Título: Las tarántulas venenosas no siempre devoran a los dioses griegosAutor: Rachel AntúnezEditorial: AutoeditadoAño: 2011ISBN: 9781446710562Nº de páginas: 102
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RESEÑA:Como sabéis, Las tarántulas venenosas no siempre devoran a los dioses griegos es el libro que estamos promocionando a través de Un mes un libro y hoy le toca el turno a su reseña. Tengo que decir que fue uno de los primeros libros que descubrí cuando comencé a visitar blogs literarios y ha tenido que pasar más de un año para que por fin haya podido leerlo a pesar de que me llamó la atención desde la primera vez que lo vi, ¿quién no se fija en ese título interminable?
La protagonista de la novela es Gea, una joven que roza la treintena y acaba de romper con su novio Marcos, a quien apoda el "cuernífero" lo que nos da una idea del motivo de la ruptura y puesto que no es la primera vez que la dejan por esta causa, se muestra un poco reacia a enamorarse de nuevo. A través de una red social entra en contacto con un antiguo novio del instituto, Héctor, quien curiosamente también le rompió el corazón años atrás al dejarla por otra: Helena "la tarántula venenosa". Después de un tiempo intercambiando mails deciden quedar para tomar un café, lo que será el inicio de una amistad en la que Gea tendrá que luchar contra la atracción cada vez más fuerte que siente por él. Por nada del mundo quiere que le vuelvan a romper el corazón y menos una persona que ya se lo destrozó en el pasado, pero luchar contra el amor a veces no es tan sencillo, más cuando él hará todo lo posible por ganarse su cariño de nuevo.
Las tarántulas venenosas no siempre devoran a los dioses griegos es una novela que podemos encuadrar dentro del género chick lit, que a mí me gusta mucho aunque ahora hacía tiempo que no leía ningún libro de este tipo, de hecho creo que en el blog solamente hay una reseña de este género. Esto ha hecho que haya disfrutado aún más de la historia, hasta el punto de que a las pocas horas de empezarlo ya lo había terminado.
Como la mayoría de libros de este género, es una novela ligera, fresca y divertida ideal para pasar un buen rato. Está escrita con un lenguaje sencillo, coloquial y diálogos abundantes lo que unido a un argumento nada complejo, hace que su lectura sea fácil y rápida, cumple perfectamente su propósito principal, que no es otro que entretener al lector y hacerle pasar un rato divertido, ya que contiene bastantes escenas en clave de humor.
Es la propia Gea la que nos hace llegar su historia a través de una narración en primera persona. Es un personaje con el que es fácil empatizar desde el principio y con el que seguramente muchas lectoras se sentirán identificadas en algún momento. Está bien caracterizada a nivel físico a través de pinceladas dispersas y poco a poco a través de la lectura la vamos conociendo más a fondo. Es una joven muy agradable y simpática, alegre a pesar de que los últimos acontecimientos vividos han bajado su estima y ahora continuamente se auto-compadece, vive obsesionada por las kilocalorías que come, le encanta su ropa con motivos infantiles, especialmente sus pijamas y en el tiempo libre se dedica a ver películas ñoñas y sensibleras, leer novelas románticas o salir con sus amigas.
Al ser una narración en primera persona nos hace partícipes de todo lo que se le pasa por la cabeza, especialmente las escenas que recrea en su mente junto a Héctor provocadas por sus alteradas hormonas que le hacen parecer una quinceañera. Estas ideas son las que hacen que la narración sea más divertida, ya que tiene una gran imaginación y por estar "en la luna" algunas veces no se entera de lo que pasa a su alrededor. En especial me han gustado mucho los motes que utiliza para definir a cuantos le rodean, desde la tarántula venenosa hasta el dios griego pasando por el cuernifero de su ex, me han resultado muy originales y divertidos.
Junto a ella el otro gran protagonista es Héctor, al que conocemos por lo que ella nos cuenta y quizás por ese motivo es, al menos físicamente, "perfecto", de ahí su calificativo de dios griego. No podemos olvidar que es la visión que Gea tiene de él y es lógico que para ella sea la perfección en persona. Es un personaje que a mí también me ha gustado, en especial su lado más cálido y tierno sobre todo con su hermana y su sobrina. Se le llega a perdonar el desliz cometido en el pasado ya que parece haber cambiado completamente y consigue ganarse nuestro cariño.
Tanto Gea y Héctor como el resto de personajes que aparecen en la historia y las situaciones que protagonizan resultan muy reales, sacados de la vida misma y de ahí que sea más sencillo simpatizar con ellos y compartir muchos momentos de su día a día que son similares a los nuestros. La mayoría hemos encontrado a algún antiguo compañero después de años a través de facebook, nos hemos pasado horas intercambiando mensajes de móvil y ansiando que llegase la respuesta, hemos sentido los nervios de las primeras citas o nos hemos preparado con la mayor ilusión del mundo para disfrutar de Nochevieja. Estas situaciones tan cotidianas son las que hacen que avances por la historia casi sin darte cuenta y disfrutes de esas confidencias en las que Gea nos hace partícipes de sus temores, ilusiones, problemas y rutina en general, ya que aunque el amor y las relaciones están en el centro de la historia encontramos otras facetas de la vida de una mujer treinteañera que la autora ha sabido reflejar con gran acierto.
Aunque en general me ha gustado le pondría un pero y es la brevedad, creo que Raquel tenía argumento para haberse extendido un poco más, quizás no en la relación de Gea y Héctor pero sí dando un poco más de importancia a los personajes secundarios, por ejemplo las amigas de Gea, Alicia y Denisse con sus respectivas parejas o contarnos un poco más sobre ese problema que queda en el aire entre Gea y su hermana. Pero bueno, esto ya es una puntualización de lo que a mí me gustaría que no tiene porque ser compartida.
En definitiva, Las tarántulas venenosas no siempre devoran a los dioses griegos es una novela amena y entretenida, con todos los ingredientes para pasar un buen rato, que se lee en un suspiro y que te deja con ganas de más. Muy recomendable para los que compartan mi afición por el género chick lit.