UNA NOVELA SOBRE EL PODER DE LAS CARTAS PARA TRANSFORMAR VIDAS.
"El taller era su bote salvavidas. Iba a salvarlos de la incomprensión, de un duelo no resuelto, de una vida en punto muerto, de un amor en peligro. Cuando me di cuenta, era demasiado tarde, ya estaba inmersa en la intimidad y la historia de cada uno de ellos."
En memoria de su padre, Esther, una librera del norte de Francia, abre un taller de escritura epistolar. Sus cinco alumnos forman un grupo heterogéneo: una anciana aislada, una pareja que se enfrenta a una severa depresión posparto, un hombre de negocios que busca dar sentido a su vida y un adolescente perdido.
A través de sus cartas se tejen lazos, se abren los corazones. El ejercicio literario se transforma poco a poco en una lección de vida de la que todos los participantes saldrán transformados.
NOVELA INICIÁTICA, IMPREGNADA DE TERNURA Y HUMANIDAD, "LAS CARTAS DE ESTHER" ES UNA ODA AL PODER DE LAS PALABRAS.
→ Link de compra en Amazon ←
Puedo decir que cuando decidí leer la novela que os traigo reseñada hoy sabía que iba a salirme de mi zona de confort en cuanto a lecturas se refiere, ya que Las cartas de Esther de Cécile Pivot es un libro que difiere bastante de los que normalmente caen en mis manos, aun así, me gustó su sinopsis y, además, quería atreverme con algo diferente. De este modo, he podido sumergirme en una obra atípica, formada por numerosas cartas que los personajes que la componen van intercambiando en el marco de un taller de escritura, una novela epistolar donde vamos a encontrar pequeños extractos narrativos que ayudarán al lector a situarse en la historia y comprender mejor las personalidades de este variopinto grupo de personas. Una trama muy completa que nos hará reflexionar sobre diversos temas tales como la pérdida, el abandono, la soledad o la culpa, los cuales irán saliendo a la luz a medida que el poder de las palabras vaya sanando sus almas y transformando sus vidas para siempre.
Esther es una librera que desea honrar la memoria de su padre, para ello no se le ocurre nada mejor que montar un taller de escritura epistolar. Ella añora los momentos felices que vivió junto a su progenitor cuando intercambiaban cartas por el placer de mantener viva una tradición tan antigua con la que expresar los sentimientos más profundos de manera libre y sincera en un trozo de papel. Así, y sin muchas esperanzas de que el taller tenga éxito, se encontrará con cinco alumnos que parecen estar interesados en él, un grupo heterogéneo al que tendrá que dar ciertas pautas para poder llevar a buen puerto su proyecto, no obstante, será ellos los que enriquezcan sus días y le demuestren la profundidad de los sentimientos, los cuales pueden ser volubles y distantes a veces, sin embargo, siempre se mostrarán como la mejor arma para alcanzar la sanación frente al dolor y la incomprensión. De esta forma, Esther se convertirá en participe de su propio taller, teniéndose que enfrentar al recuerdo de un padre que cometió un acto cobarde, una persona que le enseñó mucho pero que eligió abandonarla de forma brusca y repentina, un suceso que no ha llegado a comprender y que la llena de ira y confusión.
Además de ella, conoceremos a , una mujer de sesenta y siete años que lleva viuda mucho tiempo tras la muerte de su esposo, al que estaba muy unida, alguien con una fortaleza indiscutible, con ganas de seguir activa e implicarse en multitud de proyectos en defensa de distintas causas, pero que se siente terriblemente sola y con mucho miedo a envejecer. Otro de los participantes será , el más joven del grupo está pasando por un mal momento, su vida apenas tiene sentido, la pérdida de un hermano lo ha dejado sumido en la indiferencia, sin ganas de seguir adelante y como único hijo de unos padres que no saben cómo superar la pérdida. Además de ellos, estarán y Nicolas, una pareja que ha visto como su mundo se derrumbaba después del nacimiento de su hija, tiene que enfrentarse a una profunda depresión posparto que está alejándolos y rompiendo un amor que creían invencible. Por último, conoceremos a , un hombre de negocios que ha dado prioridad a su vida profesional por encima de la personal, ahora, con dinero y éxito siente que su vida está en punto muerto y no sabe qué hacer para seguir adelante. Así, seis personas de lo más diferentes, con graves problemas, se verán inmersos en un proyecto donde deberán escribir cartas a diferentes destinatarios, en ellas pondrán por escrito sus miedos, sus dudas y todo aquellos que los coarta o les impulsa a huir, afrontando una realidad que no les deja avanzar. De esta forma, las emociones no tardarán el fluir y el envío de las misivas se convertirá en una especie de terapia para todos con la que tendrán la posibilidad de solucionar aquello que los hace infelices.
Cécile Pivot nos sumerge en una novela diferente, encuadrada en el género epistolar, se encuentra compuesta por las numerosas cartas que Esther va recibiendo a lo largo del tiempo que dura el taller de escritura. Ella las recopilará y las presentará al lector para que conozcamos las vidas de este grupo tan dispar. A mí me llama la atención este tipo de libros, pues creo que me es más fácil entender a los personajes, se vuelven más cercanos y consiguen transmitir mucho más fácilmente sus emociones. Aun así, la autora también ha querido intercalar dichas cartas con pequeños fragmentos narrativos donde nos acercamos todavía más a los personajes, momentos que ayudan al desarrollo de la novela y que no pasan desapercibidos para el lector. Asimismo, lo principal en este libro viene dado de la mano de los protagonistas, porque todos ellos tienen la misma importancia en el desarrollo del libro y vienen a participar de igual forma en el conjunto de la obra. Ellos y su forma de enfrentar los distintos problemas a los que tendrán que enfrentarse serán el principal motor de la novela, plasmando sus miedos, sus deseos, su furia o sus recuerdos a través de sus escritos, una manera de liberar sus almas y encontrar apoyo y comprensión. Por medio de estas seis personas la autora ha querido poner de relevancia temas tan difíciles y delicados como son la depresión posparto, el miedo a la vejez, la soledad, el duelo por una pérdida importante y como a veces ésta nos impide avanzar o volver a ser nosotros mismos, además, vemos la culpa del superviviente o el hastío a una vida que ya no les aporta nada. Todo ello quedará reflejado a través de nuestros personajes, sus pensamientos, la amistad que van forjando a medida que avanza el taller o la necesidad de liberar aquello que los ahoga por dentro, los cinco alumnos y Esther se verán inmersos en una vorágine de emociones que tendrán que desgranar poco a poco, tejerán lazos inquebrantables que los salvarán en muchos sentidos y transformarán sus vidas de una forma que no creían posible. En definitiva, un libro emotivo, tierno, lleno de humanidad y con mucho sentimiento que me ha calado bastante hondo y donde la escritora ha querido dar una lección indispensable al lector, el cual no podrá evitar formar parte de una experiencia revitalizadora y que pone de manifiesto lo fácil que es confiarse a un desconocido, permitir que las emociones fluyan para desahogar el alma, al mismo tiempo que encuentran una amistad sincera y reconfortante sin importar la diferencia que exista entre ellos.
Las cartas de Esther de Cécile Pivot ha sido una novela con la que he disfrutado enormemente, me ha hecho apreciar la sencillez con la que la autora presenta la vida de seis personas, todas ellas muy distintas entre sí, pero heridas en lo más profundo de sus almas, con diferentes problemas que afrontar, pero dispuestas a luchar por avanzar y tener un futuro donde ser libres de cargas, capaces de desnudar sus almas a través de las palabras y dejar que éstas transformen sus vidas para siempre.