Aldo Berríos
227 páginas aprox. (ed. digital)
Editorial Forja
Námanor es una ciudad reloj, un majestuoso reino más allá de las barreras del tiempo, hogar de Tiamat Numa, un restaurador de piedras preciosas y capacidades mágicas que lo ayudarán a comprender su lugar en el mundo. Y de Héctor Ariosto, un hombre sin ley que hará lo imposible para encontrar el camino a la verdad. Una historia enlazada al tiempo y los mitos, repleta de arquitectura y maravillas naturales, que jugará con nuestros sentidos hasta trizarlos, hasta sacarlos de ese lugar tan cómodo en donde no se cuestionan.
Una travesía hacia los orígenes, un gigante de piedra que espera ser redimido y la suerte de un pueblo que anhela reencontrar la paz.
El futuro de la creación está en juego.
La novela comienza con Tiamat Numa y Absalón Dore, dos amigos que trabajan como queirones de Námanor (una especie de restauradores), y están encargados de que los temblores que sacuden a la ciudad no perjudiquen la exquisita arquitectura de esta y también de seguir embelleciendo el lugar. Son acompañados en su viaje por Héctor Ariosto, un almaraz (una especie de protegido de uno de los gobernantes de las ciudadelas).
Los tres hombres son muy distintos entre sí y aunque a Tiamat y Absalón no les guste demasiado la presencia del perfeccionista Héctor, deben tolerarlo en su viaje por las ciudadelas que conforman el círculo de Námanor y hogar de los gobernantes del lugar. Y es en este viaje, en el que en algún punto deberán separarse y encontrar su destino, en el que se encuentra la salvación o destrucción de Námanor.
Mapa de Námanor, donde se detalla la ubicación de las ciudadelas y el movimiento de los caballos que van a la par que el tiempo.
La novela me encantó. La escritura de Aldo Berríos es detallista y todas esas pequeñas cosas que conforman la historia y la idiosincrasia de Námanor son las que me enamoraron del libro. Aún así no es perfecta ya que hay partes que son difíciles de digerir debido a esa misma cantidad de detalles que hacen que la narración sea extremadamente lenta, a pesar de eso, es una historia asombrosa de leer.
Námanor no es una ciudad cualquiera, puesto que el hexágono escondía un reloj; un enorme y distinguido instrumento para su también distinguido pueblo. Este reloj era nada menos que la ciudad entera, un mecanismo que la recorría a lo largo del día y de la noche. La tendencia dentro de aquellos confines estaba sentenciada, creando un vínculo entre la función y la forma, entre la utilidad y la belleza.
A pesar de que la portada nos hace creer que esta es una novela juvenil, está lejos de eso (que no significa que alguien joven no pueda leerla o entenderla). Námanor contiene muchas cosas de las que busco en los libros: personajes con desarrollo, una historia que crezca y se desarrolle de una manera interesante, personajes distintos de lo que vemos en otros libros, y la intriga política y la espiritualidad que acompañan a una civilización y que hacen que una historia de este tipo este completa.
Es cierto que su final es agridulce, pero en este caso, complementa perfectamente la historia y personalmente me dejo muy satisfecha.
Espero sinceramente que puedan conseguir una copia del libro (en especial la versión digital, pues está reeditada y con una portada mejorada) y que le den una oportunidad a esta maravillosa historia.
Gracias al autor por el ejemplar .