SINOPSIS: Erase una vez un pueblo donde las noches eran largas y la muerte contaba su propia historia. En el pueblo vivía una niña que quería leer, un hombre que tocaba el acordeón y un joven judío que escribía cuentos hermosos para escapar del horror de la guerra. Al cabo de un tiempo, la niña se convirtió en una ladrona de libros y regalaba palabras. Con estas palabras se escribió una historia hermosa y cruel que ahora ya es una novela inolvidable.
OPINIÓN PERSONAL: Leí este libro en verano pero no sabía cómo hacer una reseña que le hiciera justicia así que en navidades lo releí con la esperanza de encontrarle errores o simplemente saber qué palabras utilizar en la entrada.
El tema, aunque muy trillado, siempre me ha llamado la atención y más aún cuando supe que
Una cosa que amé y odié al mismo tiempo son los pequeños spoilers que hay en la propia historia. El narrador nos adelantará pequeñas partes haciendo que sea imposible despegar los ojos del papel para saber de qué forma ha ocurrido. Esto nos lleva a otra cosa importante: el narrador. La voz que relata la historia no es otra sino que muestra un tono irónico, cómico y frío pero a la vez cercano.
De verdad, puedo ser alegre. Amable, agradable, afable... Y eso sólo son las palabras que empiezan por "a". Pero no me pidas que sea simpática, la simpatía no va conmigo.
Los personajes tienen gran importancia, tanto los protagonistas como otros que apenas aparecen unos capítulos.
Acabarás cogiéndole cariño a Hans, el padre de acogida de Liesel. Un hombre con un corazón de oro, apasionado por la música, con un alto sentido del honor y gran afición a fumar y liar cigarrillos.
¿Hay algo peor que un chico que te odie?
Un chico que te quiera.
Son capaces, junto con la narradora, de crear una atmósfera muy emotiva, llena de sentimientos. Estos personajes van evolucionando a medida que avanza la historia (los capítulos no abarcarán el mismo marco temporal sino que cada uno ocurrirá en un periodo de tiempo determinado, saltándose meses en los que no ocurre nada relevante)
El libro se estructura en diez partes, divididas a su vez en varios capítulos cada una. Los capítulos son muy cortos (hay algunos que ocupan una sola página) y hay algunos que están divididos en dos partes. En general la lectura se hace muy amena y fácil, aunque hubo ocasiones en las que tenía la sensación de que no avanzaba porque no ocurría nada "importante". Una vez que llegas a la mitad del libro (más o menos), la presencia de otro personaje hará que esta sensación quede olvidada por completo.
El final llega de golpe, dejando al lector en shock y consiguiendo que recordemos la historia y a sus personajes durante mucho tiempo y con gran cariño. No quiero revelar nada así que sólo os diré que a partir de un capítulo determinado para mí fue un no parar de llorar. ¡Y todo por esos adelantos tan "agradables" por parte del narrador!
He odiado las palabras y las he amado, espero haber estado a la altura.
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