Revista Cultura y Ocio
Reseña: La víspera de casi todo, de Víctor del Árbol
Publicado el 16 febrero 2016 por Chema Fernández @chemaupGerminal Ibarra es un policía desencantado al que persiguen los rumores y su propia conciencia. Hace tres años que decidió arrastrar su melancolía hasta una comisaría de La Coruña, donde pidió el traslado después de que la resolución del sonado caso del asesinato de la pequeña Amanda lo convirtiera en el héroe que él nunca quiso ni sintió ser. Pero el refugio y anonimato que Germinal creía haber conseguido queda truncado cuando una noche lo reclama una mujer ingresada en el hospital con contusiones que muestran una gran violencia.
Una misteriosa mujer llamada Paola que intenta huir de sus propios fantasmas ha aparecido hace tres meses en el lugar más recóndito de la costa gallega. Allí se instala como huésped en casa de Dolores, de alma sensible y torturada, que acaba acogiéndola sin demasiadas preguntas y la introduce en el círculo que alivia su soledad.
El cruce de estas dos historias en el tiempo se convierte en un mar con dos barcos en rumbo de colisión que irán avanzando sin escapatoria posible.
Escribo esta reseña al poco de terminar el libro (domingo 14 de febrero) y la verdad es que no se como contaros tanto sin desvelar nada de la trama. Tengo que admitir que este es el primer acercamiento que tengo con Víctor del Árbol y eso que me han recomendado muchas veces Un millón de gotas o La tristeza del Samurai que son novelas anteriores a esta y dicen que las mejores de su carrera literaria. La víspera de casi todo resultó ser la ganadora del Premio Nadal 2016, uno de los premios más antiguos y prestigiosos de nuestras letras. Así lo demuestra la lista de premiados empezando con Carmen Laforet en 1945 con Nada y en la actualidad con Víctor del Árbol y la novela que os traigo hoy.
Germinal Ibarra es un inspector de la policía muy reconocido por la resolución del caso de Amanda, una niña malagueña que fue asesinada. Esta fama repentina hace que Germinal decida marcharse de todo el ajetreo producido por el caso y vuelve a La Coruña, su ciudad de natal y allí continua su labor. Una noche recibe una llamada del hospital en el que le avisan que una mujer que ha llegado en pésimas condiciones pregunta por él, esta mujer será la desencadenante de una historia de luz y sombras. Paola, una mujer que aparece en Punta Caliente, un pueblo en la Costa da Morte, decide instalarse durante una temporada para huir de algo o alguien que la persigue, unos recuerdos o unas personas que hacen que ella misma no pueda ser la de antes. A estas dos personas se les unirán una serie de personajes que nos acompañarán a lo largo de toda la novela, un libro que nos habla del pasado, de los recuerdos y de la manera en la que tenemos que afrontarlos.
Lo que más me ha llamado la atención es el hecho de que La víspera de casi todo es una novela coral, todos los personajes son importantes, cada uno de ellos tienen el protagonismo necesario y absoluto de la historia. Es cierto que tomamos como referencia a Paola y Germinal pero no quiere decir que Dolores o Mauricio o Daniel no tengan la suficiente importancia en el relato porque lo son, bastante decisivos en todas sus páginas.
Esta es una novela que habla del pasado, de un pasado que no nos permite seguir adelante, que nos tiene atados y amarrados y del que no podemos continuar. Víctor hace bajar a los infiernos a cada uno de los personajes y lo deja claro en las alusiones al pasado de los personajes, unos recuerdos dolorosos que los persiguen y del que son incapaces de seguir adelante. Pero la contraposición es que con coraje, con la lucha se puede seguir adelante y así lo reflejan las páginas de la novela. Los personajes son arrinconados en un precipicio y el propio autor los tira al suelo para que ellos mismos remonten el vuelo y puedan salir adelante. Es un libro en el que la rabia y la propia ternura están en una báscula constante.
