La ficha técnica del libro la podemos consultar en la página web de megustaleer.
Argumento
Viven en Madrid, en la actualidad. Ella es arquitecta, tiene miedo a hacer proyectos de futuro y busca algo que no puede definir. Él escribe ensayos, lleva cuatro años a su lado y nunca pensó en verse soltero de nuevo, en un «mercado» sentimental del que lo desconoce todo.Por las grietas de su derrumbe como pareja entran las amistades, sus consejos y sus vidas, la mayoría de las veces con más dudas que certezas. Es la generación Tinder, la de unas personas que eliminan a otras con un dedo; una generación en la que todos están expuestos y a la postre desencantados. La ruptura de una pareja también dice mucho de un país, de un momento, de una idea de convivencia. Y la radiografía de los tiempos es dura: padres que lo son por obligación, experimentos de reinvención personal que son performances sin público, unas tecnologías que lo penetran todo, incluyendo la intimidad. Ella y Él, ya próximos a los cuarenta, comienzan a habitar esos nuevos espacios posibles en paralelo, sin desgarros románticos pero con una fuerte añoranza misteriosa que tal vez vuelva a reunirlos.Mañana tendremos otros nombres es una mirada a las relaciones sentimentales del animal humano desde una óptica sociológica que no excluye la ternura. Es, sobre todo, la gran novela del amor en los tiempos de las redes.Mi opinión personal (sin destripes)
Una historia de amor, una historia que encierra realidades muy cercanas para todos los lectores y que parecerá en más de una ocasión que nos miramos a nosotros mismos con las reflexiones del autor. Una pareja, Él y Ella, atrapados en una relación corriente, una relación de lo más normal y de lo más habitual en la que no terminan de creer. Pero, Él y Ella atrapan su mundo de deseo para despojarse de las ataduras de la cotidianidad, con remordimientos de conciencia y con pesos en sus espaldas con los que deben caminar.
«La mitad de las páginas de los libros que Ella le había regalado reposaba en el suelo ya, separada del resto mediante el procedimiento de arrancar una de cada dos hojas, en lo que le parecía que era la forma más apropiada de repartir los bienes: si pudiera —pensaba—, cortaría también por la mitad la cama, la mesa, cada una de las sillas, las estanterías, las lámparas, los vasos, los platos, el fregadero, las plantas. Debía de haber una forma de separar también los recuerdos, de modo que, de todo lo que habían hecho juntos y les había sucedido, Él sólo se quedara con la mitad para que le fuese más liviana la carga. Desde luego hubiese sido mejor que Ella no lo dejara, pero eso ya había sucedido y Él —que alguna vez se había jactado de tener una extensa vida amorosa previa a la aparición de Ella pese a que solo había tenido dos parejas y, en ambos casos, por no demasiado tiempo— había descubierto, repentinamente, que no sabía cómo seguir adelante, que Ella se había llevado, también, las instrucciones para hacerlo».
Y por este camino de la vida ya no siendo pareja aparecen amigos y compañeros con vidas, opiniones y consejos que a veces crearán más dudas en Él y Ella.
Nos encontramos con todo tipo de realidades actuales con las que nosotros también convivimos, tiempos que nos desilusionan por su rapidez y por la manera de quedar tan expuestos ante un mundo que no encierra misterios.
En Mañana tendremos otros nombres no se resalta el romanticismo, se resalta el actual concepto de nuestros sentimientos y con ello se retratan y se diseccionan grandes problemas de nuestro ahora como la violencia de género, la masculinidad y la feminidad, relaciones abiertas, nuevas familias, redes sociales, capitalismo, tecnología invasiva, crisis cultural... Una gran reflexión de nuestra realidad. Una obra para intentar rastrear nuestro camino junto a los personajes de la novela.
Me ha gustado mucho la traza psicológica para contarnos con personajes sin nombres lo que espera una pareja del amor, de la maternidad y de la paternidad, de la fidelidad. Y me ha encantado encontrar visiones distintas, diferentes y al mismo tiempo fuertes, seguras y perdurables. Visiones que me hacen reflexionar.
Os recomiendo leer el libro para averiguar y para cuestionar el amor de un modo real y para preguntarte si existe o no alguna conexión entre deseo y propiedad. Para acercarte al amor con sus luces y oscuridades.
«Una vez, al ir a besarla, M. le había dicho que la idea errónea de que las mujeres eran dulces y gráciles solo se había perpetuado en el tiempo para disciplinarlas y como el reflejo de un masculinidad que se debilitaba».
¿Habéis leído este libro? ¿Tenéis ganas de leerlo? ¿Qué os ha parecido?#MañanaTendremosOtrosNombres#PatricioPron
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