Reseña: La mujer del viajero en el tiempo

Título original: The Time Traveller´s Wife | Autora: Audrey Niffenegger Género: Fantasía, Romántica | Editorial: Grijalbo | Páginas: 598 | Año: 2005

SINOPSIS:
Henry es bibliotecario y padece una extraña disfunción genética que le hace viajar involuntariamente en el tiempo; Clare, su mujer, es artista. Su amor es apasionado y solo aspiran a llevar una vida normal. Sin embargo, los viajes al pasado y al futuro de Henry, que a veces producen situaciones comprometedoras y otras divertidas, son un desafío a su relación. Una novela que invita a pensar en la perdurabilidad del amor y el paso del tiempo, en la emoción irrepetible de las primeras sensaciones, tanto en una relación como en la vida.

MI VALORACIÓN PERSONAL

¿Puede el amor traspasar las barreras del tiempo?

Necesitaba leer una novela como esta, que fácilmente me atrapara, a la que pudiese darle cuatro ratoncitos, de la que pudiese decir buenas cosas en esta reseña. La Mujer del Viajero en el Tiempo es una novela que, en efecto, me atrapó. Ya había visto la película (en España se tradujo como Más Allá del Tiempo), bellísima por cierto, protagonizada por el atractivo Eric Bana, y en cuanto supe que estaba basada en un libro, ¡zas!, ni me lo pensé. Partía con la premisa de que iba a gustarme. Y así ha sido pues ni corta ni perezosa ya la catalogo como una de mis novelas favoritas.
La Mujer del Viajero en el Tiempo es una historia que trata un concepto con el que el hombre mismo sueña desde que el mundo es mundo: viajar en el tiempo. ¿Qué pasaría si pudiéramos hacerlo? Quizá viajaríamos a nuestra época favorita o cambiaríamos algo que hicimos en el pasado, o nos remontaríamos a la época en la que vivían nuestros seres queridos que ya no están. Si sabemos a dónde vamos, es decir, si viajamos voluntariamente, la aventura es poco más que fascinante. Pero cuando se viaja sin rumbo, todo es un camino de peligros constantes. En la novela de Niffenegger se antepone, además, el amor. El que se profesan Henry y Clare es de los que calan; te enamora, te seduce, te entristece por momentos, te hace llorar o reir, te desilusiona, te da rabia,... te atrapa sin medida. La Mujer del Viajero en el Tiempo es una historia de amor, pero no una cualquiera; aquí te sorprende con sus pequeñas dosis de felicidad y alegría, de tristeza y amargura, con constantes e involuntarios viajes en el tiempo que en absoluto ponen piedras en el camino frente a un final que se avecina feliz. O quizá no. He ahí la cuestión que dejo en el aire para que el lector la descubra.

- No te abandonaré jamás- me dice-. Aunque tú siempre estés abandonándome.
- Olvidas que yo nunca quiero marcharme.
(11 de septiembre de 1988; Henry tiene 36 años, y Clare, 17).

De la trama poco puede decirse sin revelar nada relevante. Henry y Clare se aman, eso está claro, por encima de todo y del tiempo, incontrolable tesoro que es. Debo decir que tras visionar la antes citada película (lo normal, al menos en mi caso, es leer el libro y luego ver la película, esta vez no ha sido así) es que me imaginaba exactamente así a Henry en papel: un hombre honesto, amable, educado, tímido, muy dulce... el amante ausente, no obstante. Eric Bana supo llevarlo muy bien a la pantalla (ya reseñaré en su día el film). Él es la pieza clave de la historia sin olvidar a la también entrañable Clare, de niña y mujer. Encantadora, igualmente dulce y fiel a Henry hasta el final. Hay más personajes, por supuesto, tan ricamente perfilados y exquisitos, especialmente Kimmy y la pequeña Alba, hija de Henry y Clare. Con esta última disfruté mucho con sus pasajes hasta el punto de que me llegué a enamorar, literariamente hablando, de esta chiquilla. Un encanto de personita, tanto como su madre a su edad cuando dejaba comida y ropa a un adulto y desnudo Henry, dados sus constantes viajes, quien en sus encuentros a solas intentaba ganarse el cariño de su futura esposa. Muy emotivo.

- ¿Te despiertas alguna vez pensando que soy una especie de broma que Dios te está gastando?
- No, me despierto pensando que podrías desaparecer y no regresar jamás.
(5 de septiembre de 1993; Clare tiene 22 años, y Henry, 30).

Así y todo, otro aspecto importante que hay que subrayar es que la autora ha sabido plasmar con bastante acierto los puntos de vista de la pareja protagonista. Toda la novela está contada en primera persona por ellos (primer acierto) y, a lo largo del libro, "viajamos" con Henry al pasado con Clare de niña, y vuelta al presente con la Clare adulta. En ese "viaje" se van alternando las posturas de ambos (segundo acierto), a veces leemos a Henry y al siguiente pasaje leemos a Clare; en uno Henry puede tener 30 años y al siguiente, 42. Esto nos permite conocer de primera mano los sentimientos y sensaciones de la pareja, muy enamorada y también necesitada, y darnos cuenta de cómo Henry es testigo directo de la transformación de su Clare, su amada Clare.

Odio estar donde ella me falta, cuando ella me falta. No obstante, soy yo quien se marcha, y ella no puede seguirme (Henry).

En resumen, La Mujer del Viajero en el Tiempo es una maravillosa historia de amor que invito a leer desde ya. Encontraremos situaciones comprometidas y embarazosas de esas de tierra trágame (no olvidemos que Henry viaja desnudo), pero también Audrey Niffenegger deja espacio para la diversión pues algunos de los viajes de Henry le meten en más de un apuro. No es la típica historia de amor al uso; esta es mágica, original, emotiva, fantástica e inolvidable. Sus 600 páginas pueden echar para atrás a más de un@, pero en absoluto no miento cuando digo que La Mujer del Viajero en el Tiempo es un libro de ritmo pausado pero no monótono, cansino o repetitivo. Cada pasaje de la novela es un trozo de magia en estado puro, de amor más allá del tiempo. Dulce y triste a partes iguales, aquí cada detalle cuenta en una historia que seguro te cautivará, salpicada de cierta poesía y musicalidad en sus párrafos que suenan muy bien conforme avanzamos en la lectura. Una novela que conduce al lector de la sonrisa a la emoción. Estremece y conmueve por igual e invita a pensar en la perdurabilidad del amor, sin barreras u obstáculos, y de la vida misma, con sus pequeñas cosas.
Tienes una cita en el tiempo con esta novela. Yo de tí no me la perdería.
Reseña: La mujer del viajero en el tiempo