Jeffrey Eugenides (traducción de Benito Gómez Ibañez)
673 páginas | 20024♥ en Goodreads
Jamás había visto a nadie con tantas pecas. A partir del puente de su nariz, se había producido una especie de Gran Explosión, y la fuerza del estallido había arrojado galaxias de pecas que se precipitaban y flotaban por todos los rincones de aquel universo de sangre caliente. Tenía racimos de pecas en brazos y muñecas, toda una Vía Láctea extendida por la frente, incluso unos chisporroteantes quásar lanzados por la cavidad sideral de sus oídos.
Leí Las vírgenes suicidas el curso pasado, y quedé subyugada por completo por la escritura del autor y por la sobrecogedora historia que contaba. No era difícil deducir que tarde o temprano leería las otras dos novelas de Eugenides (la que hoy nos ocupa y La trama nupcial). La elegida fue Middlesex, ganadora del Pulitzer en 2002 y seleccionada para leer en Noviembre en el Project, novelón (literal y figuradamente) que narra ocho décadas en la vida de una familia hasta la madurez del personaje principal, Cal. Desde una Grecia arrasada por los turcos hasta los suburbios de Detroit, este proyecto, calificado como proyecto de la famosa "Gran Novela Americana", supone un recorrido por la historia de los Estados Unidos y una experiencia de lectura única, debido sobre todo a la particularidad de su protagonista (que es intersexual, es decir, que posee genitales de ambos géneros y discrepancias entre sexo/género, lo que supone en muchas ocaciones disforia; en este caso, nadie sabe qué le pasa a Cal y por qué le pasa hasta muy entrada la novela).
¡Háblame, musa, de la mutación recesiva ligada a mi quinto cromosoma!
Eugenides nos cuenta la historia de Cal en vueltas al pasado: el lector ha de asumir como natural que el protagonista recuerde (¡obviamente!) todo lo que sucedió en su familia desde que sus abuelos eran adolescentes y que sea él quien nos lo cuente desde su presente en Berlín, desde una óptica ligeramente humorística. De manera paralela y en breves fragmentos, vemos qué está pasando ahora en la vida de Cal, lo cual no deja de ser estupendo para asegurarnos que todo mejora. Sin duda, lo que más impresiona es el trabajo detrás de cada una de las páginas, la meticulosidad de las descripciones y en general la potencia narrativa de Eugenides que, desde luego, se confirma como uno de esos autores que ¿por qué no han escrito más? (¿y por qué aún no tengo La trama nupcial?). Me dejó impersionada con su primera obra, pero hay que reconocer que esta es aún más magistral: donde Las vírgenes era sencillez, limpieza y minimalismo -si es que se puede definir así-, Middlesex es un increíble despliegue de todos los recursos narrativos de que dispone el autor. Destacar que conocer los mitos griegos no está de más, no solo los conocidos por todos sino también esos que están más enterrados y que forman un importantísimo papel en esta obra. Yo, que nunca he conocido a fondo la cultura griega y no he leído Antígona, ya le he hecho un hueco (mental) entre mis lecturas de estas navidades para ponerme un poco a tono.
Tantas cosas pasaban en aquella estancia de cuatro metros de ancho por seis de largo: hablaba Dios, se explicaba la Creación, mi abuela renunciaba a su raza, y eso sólo para empezar.
Hay libros de los que no hay nada que decir. De mis últimas lecturas poco se podía sacar en claro a la hora de reseñar, ¿a quién le interesa leer nada más que maravillas y alabanzas a un autor muerto tiempo atrás? De esta novela, aunque sí se pueda decir, no seré yo quien lo haga, puesto que aunque me pasaría horas hablando de ella, casi que solo saldrían palabras buenas de mi boca. Sin embargo, decidí darle a Middlesex un espacio en este rincón ya casi muerto y enterrado. No convertiré esto en un tirón de orejas a cierta parte de la bloggosfera literaria, pero es cierto que es difícil encontrar este tipo de libros entre las publicaciones diarias. Están en ese limbo que hay entre los clásicos y "eso" que sacan muchas editoriales hoy día (disculpad, he de ir a santiguarme), y no se tiene en cuenta. Por otro lado, he visto a mucha gente leer la otra novela del autor, siendo esta, a mi parecer, mucho más llamativa, curiosa en temas e increíble en escritura. Que sí, que la primera mitad es mejor que la segunda, que avanza más con la trama y pierde un poco la magia, y que al final se hace corto (¡sí, estas 700 páginas se quedan cortas para contar la historia de Cal!)... pero así y todo, eso no quita la melancolía transmitida, la gran historia, los personajes, etc. Si no lo leéis, nunca conoceréis a la familia de Cal ni al Oscuro Objeto.
Pero oye, vosotros sabréis.