Etheria es un libro para recomendar sin ningún titubeo porque deslumbra al lector más exigente y os puedo asegurar que no defraudará a nadie. Los personajes, las excelentes descripciones de los escenarios, los diálogos y la narración de la reusense son dignos de descubrir.
Gracias a Coia Valls por acercarme mi propia Historia y por permitirme durante unos días apropiarme de esta maravillosa historia.
Agradecer también a Pilar Alonso por ofrecernos la lectura de Etheria, a Julia Ruiz por contar con nosotros cada mes, a Ediciones B por su confianza y sobre todo dar mi enhorabuena a Rosa Alapont, traductora al castellano de la versión original en catalán.