“Limones negros” es la segunda novela del periodista y escritor Javier Valenzuela. Al igual que su predecesora “Tangerina” se sitúa en la ciudad de Tánger y ambas tienen como protagonista al profesor Sepúlveda que por esas coincidencias de la vida termina como investigador de diversos crímenes.
“Tánger, otoño de 2015.La corrupción española atraviesa el estrecho en busca de nuevas oportunidades. Lola Martín, capitana de la Guardia Civil, sigue la pista en la ciudad marroquí de los tejemanejes de Arturo Biescas, presidente de BankMadrid. Sepulveda profesor del Instituto Cervantes, le ayuda en sus pesquisas. ¿Hasta dónde puede soportarse la corrupción? ¿Es lícito tomarse la justicia por su mano cuando la vía oficial resulta inoperante? Sepúlveda y Lola Martín se hacen esas preguntas conforme van apareciendo cadáveres y entra en escena Adriana Vázquez, lafemme fatale de Tánger.”
Una novela negra tangerina, así la denominan en diversos medios y es que sin duda Tánger se convierte en la protagonista indiscutible, sin ella no existiría esta historia. El escritor nos lleva de paseo por los diferentes locales más emblemáticos y aquellos otros que tan solo conocen quienes han recorrido mucho sus calles. “Cuenta los anhelos y los problemas del Tánger de hoy en día, no las nostalgias de un pasado mítico”, así nos lo dice el propio escritor. Es fácil sentirte en ella y también desear descubrir ciertos rincones y encontrarse con la ciudad en continuo cambio de la que nos habla Javier en su novela.Sepúlveda nos va relatando su día a día consiguiendo llevar al lector en sus recorridos por diversos bares y cafés. Transformándose esta característica en el aspecto positivo así como en el negativo de la misma, ya que tanto paseo lleva consigo que pasen las hojas sin introducirnos de lleno en la trama y en la investigación de la muerte de uno de sus alumnos. Un caso que te tiene en vilo, con grandes posibilidades, pero que me ha dado la impresión de que no se ha hondado lo suficiente en ello, dejándote un poquito con ganas de más.Los asesinatos se convierten en algo accesorio siendo principal el caso de corrupción que se ha ido desplazando desde España al otro lado del estrecho. Es interesante sin duda descubrir estos hechos, pero sigo diciendo que me hubiera gustado que al caso de los asesinatos se le hubiera dado más trascendencia.En contraposición a nuestro profesor convertido en justiciero, tenemos a Adriana, y todos aquellos que le rodean; ella es una mujer poco convencional alguien a quien le gustan los juegos “que no tienen reglas ni árbitros. Las que ni tan siquiera tienen nombre”, una mujer que hace lo que le da la gana y tan solo ofrece su corazón a una causa, a ella misma. Es interesante ver los diversos papeles que toman las mujeres en esta obra, todas ellas luchadoras e independientes.