A finales de enero reseñé “Magia en las estrellas”, Juanjo enamorado de Galicia e intrigado por la historia quiso darle una oportunidad y hoy os traemos sus impresiones sobre la lectura.
Sinopsis:Estrella es una joven de diecinueve años que desde la muerte de su abuela y de su madre vive completamente sola en los bosques gallegos. Como todas las mujeres de la familia ha heredado los dones de la clarividencia, el toque sanador, así como conocimientos en herboristería y hechicería. Diego Valmaseda es el procurador fiscal del Santo Oficio, que se desplaza a Arcadia para estudiar el caso de la bruja de la fraga.¿Qué sucederá cuando la ciencia y la razón choquen de bruces con la superchería de cientos de años de antigüedad? ¿Podrá el corazón de un hombre sensato resistirse a la razón y a la lógica para sucumbir a los encantos de la inocencia y el amor?
Crítica:
Es muy complicado no tener unas expectativas antes de comenzar una lectura y más aún si lo que personalmente llena tu mundo, promete verse plasmado en la historia que descansa entre las manos. Conseguí librarme de prejuicios para poder meterme bien en la historia y Elizabeth Bowman consigue meterte de lleno en el entorno y en el contexto donde transcurre todo. Los bosques gallegos están bien descritos y parte del imaginario de leyendas que encierran las tierras gallegas metido en la historia.
Si nos gustan las leyendas, los entornos de bosques y rurales, aquí encontraremos un lugar donde soñar. Si elevamos las expectativas, quizá nos sepa a poco. Porque esto es, ante todo, una historia de amor. También es una historia sobre la naturaleza humana y el autocastigo y la incapacidad de aceptar los errores y tenerlos como lecciones para mejorar y no como lastres que nos impiden avanzar.El personaje de Estrella Castiñeira se nos muestra como un ente que soluciona males pero sufre habladurías que no parecen afectarle. Y mantiene una conducta coherente a sus principios hasta que le es revelada una información importante y una vez más, Elizabeth Bowman muestra su habilidad para pasar de un extremo a otro y mantener el interés. De la coherencia completa al absurdo puntual, de un pensamiento unido a las palabras a una contradicción entre lo que dice y lo que muestra. Este detalle, en mi opinión, mantiene el interés en la trama aunque te haga negar con la cabeza y decir: “ya, seguro que sí”, visto lo que afirma y su insistencia que demuestra lo contrario. Un contraste a Estrella Castiñeira es Diego Valmaseda. Este personaje es la antítesis de lo que se espera cuando se habla de la Inquisición. Elizabethvuelve a demostrar con la relación entre los dos protagonistas la habilidad para moverse entre extremos que se acercan hasta unir los caminos. En este caso, además, la presencia de Micifuz, le da un añadido de centro a este acercamiento. Me ha parecido interesante cómo un hombre perteneciente al Santo Oficio, habla abiertamente de su escepticismo sobre la brujería pero luego es capaz de auto flagelarse por renunciar a su fe. Esta relación es la relación de la fe y el escepticismo que buscan llegar a un acuerdo. Y lo consigue.Y por último dos personajes aparentemente secundarios, don Evaristo y don Arturo vuelven a poner una lucha de contrarios de por medio, entre un hombre de fe que es de todo menos de fe y un hombre de leyes que arrastra el peso de la culpabilidad por la cobardía pasada. Y es que el sentido trágico del romanticismo decimonónico está muy presente en esta obra y en el personaje de Arturo Figueroa. Bajo su posición de alcalde y llevando una vida que cualquier persona con dos dedos de luces envidiaría, se esconde un alma atormentada por el arrepentimiento y el dolor de haber sido cobarde. Se culpa a sí mismo de su infelicidad y no es capaz de perdonarse a sí mismo. La historia lo pone a prueba para encontrar ese perdón que necesita. Y la autora acierta, en mi opinión, con la forma en que le da una segunda oportunidad. La imposibilidad de borrar el pasado no significa necesariamente, que no exista el perdón para los fallos que se cometen, por miedo, por inexperiencia, o sencillamente, por estar seguros de que en ese momento, era lo que debíamos de hacer.El lenguaje de esta novela es descriptivo. Esta cualidad tiene sus pros y sus contras. Permite ver perfectamente el escenario y los gestos de los personajes, lo que te facilita la empatía con todo lo que ocurre y como punto negativo señalaré que en ocasiones ralentiza la acción y la carga de matices que no son necesarios para meterme de lleno en la historia. Otro punto que no me ha hecho mucha gracia es la utilización continua de hipérbatos. El español es un idioma que tiene en su estructura correcta el uso de sustantivo primero y adjetivo después. Y en esta novela vemos demasiados sintagmas contrarios. Estamos muy acostumbrados a que los traductores traduzcan literalmente la forma inglesa, y la tomamos como válida sin pensar que el español lo acepta como recurso y no como norma. Con un planteamiento sencillo y quizá previsible, Elizabeth Bowman te lleva a conocer la magia del norte de España, la belleza de sus bosques, el misterio de las costumbres antiguas que se han perdido en la actualidad y también tiene cabida la esfera metafísica de la existencia, con alusiones intermitentes a las ánimas que velan por nosotros. Igualmente expone la esencia del alma humana con sus miedos y bloqueos y la necesidad de superarlos para estar en paz. Son los ingredientes de una historia que cualquier romántico sueña con vivir.
