De un contenedor de basura en un aparcamiento periférico asoma el cadáver de una chica jovencísima. Estamos en un pueblo de la costa de Livorno, el imaginario Pineta, convertido en una localidad balnearia de moda: donde estaba el bar con petanca han puesto un discopub al aire libre, en la pineda hay un gimnasio exterior de body-building y ya no hay bancos, sólo aparcamientos para las motos. El homicidio parece ser un asunto de droga y sexo, y las sospechas recaen sobre dos amigos de la víctima, malcriada hija de buena familia de licenciosa conducta.
Pero la casualidad quiere que, por amor al cotilleo y para matar el tiempo, el grupo de los viejecitos del Bar Lume comience a hablar sobre el crimen, a discutir, a reñir y, por último, a indagar. El propietario del bar, Massimo, nieto de uno de ellos, se acaba erigiendo como el verdadero y desganado investigador, al que los jubilados, como un coro griego, discuten sus intuiciones, las desmontan y las perfeccionan, pasándolas por un cómico cedazo de irreverencias, y convirtiendo la investigación, más allá de la intriga policíaca, en una expresión de testaruda supervivencia de los habitantes del pueblo frente a la devastación del consumismo turístico modelado por la televisión.
OPINIÓN:
La novela que hoy os presento, es la primera de una trilogía que Marco Malvaldi ha publicado, gracias en parte al éxito obtenido con el boca a boca de los propios libreros a sus clientes.
Nos encontramos en Pineta, una localidad italiana, donde Massimo regenta un sencillo bar de pueblo, y que de repente sin comerlo ni beberlo, una madrugada en la que algunos se acuestan y otros se levantan, entra en su bar un joven bastante ebrio, que le comunica que ha encontrado un cadáver dentro de un contenedor de basura.
Massimo se ofrece a acompañarlo a la escena del crimen y da parte a la policía.
A partir de aquí comenzará la investigación en la que nuestro protagonista, avispado, mordaz e intuitivo, irá elaborando sus propias pesquisas espoleado por su propio abuelo y sus compañeros de cartas, y por la pobre y desacertada investigación por parte de la policía.
Este es el argumento sobre el que gira todo el libro y donde conoceremos su parte más jugosa, las conversaciones, cabreos, risas, partidas de cartas, especulaciones y alcahueteríos de estos jubilados que consiguen hacerse entrañables, y que en su vuelta de todo como corresponde a los de su edad, no se muerden la lengua ni dejan títere con cabeza.
Aunque el crímen está presente en todo el libro y al final llega a resolverse, considero que la gracia del libro reside en el protagonismo otorgado a unos jubilados, y en la lucidez e inteligencia de Massimo, que logra sacarnos más de una sonrisa con sus acertados comentarios.
El punto fuerte del libro: Un libro corto, ligero, fresco y de fácil lectura, sin complicaciones. Un crimen, un cadáver y un asesino. Ideal para este veranito.
El punto menos fuerte del libro: Tal vez su propia ligereza para los que busquen una novela más compleja.