Revista Cultura y Ocio

Reseña "La tienda de los suicidas"

Publicado el 19 mayo 2014 por Maralver @Maralver
Ficha técnica y Sinopsis

Título: La tienda de los suicidas
Autor: Jean Teulé
Páginas: 160
P.V.P: 6,95 Euros
En esta novela enormemente divertida, no exenta de humor negro, el lector penetra en la tienda y en la vida de una familia, los Tuvache, dedicada desde hace generaciones a la venta de productos (sogas para ahorcarse, toda clase de venenos, armas, etc.) que cualquier suicida debe tener a mano para el momento en que decida abandonar este mundo. Los Tuvache se sienten orgullosos de su trabajo y de su reconocida eficacia profesional, hasta que el menor de sus vástagos empieza a dar muestras inquietantes: es un niño alegre, al que le entusiasma la risa.
Opinión personal

Dicen que nunca hay que fiarse de las apariencias... Y es que este libro me pareció bastante bueno cuando le eché un vistazo en la librería.
Jean Teulé nos cuenta la historia de una tienda muy peculiar que se dedica a suministrar todo tipo de artículos a todas aquellas personas que sólo ven en el suicidio la única vía de escape a sus problemas.
Ambientada en un futuro más o menos cercano, el mundo se ha ido al garete por el cambio climático, y la falta de esperanza e ilusión se apodera de los seres humanos; O, por lo menos, los de la ciudad donde está situada la tienda de los suicidas.
Regentada por Lucrèce y Mishima Tuvache, la tienda de los suicidas se encarga de suministrar las herramientas necesarias a todas aquellas personas que quieren acabar con su vida.
Son los mejores, pues la tienda ha sobrevivido a varias generaciones, y han ido evolucionando hasta convertir sus artículos en un seguro de muerte para todo aquel que la desee. Y, ciertamente, todo aquel que sale de la tienda, no vuelve.
Vincent, el hijo mayor, y Marilyn, la mediana, han sido educados para ser unos grandes pesimistas, y de ello hacen gala a través de sus pensamientos , de sus depresiones y sus actos...A decir verdad, son los hijos que siempre habían querido los señores touvache. Hasta que llegó su hijo pequeño: Alan. Un niño que les traerá de cabeza y que no sabrán que hacer para remediar la terrible enfermedad que, segun ellos, padece: la felicidad.
La historia comienza bastante bien, y yo creo que es inevitable que se nos dibuje en el rostro una sonrisa, pues el humor negro se hace notar desde el principio. Pero este humor se va volviendo facilón e incluso repetitivo durante el desarrollo de la novela. No quiero decir que deje de divertir, sino que ya no hace tanta gracia.
La idea es muy interesante, una tienda para suicidas es lo suficientemente atrayente, y unido a un ambiente y unos personajes tan deprimentes, todo me hacía pensar que iba a estar ante una gran historia. Pero aunque lo es, por lo menos su premisa, la novela falla por su pobre desarollo. Me hubiera gustado saber más sobre el mundo en el que viven, que se profundizara un poco más en los personajes...
La historia se queda a medias, y en vez de avanzar y así enriquecerla, se repiten varias acciones, cayendo en la reiteración y, por supuesto, en algún momento de aburrimiento.
Pese a todo, el buen humor está presente en toda la novela, y aunque hay varios aspectos que me han decepcionado, sí os puedo decir que es una lectura agradable y amena. Es muy cortita, se lee de una sentada.

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