Revista Cultura y Ocio
Qué puedo decir, no hay una novela apocalíptica que tarde o temprano no acabe en mis manos. Me mata la curiosidad (Bueno sí, lo reconozco, es un chiste muy malo). Además en esta época es lo que toca. La autora británica Hanna Jameson, ha escrito sobre una nueva versión de cómo acabar con toda la humanidad; o casi toda. —————— ⦓⦔ ——————
Jon Keller asiste a un congreso en un remoto y mastodóntico hotel de Suiza cuando llegan noticias de diversos ataques nucleares. La situación mundial parece apocalíptica, las noticias son confusas y las comunicaciones no tardan en interrumpirse. Ante la incertidumbre y el presunto caos que reinan en el exterior, veinte huéspedes optan por permanecer en el hotel, que arrastra su propia leyenda negra. Entre ellos empezarán a aflorar tensiones y comportamientos paranoicos.
Para acabar de complicar las cosas, el descubrimiento del cadáver de una niña en un depósito de agua empujará a Jon a dar con el culpable en medio de un clima extremadamente enrarecido y peligroso.
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En cuanto de qué va el libro tampoco puedo decir mucho más, el prólogo es bastante exhaustivo y nos dice lo que hay que saber sobre ello. Tal vez demasiado. Yo he puesto el que creo es el menos extenso. Ya con esta introducción te llama la atención y te apetece echarle un vistazo a ver de qué va esta vez el fin del mundo. O al menos a mí.Como en todas las historias hay que comenzar por el inicio y en este caso ha sido un poco confuso incluso, me llevó a pensar que la historia iba a ser incoherente, con una falta total de emociones reales por parte del protagonista. Tenía la impresión de que no reaccionaba correctamente; no digo que se pusiera a llorar y gritar como un loco pero al menos algo. Estaba apático, como si aquello no fuera con él. Mejora con el paso de las páginas a medida que Jon nos va desvelando sus inquietudes y miedos.
Es un inicio brusco. Algunos autores se olvidan de contextualizar la trama. Qué ha sucedido, porqué, quién…, elementos necesarios para darle forma, profundidad, hacerlo creíble. Que nos engañen un poco y nos creamos que estamos ante el fin del mundo y no solo porque él nos lo diga.
Será Jon el que nos relate su versión de los hechos, de todo aquello de lo que ocurre a su alrededor y de sus emociones. Es historiador, es su oficio y desea que quede constancia de todo lo que sucede y por eso escribe un diario. Eso le da más intriga a la trama ya que tan sólo conoceremos su punto de vista, lo vivido por él. Me ha parecido correcto este formato de presentarnos la historia. Gracias a ello iremos conociendo la historia personal de muchos de los integrantes del grupo que será importante para lo que irá sucediendo creando cierta tensión y sorpresas por algunos hechos acaecidos.
Lo curioso de este libro, más importante que el propio apocalipsis (del que apenas se nos dan datos) es la reacción de estas veinte personas que verán como su mundo se vuelve del revés y deberán asentarlo sobre pilares diferentes. No todos lo logran y deciden ir por el camino fácil; aunque algunos me diréis que es el más difícil: acabar con sus vidas. Deben establecer un nuevo sistema social, nuevas normas y reglas con las que no todos estarán de acuerdo. Seguro que a muchos de vosotros les vendrá a la mente el Señor de las moscas, en el caso de que lo hayáis leído.
Y la otra parte igual o más importante es la investigación que se empecina a llevar a cabo Jon cuando encuentra el cadáver de una niña en el depósito de agua. Necesita que parte de su pasado no se vea alterado y que la vida de una niña si tenga importancia y se haga justicia. Necesita que ciertos valores perduren para que al menos valga la pena permanecer en este nuevo mundo.
El final tampoco fue de mi agrado, se soluciona todo demasiado fácil, como si la escritora deseara ponerle la palabra fin a la historia. No voy a decir que poco creíble, es el fin del mundo señores, pero le faltó algo más de información y de sustancia. Prometía cuando la autora nos enseñó lo que había más allá del hotel pero se quedó en un quiero y no puedo. Se le fue la emoción enseguida.
Aunque al principio no las tenía todas conmigo he terminado por disfrutar con esta historia apocalíptica en la que lo más importante fue la investigación de Jon para descubrir el motivo de que una niña acabara en un depósito de agua; con intriga y muchas vueltas a medida que se van descubriendo los secretos de los integrantes del grupo. Varias historias en una sola: las vidas de diversas personas que deben encontrar el modo de establecer nuevas reglas entre las cuales se pueda convivir. Y en cuanto al final, pues eso, que le podía haber sacado más jugo. En general está bien para pasar el rato.