Uno de los aspectos más importantes de todo la novela es el entorno de los personajes, es decir, los propios paisajes de la novela son un personaje más y como este es un reflejo de Germinal o Dolores o Paola. Precisamente uno de los aspectos que quiero dejar constancia es un momento en el que Germinal hace referencia a su infancia y en ese preciso momento una doctora le dice "No se ven las estrellas fugaces" pese a estar la noche despejada y es que hace un paralelismo de esa oscuridad con lo que envuelve a Germinal en ese momento. Las constantes referencias al entorno se hacen visibles por toda la novela y es muy curioso como este cobra vida, es uno mas de la novela.
El ritmo de la novela es trepidante, son de los que te deja con las ganas de saber más, de los que dices "un capítulo más y lo dejo" pero no nos engañemos... es imposible. La manera de escribir de Víctor te atrapará desde las primeras líneas y quedarás prendado. No hay ningún tipo de bajón durante la narración y eso es lo hace una lectura sublime. La tensión y la intriga es constante porque queremos saber más, queremos recomponer las piezas del puzzle y tener una visión completa de todo lo que está sucediendo.
Como habréis leído, hago mucha mención a los personajes y es que son una parte fundamental de la historia. Germinal con un pasado difícil que lo ha marcado como persona, una persona que baja a los infiernos y que el propio suicidio le ronda por la cabeza. Paola, una chica que escapa de su pasado, escapa de una vida que no le gusta, que deteste y que ella misma ha sufrido lo peor de lo peor refugiándose en las drogas, el alcohol o el sexo desenfrenado. Mauricio, un hombre que quiere reconstruir su pasado, que quiere buscar y encontrar lo más deseado y preciado para él. Dolores, una mujer rota pero con muro duro, pero en ese muro hay una puerta y lo que hay detrás de esa puerta es algo muy importante para ella. Daniel, el joven que ha vivido mucho a su corta edad y que intenta sobrellevar como puede los acontecimientos de su vida. Martina, la hija de Dolores, esa chica que sueña con volar. Cada uno de estos personajes desprenden rabia, tristeza, angustia... pero son ellos los que tienen en su mano poder cambiar y seguir adelante. ¿Serán capaces de luchar?
Tengo que hacer mención a ese desenlace, ese momento culmen de la novela en el que nuestro puzzle está casi completo pero del que ya podemos distinguir la imagen central. Sinceramente, tuve que cerrar el libro y respirar un par de veces por el nudo que tenía en la garganta y dar un grito de rabia por lo que estaba leyendo. Un grito que para mi ha significado todo, el momento clave de todo el libro y que dejará a cada uno de los lectores con la boca abierta, os lo garantizo. Suelo vivir con demasiada intensidad ciertos libros y este ha sido uno de ellos.
En definitiva, La víspera de casi todo es pasión, tristeza, rabia, esperanza, coraje, es... simplemente la vida. El entorno y los personajes son imprescindibles, son necesarios y entran en simbiosis, llegan a formar un solo ente en la propia novela, sus estados de ánimo se ven reflejados entre ellos. Una historia cuidada, compleja y que hará que el lector se siente y empiece a reconstruir un puzzle, cada una de las piezas será una información necesaria para poder ver toda la escena completada. Una novela que se ha convertido en una de mis favoritas de lo que llevamos del 2016 y que me ha demostrado una vez más la calidad del Premio Nadal y por otro, me ha dejado claro que Víctor del Árbol es un autor a seguir muy de cerca. Con esto quiero deciros que TENÉIS que comprar el libro ahora mismo y sumergiros en sus páginas.
Puedes comprar el libro aquí: La Víspera De Casi Todo
Gracias a Ediciones Destino por el ejemplar.
¿Has leído la novela? ¿Qué te ha parecido? ¿Conocías a Víctor del Árbol? Espero tus comentarios más abajo :)