Mathéo Walsh parece tenerlo todo. Con solo diecisiete años, es campeón de salto de trampolín y tiene una prometedora carrera deportiva por delante. Es atractivo, buen estudiante, tiene amigos y la vida prácticamente resuelta. Y lo más importante de todo: está muy enamorado de su novia, Lola. Siempre ha sido un buen chico. hasta el fin de semana en que todo cambia... y del que no recuerda nada.
De repente, ya no disfruta de la vida y no quiere pasar tiempo con sus amigos ni tampoco bajo el agua, su elemento natural hasta ahora. Poco a poco, Mathéo recupera la memoria y, entonces, lo que emerge de entre las sombras es el retrato de un monstruo...
Desde que supe que Tabitha Suzuma —autora de Prohibido—, publicaría una nueva novela en España, tenía clarísimo que tarde o temprano la leería, y al final ha sido temprano porque gracias a la editorial he podido leerla casi recién salida del horno. Herido prometía ser una historia semejante a la que la autora nos cuenta en Prohibido, así que se podría decir que iba con muchísimas ganas teniendo en cuenta lo mucho que me gustó entonces su primera novela, pero claro... esta vez mis expectativas han vuelto a jugármela, han caído en picado y no he disfrutado la novela todo lo que yo esperaba. Es cierto que no se puede comparar una historia con otra, pero he notado grandes diferencias entre ambas, aunque mejor vayamos poco a poco, que tengo muchas cosas que contaros :')
La novela se nos presenta narrada en tercera persona por un narrador omnisciente que se centra, sobre todo, en Mathéo, nuestro joven protagonista. Como bien dice la sinopsis, Mathéo es campeón de salto de trampolín a sus diecisiete años y se está preparando para competir en los Juegos Olímpicos, por lo que su rutina de entrenamiento apenas le deja tiempo para estar con sus amigos y su novia o para hacer lo que los chicos de su edad hacen. Sus padres son muy estrictos, exigentes y autoritarios, especialmente su padre, que ve en Mathéo un gran futuro como saltador de trampolín, pero... ¿Mathéo es capaz de ver ese futuro tan prometedor que su padre vislumbra? Y de seguir adelante con sus entrenamientos y su carrera deportiva, ¿llegará a tener futuro su relación con Lola? Mathéo parece tener respuesta a todas esas preguntas, al menos hasta el día en que su vida cambia por completo por culpa de algo y de alguien que le hacen cambiar su comportamiento, su forma de ser y sus metas en la vida. ¿Qué ha ocurrido? ¿Y por qué no recuerda nada de lo que sucedió?
Entre los personajes secundarios que intervienen en la novela cabe destacar a Lola(novia de Mathéo), Hugo e Isabel (amigos de la pareja), Jerry (padre de Lola), Loïc (hermano pequeño de Mathéo) y Pérez (entrenador de Mathéo). Todos estos personajes, excepto un par de ellos, llegan a ser bastante irrelevantes para el desarrollo de la trama, así que en ese aspecto tampoco he echado en falta un mayor desarrollo o profundización. Aun así, considero que los personajes en general están bien trabajados y que se pueden llegar a conocer bastante bien (a unos mejor que a otros), aunque no he logrado empatizar con la mayoría y con Mathéo empecé a hacerlo a partir de la primera mitad de la novela, momento en el que realmente me enganché a la lectura.
"Lo embarga un deseo profundo y oscuro de caer de rodillas y llorar. Es como si supiera que nunca se recuperará. Siente que trata desesperadamente de aferrarse a la persona que alguna vez fue, agarrándose con ambas manos mientras se aleja del mundo real. Su vida ha terminado... Su vida acaba de empezar".
