A Mark Millar le gusta Lobezno, y no hay vuelta de hoja. Después de una larga etapa en Ultimate X-Men y de un par de arcos argumentales en la serie regular del personaje en el Universo tradicional de Marvel Comics, el guionista presentó su última aportación al tercer volumen americano de Wolverine con una historia ambientada en un futuro hipotético y protagonizada por un Logan 50 años más viejo.
Ahora, Panini Comics recopila de nuevo esa historia lanzando el tomo Marvel Deluxe. Lobezno: El Viejo Logan, un tomo que incluye Wolverine #66-72 y Old Man Logan Giant-Size Special, y que como indica el propio nombre de la línea, llega en una lujosa versión de tapa dura con 240 páginas, que además incluye bastantes bocetos y todas las portadas originales.
Como decimos, esta historia está ambientada dentro de 50 años, en un extraño mundo en el que, por fin, todos los villanos del mundo se han puesto de acuerdo y se han unido para enfrentarse a los superhéroes. Obviamente, aunque solo sea por número, un ataque coordinado de los malos ha tenido éxito y los héroes han sucumbido, habiendo muerto la gran mayoría de ellos. Ahora, villanos como Magneto, Kingpin, Dr. Muerte o Cráneo Rojo (o sus descendientes) dominan el mundo.
En esta tesitura, uno de los superhéroes supervivientes de este “holocausto” ha sido Lobezno, que vive apartado de todo en una granja de California con su mujer y sus dos hijos. Casualmente, el casero de su granja es un ahora malvado Bruce Banner, que vive como un “paleto” sureño en un camping de caravanas poblado por su numerosa familia, surgida fruto del incesto que comenzó él mismo con su prima Hulka.
Cierto día, llega el momento del pago del alquiler mensual de la granja y Logan no dispone del dinero necesario, por lo que la familia Banner les amenaza y les obliga a pagar el doble el mes siguiente. Seguramente, os estaréis preguntando por qué Logan no usa su poder y sus garras para salir de esta situación, y es porque el personaje prometió no volver a matar, pelear ni sacar sus garras nunca más debido a un suceso que tuvo lugar 50 años atrás, cuando se produjo el ataque en masa de los villanos.
Sin dinero y sin opciones, salva la situación la llegada de un viejo y ciego Ojo de Halcón en un spider-coche, que propone a Logan cruzar Estados Unidos para entregar un misterioso paquete, obviamente a cambio de un cuantiosa remuneración. Comienza aquí entonces una especie de road-movie con estética y ambientación a lo Mad Max o Fallout en la que veremos qué ha pasado en el mundo durante estos 50 años de reinado del mal, qué ha pasado con muchos de los héroes que conocemos, cuál es el objetivo real del viaje y, sobre todo, qué le ha pasado a Lobezno para que ni siquiera desee ser referido por su antiguo alias de superhéroe.
Aunque la historia esté ambientada en ese futuro post-apocalíptico, su protagonista principal sigue siendo el mismo. La historia sobrevive gracias a la conocida personalidad de Lobezno, ese ser solitario y retraído movido por la venganza que lucha constantemente por contener a la bestia que lleva dentro. Aunque Logan ha conseguido estabilizarse y formar una familia, este hecho sirve de base para recordarnos cada pocas páginas que esa lucha interna sigue ahí, y se pone de manifiesto cada vez que Ojo de Halcón y él se meten en problemas durante su viaje.
Millar aprovecha esto y, junto a una ambientación donde ya nada importa porque los malos han vencido, y teniendo en cuenta que esto no afecta a la continuidad tradicional de Marvel, se desata completamente para desarrollar una historia llena de acción, detalles curiosos, referencias y situaciones que no habrían sido posibles de otro modo. Además, cada página está cargada de tacos y sangre por doquier, escenas salvajes propias del Lobezno que todos conocemos, y que casi nos obligan a pensar en algo más propio de la línea MAX.
Todo ello se ve perfecta y magistralmente ilustrado por un Steve McNiven soberbio. Juntos de nuevo tras su gran trabajo en el crossover Guerra Civil, la pareja creativa nos brinda un festival comiquero digno de lectura y visualización. El estilo de McNiven se vuelve en este tomo algo más oscuro, acorde con la temática y la ambientación, y quizás más detallado y realista. Al igual que ciertos factores provocan que Millar de rienda suelta a su narrativa, esa narrativa da rienda suelta a McNiven para demostrar su talento en todo su esplendor, con gran cantidad de escenas de acción, paisajes y viñetas a doble página.
Como detalle curiso, comentar que, aunque se pueden disfrutar por separado, Mark Millar ha construido un mini-universo alternativo en el que El Viejo Logan, 1985 y su etapa en Los Cuatro Fantásticos guardan algo de relación mediante referencias y algún personaje compartido. Nada del otro mundo, pero ahí queda eso.
En definitiva, estamos ante una de esas obras que se ha labrado un lugar en la historia de los cómics gracias a su calidad, originalidad, fuerza y crudeza. Gustará mucho a los amantes de los What If…? por razones obvias, y gustará mucho a los amantes de Lobezno, porque su esencia impregna esta obra de principio a fin. Mark Millar demuestra una vez más que es un fuera de serie, a pesar de que no faltan detractores de su trabajo, y Steve McNiven da buena cuenta de por qué es uno de los dibujantes de cómic mejor valorados de la actualidad. Si además se suma la estupenda edición de este Marvel Deluxe lanzado por Panini Comics, el resultado es la reserva obligatoria de un espacio en nuestra estantería para este tomo.
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