Este libro es el debut de la directora creativa americana Bonnie Garmus, en el mundo literario con el que ha obtenido un apabullante éxito, siendo traducida a numerosos idiomas, elegido como mejor libro del año según varias fuentes, ganadora del Goodreads Choice Award, convertida en serie de televisión…; en fin, que sí o sí, esta historia la tenía que leer y ya os digo que no me arrepiento ni un segundo.
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Elizabeth Zott es madre soltera y estrella a su pesar del programa de cocina de televisión más seguido de Estados Unidos. El enfoque inusual de Elizabeth para cocinar, combinar una cucharada de ácido acético con una pizca de cloruro de sodio, resulta revolucionario. Sin embargo, a medida que su éxito aumenta lo hacen también sus enemigos, porque Elizabeth no sólo está enseñando a las mujeres a cocinar sino también desafiándolas a alterar el orden establecido.
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Uno de los motivos que me llevaron a leer esta novela fue la gran repercusión que en muy poco tiempo ha tenido y también, por las buenas críticas que me he ido encontrando en la blogosfera.
Este relato nos muestra la lucha constante de una mujer que en principio lo tiene todo: es preciosa y muy inteligente. Pero como dice un amigo mío, guapa y lista está mal vista, y es precisamente lo que a ella le sucede. Nunca ha logrado encajar, demasiado guapa, demasiado inteligente y además, mujer. Estamos en los años 70 y las mujeres tienen unos papeles establecidos por la sociedad, un rol que Elizabeth está empeñada en no desempeñar. Trata de manera adecuada y entretenida la cuestión de la igualdad de sexos y la necesidad de ser uno mismo.
De a poco vamos desentrañando los entresijos de su vida, de su infancia y de la evolución de su vida personal. Otros personajes se suben a la palestra y también los iremos conociendo, con mayor o menor peso a través de los capítulos. Se nos mostrarán sus rutinas, sus anhelos, aquellas decisiones equivocadas....
Pero sin duda la auténtica protagonista es ella, la científica, la que debería ganar el premio Nobel pero que tal vez, por ser mujer, jamás lo logrará. Nunca conocerás a un personaje más firme que Elizabeth Zott. Siempre leal a lo que cree correcto, sincera y auténtica.
Hay momentos duros, muy duros y difíciles de concebir. Es increíble que esta mujer haya lograda seguir adelante y entendemos esa frase del inicio: “La treintañera madre de Madeline Zott se levantaba cada día al rayar el alba con una sola certeza: su vida había terminado.” El motivo de esta afirmación debéis descubrirlo vosotros, por supuesto.
En apariencia es una historia ligera, con un sentido del humor peculiar; con un cariz de doble sentido en diversas frases que te llevan a esbozar una sonrisa. Pero todo ello esconde más, mucho más; una realidad dura, por la que multitud de mujeres han luchado para intentar cambiar las cosas y aún, a día de hoy, se sigue con ello.
La congoja te acompaña a lo largo de las páginas, un nudo se te queda atorado en el pecho. Me ha hecho reflexionar sobre las casualidades que no lo son tanto, sobre las personas con las que nos cruzamos en nuestra vida, las malas decisiones que tomamos para acomodarnos a lo que se espera de nosotros… Fantástica historia que es mucho más que una simple historia.
Los lectores también llevamos a cabo un trabajo similar a los científicos, a través del ensayo-error hasta dar con "La lectura", aquella que de algún modo te costará olvidar; porque sabemos que existen, en ello sustentamos nuestra fe. Y esta novela lo es, amigos míos. Darle una oportunidad no hay cabida para el error. Fresca, inusual, imprescindible.