En una cálida noche de verano, en la idílica población danesa de Ringkøbing, aparece brutalmente asesinada la joven Anna Gudbergsen.La crueldad del crimen obliga a la policía local a pedir ayuda a la Unidad Especial, que envía a una de sus agentes, Rebekka Holm. Ésta, aunque nació y se crio en Ringkøbing, hace mucho tiempo que no vuelve a la casa familiar, y ahora tendrá que volver a enfrentarse a oscuros fantasmas de su pasado.Descubrirá muy pronto que su caso parece estrechamente relacionado con un asesinato muy semejante, ocurrido veinte años atrás, que quedó sin resolver. ¿Se trata del mismo asesino o de un imitador?Y entonces desaparece una niña cuyo nombre es también Anna…
Hace ya mucho tiempo que Rebekka no pasa por su pueblo. Desde que se fue para estudiar fuera, para ser precisos. Lo evita como gato al agua. Sin embargo, su deber como investigadora le llama cuando una chica aparece muerta en un bosque del lugar; se llama Anna y ha sido brutalmente asesinada, o eso parece. Lo que aparentaba ser un crimen totalmente normal -"a este chico se le subieron los ánimos y se puso tonto, detective, caso cerrado"- termina siendo algo totalmente distinto... y peliagudo.Ya sabéis que la novela negra suele gustarme mucho a pesar de que no lea demasiado del género. A lo mejor es por esto, me sirve para desconectar. ¿Que he leído cosas densas? A la novela negra me voy. ¿Mucho juvenil? Toca un asesinato para despejar. Para todo, vaya. Y aquí estamos con esta novela que me llamó la atención desde el principio, por su título, por lo que pone en la portada y por la sinopsis. Y no ha resultado para nada decepcionante. Lo que es la trama policíaca en sí me ha gustado mucho, me ha tenido muy interesada durante toda la novela y no he conseguido adivinar quién sería el asesino. La verdad es que ya os he comentado alguna vez que no soy muy adivina en cuanto a finales de libros, pero en este caso ni me lo veía venir, ni sabía por dónde iba a tirar la autora. Además, me ha gustado mucho cómo han llevado la investigación. Me daba la sensación de que los protagonistas tampoco sabían muy bien por dónde tenían que tirar, como que la autora iba un poco improvisando. Además, paralelamente vamos conociendo un poco la historia de Rebekka, como suele pasar en este tipo de libros, y me ha resultado un personaje muy atractivo, con una historia triste pero genial. El personaje masculino se deja bastante de lado, aunque va asomando una relación entre los dos que se esboza para el siguiente libro (*la bloguera toma aire*: Det Blinde Punkt), pero que, os advierto, apenas tiene relevancia en esta primera novela.Pese a esta trama tan interesante y a esta historia tan prometedora, a mí el libro no me ha enganchado desde el principio ni mucho menos. Tuvieron que pasar unas 100 páginas para que yo me metiera del todo dentro de la historia y para que me hiciera a la escritura de Hastrup. En un principio, no solo no estaba enganchada, sino que sentía verdadero sopor. Y tengo bastante paciencia para estas cosas, que he leído y amado a Tolkien y eso forja voluntades. Pero el caso es que tiene un primer capítulo magnífico, donde se nos esboza algo bastante turbio, y de pronto nos vamos con Rebekka que tiene una pinta de muermo que se muere -no, es broma-. Así y todo, al terminar ese inicio algo escabroso llegamos a la investigación y en el momento en el que los detectives comienzan a dar tumbos por el pueblo (no me pidáis que diga el nombre, por favor) la cosa cambia para bien. Llegó un momento en el que ya no podía dejar de leer, y de pronto se acabó. Y aunque la historia se cierra a la perfección (con un par de disgustos para algunos personajes) eché en falta más páginas, más historia. Supongo que esto es una advertencia para mí misma de que quiero leer la segunda parte.Una de mis debilidades lectoras, y no precisamente de las buenas, son los nombres nórdicos. No estoy hablando de los rusos, que los recuerdo más o menos con facilidad, sino de daneses, noruegos, suecos... y compañía, supongo. Me pasó con La princesa de hielo que no era capaz de acordarme ni del nombre del pueblo, y de hecho ese libro no me gustó. Creo que fue ahí cuando le cogí ojeriza a la novela nórdica -tiene que ser ahí, solo he leído ese y este que yo recuerde-. Así que creo que es todo un acierto que Hastrup haya elegido para sus personajes más importantes nombres como Rebekka, Michael, Anna, John... nombres muy ingleses y muy fáciles de recordar. Gracias, maja. La escritura de la autora es bastante sencilla, no es un libro que destaque especialmente por su prosa pero aun así se trata de una novela bien cuidada y con una traducción muy correcta. Me ha gustado que la escena del crimen, y los momentos previos a que pase algo relevante (por ejemplo, una entrevista que va a aportar información al tema) están descritos con mucho esmero, en contraste con las cosas menos importantes. Un ejemplo: la autora no se detiene en hablar demasiado del aspecto físico de la protagonista, pero sí en recrear por completo la noche en la cual Anna fue asesinada o incluso el camino que tomó para volver a su casa. Esto hace que el lector esté más pendiente, o en mi caso lo ha conseguido. Como último aporte, decir que no hablaré acerca de su originalidad porque no sé demasiado acerca del género y podría meter la pata hasta el fondo. Pero la verdad es que me ha resultado una lectura muy amena y entretenida que recomendaría a todo aquel a quien le guste la novela negra. Y aprovecho para preguntaros, ¿cuáles son vuestros básicos dentro del género? Toca culturizarse :).Hasta que mueras es una lectura muy entretenida que recomiendo sin dudar. Tanto la investigación como la trama personal de la protagonista son muy interesantes y merecen la pena, además de tratarse de un libro ameno y ágil, sobre todo a partir de cierto punto. Si buscáis una novela que se devore y que enganche, este es vuestro libro.