MUJERES EXCELENTES
Título: Mujeres excelentes.
Autor: Barbara Pym (1913-1980) nació en Oswestry, Shropshire. Se licenció en literatura inglesa en St. Hilda´s College, en Oxford. En la Segunda Guerra Mundial prestó servicio en el Cuerpo Auxiliar Femenino de la Armada británica. Posteriormente trabajó en el Instituto Internacional Africano en Londres. A lo largo de su vida escribió varias novelas, entre las que destacamos Mujeres excelentes (1952), Jane y Prudence (1953), Less tan Angels (1955), Los hombres de Wilmet (1958), No Fond Return of Love (1961), Murió la dulce paloma (1978), A Few Green Leaves (1980). Tras su muerte en 1980, se publicó su diario, A Very Private Eye (1985). Junto a Elizabeth Taylor está considerada una de las escritoras inglesas más importantes de la segunda mitad del siglo XX.
Editorial: Gatopardo Ediciones.
Idioma: inglés.
Traductor: Jaime Zulaika.
Sinopsis: Mujeres excelentes está considerada una de las mejores novelas de Barbara Pym. Mildred Lathbury, la narradora, es una mujer soltera que vive en Londres y ocupa su tiempo en diversas tareas en la parroquia, en tomar el té con las amigas, en obras de caridad y en satisfacer las necesidades de los demás. Es inteligente y observadora, pero también tímida e insegura, en parte debido a su soltería, pues muchos querrían verla casada ya a sus treinta y pocos. Además de sus buenos amigos, el vicario Julian Malory y su hermana Winifred, Mildred intimará con sus vecinos, los Napier, recién instalados en el piso de abajo de su casa. Conocerá también a Allegra, una viuda que se aloja en la parroquia, y a un sinfín de personajes más. Mildred se verá implicada en diversos asuntos de índole sentimental.
Su lectura me ha parecido: entretenida, divertida, con toques de ironía, fresca, femenina, un interesante descubrimiento...Queridos lectores y lectoras, creo recordar que por estas mismas fechas una servidora no se encontraba anímicamente con ganas de escribir, ni siquiera una reseña en el blog. No estaba pasando por un buen momento profesionalmente, creía que el mundo se me venía en cima y no me sentía bien ni conmigo misma ni con lo que estaba haciendo. No obstante, hice un esfuerzo y conseguí escribir y publicar una de las reseñas más emotivas que recuerdo, la de El amor en los tiempos del cólera. Hoy, un año después, la situación es ligeramente diferente. Sigo estando un poco perdida e indecisa ante el incierto futuro que me espera, pero en lo profesional, no puedo estar mejor. Las cosas por fin han cambiado, ha sido duro y por momentos estuve a punto de dejarlo, pero al final he conseguido cerrar el primer candado de una etapa muy enriquecedora y sufridora al mismo tiempo. Durante ese largo camino que en ocasiones me parecía eterno, los libros siempre han estado ahí para ayudarme y salvarme de caer en una depresión. Y de entre esas lecturas, hubieron algunas que consiguieron de verdad que me olvidase por unos minutos de la realidad, que me evadiese del agobio, transportarme a lugares que espero algún día visitar. El libro que hoy tengo entre mis manos en concreto, no sólo me hizo reír, también consiguió que recuperase un poco esa alegría que durante unos meses escondí en el fondo de un cajón. Así que Barbara Pym, tengo mucho que agradecerte. Mujeres excelentes: corazón, humildad y universo femenino con un fino humor inglés.
