
334 páginas || Papel y ebook
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Una joven no termina de entender por qué su misterioso nuevo novio la rehúye cada vez que le propone ir a ver una película. Intrigada, lo pondrá a prueba, sin llegar a imaginar lo que su curiosidad desencadena; un escritor falto de ideas que cree haber tocado fondo empieza a padecer un persistente insomnio. Sin embargo, para su desconcierto, en sus largas vigilias extrañas compañías acudirán en su rescate; unos soldados llegan a una pequeña localidad huyendo del horror de la guerra, allí, en lo profundo de la selva, un burdel se convertirá en el último rincón donde burlar a la muerte, un oasis en mitad del infierno; un hombre atrapado entre dos mundos, con el corazón dividido, tendrá que tomar una decisión desesperada con tal de no perder la cordura y dejar de repetirse la misma pregunta una vez tras otra: «¿Es posible amar a dos mujeres cuando una de ellas es...?».
Tras Al otro lado del cristal y El niño pájaro, el autor vuelve a abrirnos las compuertas de mundos inquietantes y perturbadores que están aquí mismo, en escenarios en apariencia cotidianos como lo pueden ser un cine, la terraza de un ático, el prostíbulo de un pueblo o una colina en mitad del campo, donde la realidad se mezcla con lo sobrenatural y lo ordinario acaba dando paso a lo insólito.


En este libro tenemos cuatro relatos, uno de ellos dividido en dos partes. En el primero, 'En el cine', nos encontramos con una pareja que ha quedado para ver una película, después de que el chico se haya negado en muchas ocasiones a hacerlo. El porqué, es algo que a mí me ha sorprendido mucho y tengo que decir que ya con este relato, sabía que el libro me iba a encantar, como así ha sido. Es un relato corto, que en cierto momento lobuno, te pone los pelos de punta, os lo aseguro. El segundo, 'Insomnio', es el que está dividido en dos partes y es, creo, el más largo. En el tenemos a un escritor que ha perdido su inspiración, y que además no puede dormir. Usando métodos poco sanos, consigue historias que contar, y como me pasó con el primero, la segunda parte de este relato, cuando se cuenta realmente la historia, me ha encantado. Y sin duda, daría para mucho más.
Una vez leí en algún sitio: «La muerte, y solo la muerte, es lo que hace bello u horroroso cada instante. Gracias a la muerte el tiempo es algo vivo». Y no puedo estar más de acuerdo. Te aseguro que no hay nada paradisíaco en esto, más bien es un infierno, una desolación insoportable.Luego llega el tercero, 'Vacaciones en el infierno', y quizá el más flojo de los 4, al menos para mí. En él tenemos a unos soldados que se refugian en un burdel para salvar su vida, y aunque me ha gustado porque aparecen personajes que tienen relación con otro relato, ha sido quizá el que menos me ha sorprendido. Y entonces llegamos al último, 'La casita de piedra sobre la colina', un relato en el que nos encontramos a un hombre dividido entre dos mundos y dos mujeres, y que me ha encantado. Quizá por el toque futurista que tiene, más de ciencia ficción, de esos que lees y te imaginas perfectamente en una pantalla de cine. Junto con el primero, creo que es mi favorito.
Algo que me gusta mucho y que ya es un toque único en los libros de Juan Manuel es la relación que establece entre unos libros y otros. No es algo que impida que podamos leer uno sin leer los demás, para nada, es más un guiño a los que hemos leído sus libros anteriores y que, aunque 'En el niño pájaro' quedo como algo anecdótico, en este libro esas relaciones se han visto mucho más claras y han sido más abundantes. Y a mí es algo que me encanta, porque te hace recordar esos relatos anteriores con los que tanto disfrutaste y que aunque parezca que no, te han dejado huella y los recuerdas.
Nunca habías leído un libro, ¿me equivoco? Te espera un universo asombroso lleno de infinitas emociones.Estamos ante un libro de relatos que abarca varios géneros y en los que el autor, como siempre, no se deja nada en el tintero. Es cierto que algunas historias darían para mucho más, pero no te dejan con la sensación de que falta algo como puede ocurrir en otros libros de este tipo. Y sobre todo, Ray vuelve a demostrar que su pluma es maravillosa, que no le importa ni tiene problema en escribir escenas de todo tipo de una manera muy completa y descriptiva. Tan pronto nos da una escena de amor, o incluso con cierto toque erótico, como consigue que un escalofrío recorra nuestra espalda cuando nos encontramos en una parte más sangrienta o cruel. Es un autor que toca todos los palos y todos los hace bien, y eso, para mí, es de admirar. No sé si algún día escribirá una de esas novelas largas que a mí tanto me gustan, pero tengo claro que imaginación y destreza para ello no le falta. Así que aquí estaré yo para leerlo si lo hace, o para seguir leyendo esos relatos que tanto consiguen hacerme disfrutar.

Siempre se ha dicho de los problemas que, o vienen de cuando en cuando para provocarnos altibajos y enseñarnos a valorar lo que tenemos, o vienen todos de golpe, como en el caso de Jan, una montaña rusa que desciende en seco y nos deja mareados con esa inseparable sensación de vértigo.



