Al comenzar a leer Jugando con la muerte de Carlos Monsreal tuve la sensación de que mi camino lector por la ficción o por la vida del personaje o del autor sería duro. Sería un camino lector con miedos, temores, incertidumbres y sed de saber.
Me preparé mi mochila y zapatos y comencé la aventura lectora sabiendo que la mochila la llenaría de experiencias, enseñanzas y vivencias. Y sabía que mis zapatos desgastarían sus suelas de tanto caminar con el protagonista y el escritor.
Ha sido una buena experiencia lectora, y confieso que noto que cada vez me gusta más leer literatura de lo vivido.
Argumento
El pequeño Charly nació en una comunidad apenas poblada por unos cien o cincuenta habitantes; durante mucho tiempo, estuvo rodeado de maltrato físico y emocional por parte de la gente más cercana a él, que él siempre ha llamado su primera sociedad. Al mudarse a una gran ciudad con su familia, él pensaba que todos sus problemas llegarían a su fin, pero lo que no imaginaba era que una muerte inesperada llegaría para cambiar el rumbo de su destino, llevándolo por diferentes caminos rodeados de una extrema aventura, cargadas de felicidad, tristeza, muerte y nostalgia, pero sobre todo de abundante adrenalina. Al pasar los años y algunos encuentros con la muerte, esta última se convierte en su gran compañera de vida. Sin darse cuenta, comienza un juego en el cual solamente el mejor jugador será el vencedor. ¿Quién ganará y qué ocurrirá? Esa es la pregunta.
Mi opinión personal (sin destripes)
Literatura de lo vivido es para mi escribir autobiografía o escribir una historia que contenga aspectos de lo vivido por el escritor. Eso es para mi la autoficción y eso es lo que he percibido con la lectura de Jugando con la muerte de Carlos Monsreal.
Pensaréis que esta autoficción está muy presente en muchas novelas, y es cierto ya que el escritor siempre aporta a sus historias vivencias propias; pero en este libro he sentido muchísimo está literatura de lo vivido desde el principio al fin. Creo que fundamentalmente por querer contar esta historia para mostrar una enseñanza de vida, para ejemplarizar.
«... Le dije: «Es para mi un placer haberte conocido, Henry; espero que, al contarte mi breve historia, puedas darte cuenta de que todos o la gran mayoría de la gente que se encuentra a tu alrededor tiene situaciones que tu llamas problemas, ya sean económicos, laborales, familiares. Pero nada de eso ni nadie debería tener la capacidad o el derecho de cambiar o afectar tu estado emocional. Tú eres dueño de tus propias decisiones; por lo tanto, absolutamente nadie es responsable de lo que pasa contigo. Tú tienes capacidad de tomar las decisiones más acertadas para ser un mejor ser humano; tienes que agradecer por todo lo que tienes a tu alrededor, y así continuar trabajando en tu propio ser para que puedas lograr alcanzar esa abundancia y paz espiritual que tanto anhelas»
¿Qué os parece? Acierto con el tono ejemplarizante, ¿verdad? Y además creo que Charly (el protagonista) y Carlos Monsreal (el escritor) tienen mucho en común. Y me gusta muchísimo sentir de nuevo que con la creación de una historia ficticia el autor nos quiera contar la suya propia.
Apasionante saber crear un territorio en el que el protagonista sea el escritor, ¿o no?. Crear la duda en el lector como lo ha logrado conmigo es un juego en el que me encanta participar. Me hizo conectar con la historia, con el protagonista, con el resto de personajes que habitan la novela y luchan por salirse de ella con garra, con el escritor y con sus enseñanzas y con sus reflexiones.
Con estilo, perspicacia, originalidad y verdad Jugando con la muerte nos muestra decisiones no acertadas y acertadas que conducen a distintos caminos. Nos muestra caídas y levantamientos, nos muestra un caminar duro y golpeado para presionando nuestra piel con fuerza compartir valores de vida.
Y a mi lo que más me ha gustado a pesar de la dureza de la historia ha sido sentir el esfuerzo del protagonista, narrador por navegar a una velocidad correcta por la denigración y por la satisfacción para llegar a la propia y gran autoestima. Es difícil hacerlo con la compañía del lector en todo momento y yo no le solté la mano a Charly en ningún momento.
Leed Jugando con la muerte de Carlos Monsreal y disfrutad de una historia que se mueve entre la autobiografía y la novela. Un libro que crea un pacto ambiguo con lo privado y con lo inspirador. Muy disfrutón y que se lee de un tirón ya que el estilo y lenguaje es sencillo y sin artificios para conseguir que el lector se centre únicamente en la historia y en su tono ejemplarizador.
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