La historia de como Mujeres excelentes acabó en uno de los estantes de mi apreciada librería es sencilla. Pero no puedo pasar por alto que esta es también la historia de un boca a boca, o más bien. de una recomendación tras recomendación. Un día, de la noche a la mañana, muchos blogs que sigo con especial interés, comenzaron a publicar reseñas y críticas de un libro llamado Mujeres excelentes. Al principio reconozco que no les hice mucho caso, pero conforme pasaban los días, veía como dicho libro acaparaba buena parte de las entradas más actuales de los blogs literarios. Fue entonces cuando me decidía leer varias críticas, que en su inmensa mayoría fueron tremendamente positivas. Ante estos casos, y os lo digo sinceramente, suelo ser escéptica. Si un libro tiene tanto éxito es o bien porque va a ser el libro más maravilloso que has leído en tu vida o más bien todo lo contrario, es decir, que es tan malo que tras su lectura lo lanzarías por la ventana. Con Mujeres excelentes mantuve en un primer momento ese escepticismo tan común en mi, pero, en cuanto me entró la curiosidad por buscar información sobre la autora y otros libros, empecé a cambiar ligeramente de opinión. Esta claro que no todos los libros son buenos, pero, y aunque mantenía mis reticencias, algo me decía que las críticas que había leído no estaban tan infladas como en un principio creía. Al poco tiempo, Mujeres excelentes comenzó a poblar los estantes y escaparates de todas las librerías de mi ciudad, promocionándolo como una lectura divertida y clásica. Nada hacía pensar que la novela fuese un texto infumable, pero seguí durante un tiempo en mis trece, hasta que un día, sin poderlo remediar, me entró curiosidad. Necesitaba averiguar si era cierto lo que pregonaban las críticas, que Mujeres excelentes era de verdad un libro inolvidable. En cuanto pude y gracias a Gatopardo Ediciones, logré hacerme con un ejemplar. No tardé mucho tiempo en iniciar ávida su lectura, y al poco de hacerlo, tuve que tragarme de golpe todos los prejuicios. Mujeres excelentes no es el mejor libro que he leído en mi vida, pero no puedo negar ni obviar su calidad literaria, su honestidad, pero sobre todo, su exquisito humor que logró arrancarme alguna sonrisa.
Centrándonos en la crítica propiamente dicha, comenzaremos diciendo que Mujeres excelentes presenta una lectura algo larga para mi gusto, distendida, rica en cuanto a estilo y especialmente divertida. Si por algo destaca este libro es precisamente por esto último. El humor inglés constituye uno de los pilares fundamentales de la novela, y éste se presenta de forma elegante, tremendamente irónico, sorpresivo y que se concentra especialmente en Mildred, la protagonista. El carácter tímido e inseguro de Mildred da mucho juego a la hora de crear escenas en donde la perplejidad, el asombro o los nervios provocan que el lector no pueda evitar sonreír. No estamos hablando de un libro con el que te rías a carcajada limpia, pero si de una lectura perfecta para levantar el espíritu a cualquiera. Seguidamente, nos topamos con un personaje principal, el de Mildred, bastante más complejo de lo que parece. Al principio, la autora parece parodiar, no se si intencionadamente, a dicho personaje, hasta el punto de que la primera impresión que el lector se lleva al conocer a Mildred es algo desfavorable. No obstante, si vamos avanzando en su lectura, nos damos cuenta de que Pym hace evolucionar a su personaje, dejando al descubierto ciertas cualidades que creía el lector, y el propio personaje, no tener. Si en un primer momento Mildred nos parece una mujer superficial, meapilas y tímida hasta decir basta, luego vemos como también es humilde, resolutiva, observadora y capaz de escuchar y ayudar a quien más lo necesita. Primero nos reímos de ella, tras unos capítulos, acabamos riéndonos con ella. En este sentido, la narración en primera persona que presenta esta novela ayuda enormemente a conocer mejor a este personaje y sus propios pensamientos e impresiones hacia la gente que la rodea. Por otro lado, Mujeres excelentes es al fin y al cabo, una novela de aprendizaje, que no de iniciación propiamente dicha. Mildred ve como su vida cambia con la irrupción de algunos personajes que la harán mejor persona, ampliar sus conocimientos y disfrutar más de los pequeños detalles que regala la vida. Mildred es el ejemplo perfecto de que toda persona, por muy retraída que sea, puede lograr grandes cosas, aunque estas no traspasen fronteras ni tengan consecuencias globales. Además, ante los buenos o malos momentos, éstos se pueden acompañar, como bien refleja la novela, con una buena taza de té. Me ha gustado especialmente, en relación con el personaje de Mildred, un detalle que afortunadamente no pasa desapercibido en la novela. La protagonista tiene treinta y pocos, es soltera y defiende su soltería. Para ella es un asunto que no le quita el sueño, tiene preocupaciones más importantes. Claro que en la novela se refleja la presión a la que las mujeres están sometidas las mujeres en cuanto a cuestiones matrimoniales, no debemos olvidar que esta novela se publicó en la década de los 50 del siglo XX, pero me alegró toparme con esa defensa férrea de la independencia femenina en estas lides. Por último, una breve apreciación. La ironía, las situaciones cómicas, la ambientación, la libertad de la mujer...No sería tan descabellado pensar que Barbara Pym se hubiese inspirado en el estilo de Jane Austen para escribir Mujeres excelentes. Ahí lo dejo.
