La polilla en la casa del humoGuillem LópezAristas MartínezRústica | 176 páginas | 17€
¿Sabéis esas lecturas donde lo pasas realmente mal pero a la vez adoras lo que estas leyendo? La polilla en la casa del humo es una de estas, de las que te destrozan por dentro aunque estés disfrutando hasta el último ápice de lo que te cuenta y que no te sueltan ni un minuto. Guillem nos narra como hace mucho tiempo y por motivos desconocidos la población del planeta empezó a escavar túneles, así es como nació el Pozo. El Pozo es una inmensa red de cavernas, cuevas y túneles fortificados donde la vida de los hombres y mujeres se limita únicamente a excavar cada vez más profundamente, profiriendo una existencia miserable y repetitiva. Veintiuno, un joven adolescente que adolece las palizas y abusos propias de su edad, no le gusta lo que está por venir próximamente en su vida, su conversión en un mecatacto (seres que cambian sus músculos u órganos por piezas mecánicas). Pero a través de engaños y traiciones consigue mejorar su situación hacia un destino que pinta bien y colocándose en una posición en la que poder vivir cómodamente, tal y como el desesa. Pero a veces como dice el dicho, cuanto más alto se está, más grande es la caída.
Ilustración en Fatariya
Esta es la primera obra que leo del premiado Guillem López, pero ya advierto que no será la última. El autor presenta una obra oscura, brutal y cruda que representa la ironía, la violencia y la desesperación humana personificadas. A través de la primera persona encarnada por Veintiuno, nos ofrece una óptica llena de cinismo donde el joven va relatando su historia sin edulcoramientos, pero siendo tramposo en ocasiones, guardándose datos y engañando al lector en otras tantas, creando momentos realmente impactantes. A través de pequeñas escenas encadenadas de forma un tanto difusa, Guillem compone un entrecortado dialogo con el lector plagado de un lenguaje cortante, mordaz y sobre todo directo. Toda la narración está plagada de las interacciones del propio Veintiuno con su entorno, aunque no faltarán sus más que interesantes momentos de reflexión personal con monólogos internos plagados de interés.
Pero aparte del brillante narrador que emplea Guillem, crea además un mundo post-apocalíptico espectacular. Un mundo subterráneo del que realmente no conocemos nada, ni su origen, ni su propósito y mucho menos la necesidad de seguir cavando que tienen sus habitantes. Cientos de túneles y pasadizos excavados en roca donde vive una enfermiza sociedad jerarquizada, con jóvenes explotados desde su juventud; mayores exigidos por el dios de la mecánica a los cuales sustituyen sus órganos o miembros por implantes mecánicos, recordando esa estética steampunk tan propia de Mad Max; sicarios despiadados que trabajan para la aristocracia criminal, prefectos que cuidan del cumplimiento de las leyes impuestas en el Pozo o sacerdotes que promulgan el culto al dios mecánico. El mundo de Guillem rezuma decadencia y podredumbre, violencia y enfermedades, un lugar opresivo y degradado donde las personas habitan en una pequeña ciudad cubicular escarbada en roca. Algunos sueñan con salir de allí, con lugares mejores como la superficie, pero todos ellos saben que sus posibilidades son nulas y no sirve de nada hacerse ilusiones o tener esperanza. Además, Guillem caricaturiza una sociedad donde la droga es necesaria para subsistir, donde los lugares como los fumaderos (llamadas Casas de humo) son necesarios para la supervivencia, para escapar de la extenuante rutina que oprime aquel lugar.
Ilustración de Isostock
Como habréis podido observar todo son buenas palabras, y la verdad es que no encuentro un momento que no haya disfrutado la lectura. Lo he degustado en un mismo día, de un trago, sin poder soltarlo ni para ir al baño como se dice, pero he salido dolido y escaldado de ese Pozo, reconozco que ya no soy el mismo de antes. Fascinante y atractivo, asqueroso y repugnante, entretenido y adictivo. Una lectura espectacular que jugara contigo y tu mente en todo momento, que no sabrás lo que va a pasar y que creo que tiene más que una simple lectura, con una segunda (que no tardará mucho tiempo en caer), todavía ganará más enteros para obtener el trono de las mejores lecturas. Creo que, tras una primera lectura en la que se devora, una segunda mucho más pausada y parándose en cada detalle, analizando la información que ya conocemos, hará que ese desenlace de la novela probablemente cobre otro sentido (o quizá me equivoque, quién sabe), pero tengo claro que, tras terminarlo, no podréis decir que os ha dejado indiferente.
El tramposo narrador que es VeintiunoEl mundo creado en ese pozoEl lenguaje directo y descarnadoLos mensajes y paralelismos que se pueden establecer con nuestra sociedad
Nada, absolutamente nada, leedlo YA
Guillem López deja sobre el papel una historia potente, atractiva y adictiva; con un narrador de los que atrapan desde los primeros párrafos y creando un relato duro y escabroso que te provocará sentimientos encontrados. Se coloca de lleno en lo mejor que he leído este año, y por supuesto tengo muchas ganas de hacerme con Challenger (Aristas Martínez), ya que las historias a modo fix up que componen un puzzle sabéis buenamente que me vuelven loco. Guillem promete mucho en el panorama de género español, con estilos diferentes (ahora prepara algo cyberpunk), pero con una voz narrativa única.