“Mansfield Park” es una novela de la escritora Jane Austen que se publicó por primera vez en 1814.
La historia comienza con la adopción de la pequeña Fanny Price, con 9 años de edad, por parte de la familia Bertram, unos tíos maternos que viven en la campiña inglesa, cómoda y holgadamente. Fanny entra a formar parte de esta nueva familia, en la que ya había 4 hijos: dos chicos: Tom y Edmund y dos chicas: María y Julia, y sin olvidarnos de la tía Norris, que no vive en la casa pero como si lo hiciera, está más presente que la propia madre de los chicos. Vamos viendo las diferentes relaciones que Fanny va estableciendo con sus familiares, a medida que van creciendo, y cómo todos la suelen hacer de menos a excepción de su primo Edmund.
Pero la situación se complica cuando entran en escena dos hermanos: Henry y Mary Crawford, que vienen de la ciudad para instalarse en la zona, y es con su llegada cuando surgen las desavenencias y las confusiones, provocando un sinfín de situaciones, algunas bastante imprevistas.
Por supuesto estará presente el amor pero en esta obra priman más los valores morales de los personajes y sus acciones frente a la vida.
Estamos ante un libro en el que Jane Austen despliega todas sus características que la definen: nos presenta un minucioso retrato de la sociedad burguesa de su época, descripción excepcional de los paisajes, ironía en sus frases y un retrato sobre las relaciones humanas, sus valores y sus flaquezas. Haciendo que el libro en ciertos momentos, tal vez sea demasiado lento, pues lo que le interesa no es lo que pasa, si no por qué sucede, que actitudes de los personajes hacen que la historia vaya por un camino y no por otro.
Sacando su lado más moralista, nos presenta a personajes reales pero con sus características, ya sean buenas o malas, bien marcadas.
Como tema central se cuestionan los casamientos y si deben ser por amor o por dinero; la diferencia de las clases sociales y la profesión que ejercen alguno de los personajes también será motivo de debate.
Es esa manera de retratar a los personajes dando valor a su comportamiento y no a su físico pues de Fanny sólo sabemos como rasgo característico y hacia el final que tiene los ojos claros y dulces, lo que nos va mostrando la importancia que le da la escritora a los valores de las personas anteponiendo eso a su físico, reflejando así sus preferencias.
La protagonista de la historia: Fanny va adquiriendo importancia a medida que avanza la historia, pues aunque se puede decir que no es una rebelde, no le pegaría, ella es más bien una chica retraída y tímida, si vemos que cuando tiene que defender lo que realmente piensa no transige ni da su brazo a torcer independientemente de frente a quién tenga que defender su postura. Vemos congruencia en sus actos, ni falsedad ni interés simplemente se muestra tal cuál es y ve las cosas como son.
Para los amantes de los epílogos, Jane en esta historia os obsequiará con un final de libro en el que os contará a grandes rasgos que ha pasado con cada uno de los personajes.
Si le das una oportunidad la historia te transportará a otra época y te irá cautivando poco a poco con su ironía y sus enredos, para llevarte hacia un final aleccionador.
“Era un plan curativo para el entendimiento de su sobrina, que él debía considerar
actualmente enfermo”