En este último párrafo, dedicado a la reflexión, dejadme que os hable de alguien, aunque lo correcto sería decir de ellas, de mujeres excelentes. Todos conocemos sus nombres: han cruzado océanos, atravesado bosques, explorado selvas, inventado objetos indispensables, descubierto elementos o pueblos desconocidos, enseñado en las mejores universidades, liderado equipos, conquistado derechos, escrito grandes obras de la literatura universal. Ellas han debatido, legislado, juzgado, corrido, luchado, peleado, amado, vivido...Es cierto que han sido muy pocas las que han llegado a estar en lo alto, a permanecer en el sitio que les corresponde, en igualdad con sus colegas masculinos. Sin embargo, muchas veces nos olvidamos de las otras, de las que nos acompañan en nuestro día a día y que desgraciadamente su labor queda siempre invisible a nuestros ojos. Os hablo de vuestras madres, abuelas, hermanas, amigas, tías, primas...Esta lista podría incluir infinidad de nombres que nunca llegarán a ser tan famosos, pero que también merecen nuestra más sincera admiración. En la novela, Mildred es una mujer como cualquier otra, pero que por su forma de ser, la cual va evolucionando a lo largo del libro, consigue lograr algo muy importante, convertirse en alguien que escucha, que comprende, que ayuda y que sabe qué decir en cada ocasión. Como ella, millones de mujeres realizan pequeñas acciones que, aunque insignificantes a primera vista, su impacto puede ser notable. El año pasado, durante una clase del master, la profesora dijo una de esas frases que inevitablemente se te quedan para siempre: "lo privado es político". Cuanta razón tenía y sigue teniendo si te paras a pensar un rato. Fueron muchas las mujeres que ejercieron su activismo desde sus propias casas, con pequeños gestos que ayudaban a que las cosas cambiasen poco a poco. Existen grandes nombres femeninos que han hecho historia, si, y no les voy a quitar el mérito, pues, por su esfuerzo y talento están donde están. Pero también, desde el más absoluto de los anonimatos, otras compañeras de lucha y de inquietudes intelectuales, han manifestado sus opiniones y han contribuido a que su situación mejore con el paso del tiempo. Puede existir una líder, alguien que de la cara, que lance su voz, que se enfrente al poder, pero sin ellas, las que componen la base, no serían nada. Ellas, para mi, son verdaderas heroínas, verdaderas luchadoras, verdaderas motoras del cambio. Mujeres excelentes a las que debemos valorar y respetar. Mujeres excelentes: una historia de solidaridad, equívocos, situaciones cómicas, evolución, rotura de la cotidianeidad...Una novela deliciosa y recomendable.
Párrafos o frases favoritas:
"(...) las personas como nosotros teníamos que recurrir a la tetera, y pensé que no es poco mérito hacer las cosas como las hacíamos con una bebida estimulante tan inofensiva."
Película/Canción: hasta que esto primero suceda, lo cual parece de momento improbable, os adjunto la pieza que me ha acompañado durante la redacción de esta reseña:
¡Un saludo y a seguir leyendo!
Cortesía de Gatopardo Ediciones