Momo es una niña muy especial, posee la maravillosa cualidad de hacer sentir bien a todo aquel que la escucha. Pero la llegada de los hombres grises, que pretenden apoderarse del tiempo de las personas, va a cambiar su vida. Será la única en no dejarse engañar y con la ayuda de la tortuga Casiopea y del Maestro Hora, emprenderá una aventura fantástica contra los ladrones de tiempo.
OPINIÓN:Momo es un libro que llevaba en mi lista de pendientes mucho tiempo, y que si bien no ha cumplido todas mis expectativas, sí ha logrado cumplir con su objetivo: transmitirme un mensaje.
Algo que me encanta de los libros son los mensajes que contienen para el lector, los cuales cada uno entiende a su manera, pero que libros como este dejan bastante claro. Y yo al terminarlo quedé encantado por las ideas y ejemplos que nos muestra.
Cuando uno lee Momo se pregunta, ¿cómo es que el autor logró plasmar esta realidad en ese tiempo? ¿desde entonces sucede? Y es que con la historia de Momo, Michael Ende deja claro que el tiempo es muy importante, pero que hay muchas formas de aprovecharlo, y que perderlo no es pasarla con amigos, ver películas o simplemente disfrutar del clima, no, al contrario, ESO es aprovechar nuestro tiempo. Para darle utilidad al tiempo no te tienes que pasar todo el día trabajando, simplemente tienes que disfrutar con lo que haces, sea trabajar, hacer tarea, estudiar, platicar, hacer ejercicio, leer... ¡lo que sea! pero que lo disfrutes. Compartir tu tiempo es el mejor regalo que le puedes dar a alguien, y a ti mismo. Y es que si no pasamos tiempo con las personas que queremos, ¿qué nos queda? Soledad y tristeza, cosas como escuchar a las personas, sin otra distracción más que las palabras de esa persona, son algo fundamental para una convivencia sana, ya que con esto ayudamos a que los demás descarguen sus frustraciones y sus alegrías, logrando así por un lado calmar las malas sensaciones y por el otro compartir la felicidad, la cual nos la puede dar desde querer a alguien hasta disfrutar de la naturaleza.
Ende nos narra la historia de Momo, una niña huérfana que vive en el auditorio de lo que en otro tiempo fue un teatro. Momo no tiene dinero, pero tiene amigos, muchos amigos, toda la ciudad, y los ciudadanos le ayudan a acondicionar ese espacio para vivir, la alimentan y sobre todo, le dan su cariño, algo que ella devuelve con algo que le sobra: tiempo y ganas de escuchar. Esta niña tiene la habilidad de calmar las penas de los tristes o los frustrados, así como también de hacer que los que ya viven bien sigan disfrutando de su vida y agradeciendo todo lo bueno que tienen. Pero un día, una empresa llega a la ciudad ofreciéndole a los ciudadanos ahorrar su tiempo, para que después, el día de su retiro, tengan un fondo de tiempo que gastar y del cual poder disfrutar, pero ¿qué pasa cuando nos pasamos la vida haciendo algo que no nos gusta? No la disfrutamos.
¿Qué es la vida si no disfrutas lo que haces? Venimos al mundo a hacer algo decente con nuestras vidas, ¿qué sucede si no te das el tiempo de compartir tu vida con los demás? ¿qué pasa si trabajas y trabajas y no piensas en nada más? ¿qué pasa cuando los juegos ya no nos divierten? Dejamos de vivir en vida.
Michael Ende nos invita a disfrutar de las personas a quienes queremos, de escucharlas y dejarnos escuchar. Y sobre todo, de hacer lo que nos gusta con nuestro tiempo. De hacer lo necesario para que nuestro tiempo valga la pena.
Momo es una clásico de la literatura que logra transmitir un esencial mensaje para los tiempos actuales en los que la tecnología y la necesidad de trabajar para cubrir apenas las necesidades básicas impiden que tengamos momentos de disfrute personal y social.
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