ISBN13:
9788496677906
Clasificación: Idioma original: Castellano Medidas: 15×21 cm. Idioma de publicación: Castellano Fecha de edición: 01-06-2013 Edición: 1ª Ed. 1ª Impr. Fecha de impresión: 01-06-2013 Encuadernación: Plastificado color mate con solapa Páginas: 176 Editoriales: EDICIONES DAURO Colecciones: Peripecia Materias: Narrativa Peso: 0 Kg. |
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SINOPSIS:
Ante la inminente muerte de su padre, el hijo de un terrateniente granadino retorna al hogar y se sumerge nuevamente en el paisaje y el contexto de su niñez, pero contemplados desde la mirada de un adulto. Allí se reencontrará con los amigos de la infancia y con otros personajes que le ayudarán a comprender la compleja y poliédrica realidad del ambiente rural desde una perspectiva diferente y enfatizando valores ecológicos.
A lo largo de las páginas que componen “Los últimos dinosaurios” se muestran las relaciones entre personas de diversa psicología y condición social, que tienen como catalizador el cortijo familiar y el señorito, en un momento en el que estas figuras se hallan en decadencia. Personajes descritos con ironía y trazos de humor, que se muestran apasionados, ya sean vencedores o vencidos; fiel reflejo del rico contraste de los caracteres representativos de esta sociedad agraria.
OPINIÓN:
Lo primero que me viene a la cabeza al pensar en este libro son dos palabras: paz y sosiego. Son las sensaciones que he sentido conforme leía sus hojas y me situaba en La Romana, un cortijo andaluz donde transcurre la historia. Y es que a pesar de estar en el sofá de casa, he notado esa paz y sosiego que te proporciona vivir en el campo, olerlo, oírlo, conversar con sus gentes y retroceder hasta cuando la vida era de otra forma.
Julián, recibe la llamada de su tata para comunicarle que su padre se está muriendo, que acuda a La Romana para acompañarlo en sus últimos días. Sin pensárselo dos veces, deja su piso de Madrid y junto con su amigo Luis se dirigen hacia el sur. Será a través de los pensamientos de Luis que iremos conociendo el pasado de su amigo, su familia, su pueblo, sus recuerdos, cuando los caciques eran los dueños de todo, cuando campo y hombre iban de la mano, cuando el tiempo corría mucho más despacio.
Y es que a pesar de todo, hay costumbres que no se pierden, que perduran en el tiempo para bien o para mal. Toda la nobleza de sus gentes por ejemplo, se difumina con el ansia de poder de los políticos de uno u otro bando, de los de antaño y de los presentes.
Destacaría los consejos de Julián, un anciano octogenario que a pesar de su doloroso pasado es capaz de hacerte ver la vida sin tapujos, de mostrarnos más lucidez que gente más preparada que él, de ponernos delante de los ojos lo que estamos perdiendo, de la esencia de la vida.
Una novela corta, bella, escrita con sentimiento y añoranza, que hace pensar que cuanto más alejados empezamos a estar de la vida en el campo, más necesidad tendremos de acercarnos tarde o temprano a él.
Agradezco el envío del ejemplar a Ediciones Dauro.