Con un inicio un tanto tranquilo, tal vez demasiado para algunos pero que a mi me ha gustado, comienza este libro protagonizado por Bernie Rhodenbarr un ladrón bastante atípico, orgulloso de su profesión y que está convencido que eso es lo mejor que puede hacer y que no sirve para otra cosa, pero no os penséis que es un vulgar caco, tiene valores y ciertas reglas que no está dispuesto a pasar por alto.Bernie es contratado por un hombre para robar una caja azul que se encuentra en el interior de un apartamento, le ha indicado donde debería estar y que el apartamento estará vacío por lo que el trabajo en principio parece fácil. Todo parece ir sobre ruedas pero rápidamente la situación se tuerce, llega la policía al apartamento, y para complicarlo aún más dentro del piso encuentran un cadáver parece evidente pensar que Bernie ha sido el responsable. Bernie huye del lugar sin dar pie a que le atrapen. Ahora deberá intentar buscar al verdadero culpable del crimen o entregarse y pasarse los próximos años entre rejas. No le queda otra opción que implicarse en la solución del misterio si quiere recuperar su vida.El personaje de Bernie me ha encantado, es bastante particular pero muy sincero y con unas ideas muy claras, sabe aprovechar las oportunidades que se le presentan y no desea complicarse la vida. Su forma de ver la vida es bastante curiosa, conseguirá caerte bien a medida que lo vayas conociendoLawrence Block tiene una forma de contar la historia con un toque de ironía, y humor, con lo que además de mantenerte en la intriga logrará sacarte alguna que otra sonrisa. Lo más importante en la novela serán los personajes bien construidos con pocas descripciones pero que con sus actos los iremos moldeando en nuestra imaginación. No es una novela de acción, más bien Bernie te lleva con tranquilidad hacia un desenlace que no me esperaba y que me ha resultado muy interesante. Y es la parte final del libro donde aumenta esa intriga y sabe convencerte el escritor y dejarte con ganas de continuar con la serie y conocer un poco más a este ladrón tan particular y su vida en la ciudad de Nueva York.
“Los ladrones no pueden elegir” es una novela de intriga que adquiere cuerpo con el paso de las páginas y con un final muy bien narrado donde la búsqueda del asesino encierra más de una sorpresa.
“La verdad es que ya no quiero trabajar más de lo imprescindible. Resulta emocionante, por supuesto, pero cuanto más trabajas mayores son los peligros.”
“Ojala supiéramos por donde empezar. Pero es como si tuviéramos que desatar un nudo sin saber dónde están los cabos.”
“
Siempre he sido un ladrón de guante blanco y he demostrado el respeto más profundo hacia la propiedad ajena, tanto si tenía pensado dejar dicha propiedad o transferirla a mis manos.”