El inicio es impactante no por los detalles que da sino por el hecho en sí: el asesinato y abuso de dos niñas, contado en una especie de prólogo de unas ocho páginas y que ocurrió hace cuatro años, y que es lo que nos conducirá a la siguiente parte que ya sucede en la actualidad y que transcurre en unos meses.Conoceremos a varios personajes que nos irán dando las pautas de la novela: Ewert Grens comisario jefe de policía y Sven Sundkvist el inspector de policía, el jefe de ambos es Göransson, también nos encontramos con el fiscal Lars Agestam, o Nils Krantz que es técnico forense, o Lennart Oscarsson director de unidad en la cárcel de Aspsas, o Kristina la abogada defensora o Fredrik Steffansson un escritor en crisis y sobre el que girará la mayor parte de la trama, todos tendrán su protagonismo e irán retratando una sociedad que deja mucho que desear. Los escritores Roslund y Hellström logran reflejar un retrato psicológico de todos los personajes y un trasfondo donde reflejan los sentimientos que resultan de los hechos. Además nos intentan transmitir que por desgracia aunque haya una buena policía o un buen sistema judicial eso no reduce el número de crímenes, los delitos son problemas de la sociedad, forman parte de ella, y del propio individuo.La novela supone una profunda reflexión sobre el ser humano, sobre nuestras acciones, qué somos, qué nos mueve a llevar a cabo ciertos actos y de las consecuencias que provocamos.Una crítica hacia la sociedad y hacia el individuo. Es importante pensar antes de actuar y ver todas las implicaciones que nuestras decisiones conllevan porque es fácil pasar de víctima a verdugo.También plantea diversas preguntas como el hecho de si a una persona que destruye a alguno de sus semejantes se le puede seguir llamando ser humano o se le podría nombrar: “la bestia”, y entonces donde está el límite, quién lo marca, si todas las vidas valen lo mismo, un sinfín de preguntas que surgirán a lo largo de la lectura.La novela logra transmitir muchas emociones casi siempre rabia pero también dolor, indignación, impotencia, sabemos que Suecia es un país como otro cualquiera a pesar de su imagen moderna y tranquila esconde muchos trapos sucios que airear al igual que todas las ciudades del planeta, y eso es lo que hace esta novela, y lo que cuesta más aceptar, ya que los protagonistas de esta novela existen, no es que estén basados en personas reales, pero los podemos encontrar, pueden ser un padre, un hijo, un hermano, un amigo o un vecino, un libro que refleja la realidad de una sociedad demasiado cercana a la violencia, de hechos y de palabras. En mi opinión la violencia solo engendra violencia y esa es una de las muchas lecturas que podemos sacar de la novela.Un consejo no leáis la sinopsis si vais a leer el libro pues adelanta bastante de la trama lo que quitará cierta intriga a la novela, aunque en algún momento el lector sin haber leído la sinopsis intuye lo que sucederá pero lo importante es todo lo que se genera alrededor de la historia.
“La bestia” una novela negra impactante, dura y que te hará reflexionar y plantearte muchas cuestiones. Por desgracia tan real como la vida misma y con un desarrollo excelente.
“El hombre es la única especie de los mamíferos capaz de cometer actos contra sí mismo, de cometer asesinatos a sangre fría hasta el punto de llegar a la extinción. Somos peores que los animales, somos como demonios, preparados para autodestruirnos.”
“
no había llorado ni una sola vez. Esto les dejó muy sorprendidos y quisieron saber por qué. Él les contestó que no conocía la respuesta, pero que tenía que ver con el hecho de que la tristeza se acumula en nuestro interior y a veces no podemos dejarla salir.”