Sinopsis:Estrella es una joven de diecinueve años que desde la muerte de su abuela y de su madre vive completamente sola en los bosques gallegos. Como todas las mujeres de la familia ha heredado los dones de la clarividencia, el toque sanador, así como conocimientos en herboristería y hechicería. Diego Valmaseda es el procurador fiscal del Santo Oficio, que se desplaza a Arcadia para estudiar el caso de la bruja de la fraga.¿Qué sucederá cuando la ciencia y la razón choquen de bruces con la superchería de cientos de años de antigüedad? ¿Podrá el corazón de un hombre sensato resistirse a la razón y a la lógica para sucumbir a los encantos de la inocencia y el amor?
Crítica:
Es muy complicado no tener unas expectativas antes de comenzar una lectura y más aún si lo que personalmente llena tu mundo, promete verse plasmado en la historia que descansa entre las manos. Conseguí librarme de prejuicios para poder meterme bien en la historia y Elizabeth Bowman consigue meterte de lleno en el entorno y en el contexto donde transcurre todo. Los bosques gallegos están bien descritos y parte del imaginario de leyendas que encierran las tierras gallegas metido en la historia.
Si nos gustan las leyendas, los entornos de bosques y rurales, aquí encontraremos un lugar donde soñar. Si elevamos las expectativas, quizá nos sepa a poco. Porque esto es, ante todo, una historia de amor. También es una historia sobre la naturaleza humana y el autocastigo y la incapacidad de aceptar los errores y tenerlos como lecciones para mejorar y no como lastres que nos impiden avanzar.El personaje de Estrella Castiñeira se nos muestra como un ente que soluciona males pero sufre habladurías que no parecen afectarle. Y mantiene una conducta coherente a sus principios hasta que le es revelada una información importante y una vez más, Elizabeth Bowman muestra su habilidad para pasar de un extremo a otro y mantener el interés. De la coherencia completa al absurdo puntual, de un pensamiento unido a las palabras a una contradicción entre lo que dice y lo que muestra. Este detalle, en mi opinión, mantiene el interés en la trama aunque te haga negar con la cabeza y decir: “ya, seguro que sí”, visto lo que afirma y su insistencia que demuestra lo contrario. Un contraste a Estrella Castiñeira es Diego Valmaseda. Este personaje es la antítesis de lo que se espera cuando se habla de la Inquisición. Elizabethvuelve a demostrar con la relación entre los dos protagonistas la habilidad para moverse entre extremos que se acercan hasta unir los caminos. En este caso, además, la presencia de Micifuz, le da un añadido de centro a este acercamiento. Me ha parecido interesante cómo un hombre perteneciente al Santo Oficio, habla abiertamente de su escepticismo sobre la brujería pero luego es capaz de auto flagelarse por renunciar a su fe. Esta relación es la relación de la fe y el escepticismo que buscan llegar a un acuerdo. Y lo consigue.Y por último dos personajes aparentemente secundarios, don Evaristo y don Arturo vuelven a poner una lucha de contrarios de por medio, entre un hombre de fe que es de todo menos de fe y un hombre de leyes que arrastra el peso de la culpabilidad por la cobardía pasada. Y es que el sentido trágico del romanticismo decimonónico está muy presente en esta obra y en el personaje de Arturo Figueroa. Bajo su posición de alcalde y llevando una vida que cualquier persona con dos dedos de luces envidiaría, se esconde un alma atormentada por el arrepentimiento y el dolor de haber sido cobarde. Se culpa a sí mismo de su infelicidad y no es capaz de perdonarse a sí mismo. La historia lo pone a prueba para encontrar ese perdón que necesita. Y la autora acierta, en mi opinión, con la forma en que le da una segunda oportunidad. La imposibilidad de borrar el pasado no significa necesariamente, que no exista el perdón para los fallos que se cometen, por miedo, por inexperiencia, o sencillamente, por estar seguros de que en ese momento, era lo que debíamos de hacer.El lenguaje de esta novela es descriptivo. Esta cualidad tiene sus pros y sus contras. Permite ver perfectamente el escenario y los gestos de los personajes, lo que te facilita la empatía con todo lo que ocurre y como punto negativo señalaré que en ocasiones ralentiza la acción y la carga de matices que no son necesarios para meterme de lleno en la historia. Otro punto que no me ha hecho mucha gracia es la utilización continua de hipérbatos. El español es un idioma que tiene en su estructura correcta el uso de sustantivo primero y adjetivo después. Y en esta novela vemos demasiados sintagmas contrarios. Estamos muy acostumbrados a que los traductores traduzcan literalmente la forma inglesa, y la tomamos como válida sin pensar que el español lo acepta como recurso y no como norma. Con un planteamiento sencillo y quizá previsible, Elizabeth Bowman te lleva a conocer la magia del norte de España, la belleza de sus bosques, el misterio de las costumbres antiguas que se han perdido en la actualidad y también tiene cabida la esfera metafísica de la existencia, con alusiones intermitentes a las ánimas que velan por nosotros. Igualmente expone la esencia del alma humana con sus miedos y bloqueos y la necesidad de superarlos para estar en paz. Son los ingredientes de una historia que cualquier romántico sueña con vivir.