Jon Keller asiste a un congreso en un remoto y mastodóntico hotel de Suiza cuando llegan noticias de diversos ataques nucleares. La situación mundial parece apocalíptica, las noticias son confusas y las comunicaciones no tardan en interrumpirse. Ante la incertidumbre y el presunto caos que reinan en el exterior, veinte huéspedes optan por permanecer en el hotel, que arrastra su propia leyenda negra. Entre ellos empezarán a aflorar tensiones y comportamientos paranoicos.
Para acabar de complicar las cosas, el descubrimiento del cadáver de una niña en un depósito de agua empujará a Jon a dar con el culpable en medio de un clima extremadamente enrarecido y peligroso.
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En cuanto de qué va el libro tampoco puedo decir mucho más, el prólogo es bastante exhaustivo y nos dice lo que hay que saber sobre ello. Tal vez demasiado. Yo he puesto el que creo es el menos extenso. Ya con esta introducción te llama la atención y te apetece echarle un vistazo a ver de qué va esta vez el fin del mundo. O al menos a mí.Como en todas las historias hay que comenzar por el inicio y en este caso ha sido un poco confuso incluso, me llevó a pensar que la historia iba a ser incoherente, con una falta total de emociones reales por parte del protagonista. Tenía la impresión de que no reaccionaba correctamente; no digo que se pusiera a llorar y gritar como un loco pero al menos algo. Estaba apático, como si aquello no fuera con él. Mejora con el paso de las páginas a medida que Jon nos va desvelando sus inquietudes y miedos.
Es un inicio brusco. Algunos autores se olvidan de contextualizar la trama. Qué ha sucedido, porqué, quién…, elementos necesarios para darle forma, profundidad, hacerlo creíble. Que nos engañen un poco y nos creamos que estamos ante el fin del mundo y no solo porque él nos lo diga.
Será Jon el que nos relate su versión de los hechos, de todo aquello de lo que ocurre a su alrededor y de sus emociones. Es historiador, es su oficio y desea que quede constancia de todo lo que sucede y por eso escribe un diario. Eso le da más intriga a la trama ya que tan sólo conoceremos su punto de vista, lo vivido por él. Me ha parecido correcto este formato de presentarnos la historia. Gracias a ello iremos conociendo la historia personal de muchos de los integrantes del grupo que será importante para lo que irá sucediendo creando cierta tensión y sorpresas por algunos hechos acaecidos.
Lo curioso de este libro, más importante que el propio apocalipsis (del que apenas se nos dan datos) es la reacción de estas veinte personas que verán como su mundo se vuelve del revés y deberán asentarlo sobre pilares diferentes. No todos lo logran y deciden ir por el camino fácil; aunque algunos me diréis que es el más difícil: acabar con sus vidas. Deben establecer un nuevo sistema social, nuevas normas y reglas con las que no todos estarán de acuerdo. Seguro que a muchos de vosotros les vendrá a la mente el Señor de las moscas, en el caso de que lo hayáis leído.
Y la otra parte igual o más importante es la investigación que se empecina a llevar a cabo Jon cuando encuentra el cadáver de una niña en el depósito de agua. Necesita que parte de su pasado no se vea alterado y que la vida de una niña si tenga importancia y se haga justicia. Necesita que ciertos valores perduren para que al menos valga la pena permanecer en este nuevo mundo.
El final tampoco fue de mi agrado, se soluciona todo demasiado fácil, como si la escritora deseara ponerle la palabra fin a la historia. No voy a decir que poco creíble, es el fin del mundo señores, pero le faltó algo más de información y de sustancia. Prometía cuando la autora nos enseñó lo que había más allá del hotel pero se quedó en un quiero y no puedo. Se le fue la emoción enseguida.
Aunque al principio no las tenía todas conmigo he terminado por disfrutar con esta historia apocalíptica en la que lo más importante fue la investigación de Jon para descubrir el motivo de que una niña acabara en un depósito de agua; con intriga y muchas vueltas a medida que se van descubriendo los secretos de los integrantes del grupo. Varias historias en una sola: las vidas de diversas personas que deben encontrar el modo de establecer nuevas reglas entre las cuales se pueda convivir. Y en cuanto al final, pues eso, que le podía haber sacado más jugo. En general está bien para pasar el rato.