La trama, como ya adelantaba al principio de la reseña, me ha decepcionado un poco porque esperaba encontrar algo diferente a lo que encontré. Quizá llevaba en mente el buen
La novela arranca con un prólogo en el que se nos cuenta algo bastante desconcertante que nos sirve para abrir boca y empezar con ganas, pero lo cierto es que yo sentía que pasaban las páginas y tan solo nos contaban el día a día de Mathéo, sus entrenamientos y poco más. No fue hasta la página cien aproximadamente cuando me enganché más a la lectura y a partir de la ciento cincuenta fue un no parar, pero eché en falta algunas cosas y noté ciertas carencias. Esperaba una trama con más giros o sorpresas y con más acción, y realmente no se descubre qué pasó y cómo ocurrió hasta llegar al 85% de la novela, por lo que hasta ese momento no entendía muy bien algunos comportamientos y fue algo confuso y frustrante no disponer de más datos e información hasta que se descubre todo.
Te necesito —quiere decirle—. Necesito que te quedes conmigo, que te aferres a mí y me hagas sentir real y vivo de nuevo. Necesito que me ayudes, que me digas qué me pasa, que me ayudes a volver a ser el que era, ¡que me expliques qué demonios está pasando!".
Aun así, reconozco que la trama está bien trabajada y pulida y es bien fácil de seguir, pues estamos ante una trama sencilla aunque dura por el tema que trata. Obviamente, no voy a spoilearos hablándoos del tema en cuestión, pero es cierto que la novela tiene cierto trasfondo y algo de crítica social relacionada con el mundo del deporte en la adolescencia y todo lo que ello conlleva, y esta parte sí que me ha gustado cómo la ha llevado y tratado la autora.
La pluma de la autora es lo que más me ha decepcionado de la novela y lo que en más de una ocasión me ha hecho abandonar la lectura durante unos días. Tenía un buen recuerdo del estilo de Tabitha Suzuma cuando leí Prohibido y, de hecho, fue uno de los aspectos que más me gustó de la novela entonces, pero en esta ocasión he notado que su estilo ha cambiado tanto que apenas la he reconocido, y ha sido una verdadera pena porque tenía muchas ganas de reencontrarme con ella.
Me he encontrado con un estilo bonito, cercano y juvenil, pero muy pesado y recargado, con descripciones y detalles innecesarios que me sacaban de la lectura con frecuencia. Reconozco que la novela tiene un buen equilibrio entre narración y diálogo, pero de vez en cuando encontraba parrafadas larguísimas llenas de descripciones que no aportaban nada a la trama y que al menos a mí me agobiaban y ralentizaban a la hora de leer, por lo que para mí el ritmo de lectura ha sido bastante pausado e incluso lento.
Ahora bien, sí que he podido reencontrarme —y de forma muy positiva— con la manera en que Tabitha transmite emociones y sentimientos, pues lo hace de una forma tan real y emotiva que es imposible no sentirse partícipe de la historia o incluso ponerse en la piel del protagonista, sobre todo a partir de la segunda mitad de la novela y hacia el final.
Y ya, para terminar, me gustaría hablaros un poco del final. Si os soy sincera, a día de hoy no sabría deciros si el final me ha gustado o no porque algunas cosas me convencieron y otras no lo hicieron en absoluto. Hubo algunas reacciones que me decepcionaron y/o enfadaron porque no les vi mucho sentido y hubo reacciones valientes y sinceras que me emocionaron. Para mí, el final fue inesperado y agridulce, pero cerrado, por lo que no quedan cabos sueltos ni preguntas en el aire; es más, me quedé un rato pensando y reflexionando después de terminar la novela y el epílogo me pareció tan emotivo como esperanzador, así que en ese aspecto quedé muy satisfecha con el final y solo por eso os animaría a que le dieseis una oportunidad a la novela a pesar de los "peros" que os he mencionado :)
/5~ Gracias a Oz Editorial por el envío del ejemplar ~Y vosotros,¿habéis leído esta novela? ¿Os gustaría leerla? Contadme :)¡Nos leemos en la próxima entrada!