Revista Libros
¿Para niños? Y no tan niños. Este cómic es tan colorido y sus diálogos son tan divertidos que merece pasar vergüenza leyéndolo en el metro o en la calle.
Ponys. Recuerdo de mi infancia a estos seres nacidos de algodones de azúcar rosa, lo mas cursi del mundo. Por no hablar de las niñas petardas que compraban los muñecos y se dedicaban a cepillarles las crines. Yo solo quería quemarlos.
Este cómic, y la serie de dibujos de donde surgió, se ríe y mofa de esa estúpida tendencia, con un resultado similar al Quijote: gusta a los que se burlan y también a los burlados. Un éxito que quizá resida en que ha creado unas protagonistas muy peculiares con personalidades muy bien definidas.
En este primer tomo, estas pony-amigas (o componieras, como se dicen entre ellas) tendrán que luchar con una pony bruja que ha secuestrado a unas potrillas, dos de ellas hermanas de dos de las protas. Por el camino, obviamente, tendrá que superar múltiples retos y correr aventuras hasta llegar al castillo de esta malvada pony oscura. No tiene desperdicio.
Pero como ya he dicho, el punto fuerte de todo esto, además de las cómicas situaciones por las que pasan, es la personalidad divertida y definida de las seis ponys.
Si hay una que destaca entre todas es Pinkie Pie. La adoro. No es la protagonista principal y parece la mas tontita (bueno, realmente lo es), pero siempre salva el día. Con el troll o con su disfraz cabezudo.
Divirtiéndose cuando están en peligro de muerte... ¡Es la mejor! Además siempre la rodea ese aire de falta de lógica, sentido común y de estar totalmente fuera de lugar.
El resto, sus amigas, también son para verlas. Rainbow Dash, como puede volar, es la mas creída Applejack es una country woman que no le importa ensuciarse, punto de profunda discrepancia con la pija Rarity. En fin... Parece tonto, pero las risas están aseguradas.
Hacer caso a las criticas de Internet, a veces tiene recompensa porque este cómic merece la pena, te hace pasar un buen rato con unos diálogos graciosos y tantos colores chillones. ¡Leedlo!
¡Juzga por ti mismo!