Título: Neimhaim, los hijos de la Nieve y la Tormenta
Autora: Aranzazu Serrano Lorenzo
Editorial: Fantascy
Número de páginas: 864
ISBN: 9788415831624
Precio: 22 €
Puntuación: 8
Lo que ahora os contaré es tan cierto como que el fuego quema y el hielo, también.
Sabed, amigos míos, que dos pueblos, dos grandes clanes, habitaban una tierra apartada del resto del mundo. Se creían tan diferentes como la noche lo es del día, y en verdad, os lo aseguro, lo eran.
Amante del coraje y de las armas era el clan Kranyal; guerreros de bravo corazón y maestría en el arte de la lucha. Protectores de la vida y la serenidad eran los Djendel, pacíficos sacerdotes bendecidos con habilidades que iban más allá de lo natural, cuyo uso restringían con estrictos códigos. Sus historias discurrían por separado, pero un día la frágil armonía quedó alterada y el entramado del destino cambió para siempre. Ambos pueblos salvaron sus recelos y unieron sus caminos por la fuerza de la necesidad. Juntos fundaron un joven reino llamado Neimhaim. Largo y quebradizo sería el camino de su unión; para allanarlo, sus líderes pactaron ceder el mando a sus hijos primogénitos, quienes regirían Neimhaim como esposa y esposo. No podían imaginar que, lejos de allí, un dios desterrado urdía pacientemente un plan para hacer de esos niños un instrumento de venganza contra sus iguales.
Así comienza la historia de los Hijos de la Nieve y la Tormenta.Yo tenía pensado leer este libro en invierno, una estación mucho más apropiada, pero le tenía tantas ganas a esta novela que al final no pude resistirme y tuve que leerlo en verano.
Como dice la sinopsis, esta es la historia de Neimhaim, un reino en el que habitan dos clanes muy diferentes: los kranyal y los djendel, unos amantes de la lucha y de las armas, y otros amantes de la vida y poseedores de la magia. Esta es la historia de la Alianza entre ambos clanes, que empieza con el nacimiento de los futuros reyes de Neimhaim: Ailsa, una kranyal, y Shagan, un djendel. Sin embargo, el futuro de Neimhaim es incierto porque Nordkinn, un dios desterrado, ha fijado en él su mirada y se dispone a jugar con los hilos del destino.
Neimhaim es un libro que habla de leyendas, y como tal, tiene un tono muy épico. Super épico. Esta es una historia de grandes reyes, de dioses y de profecías, y ese tono trascendental está presente a lo largo de toda la novela. Cada palabra de este libro parece que va a pasar a la posteridad.
La autora nos sitúa en una tierra fantástica inspirada en la mitología nórdica, al más puro estilo vikingo, lo cuál para mí es toda una novedad en este género, y he de reconocer que es una de las cosas que más me han gustado de la novela. Tenemos presentes algunos dioses nórdicos que muchos reconoceremos, y otros elementos de esta mitología que han sido tomados y modificados, dándoles un nuevo significado. En Neimhaim los dioses también son personajes que interfieren en el destino de los mortales. Además, está muy presente la naturaleza salvaje y fría, con numerosas descripciones que ayudan a recrear este ambiente mágico.
Los protagonistas, Shagan y Ailsa, están destinados a convertirse en los reyes de Neimhaim y unificar los dos clanes que durante años han vivido separados: los kranyal y los djendel. Con tan sólo 18 años, una enorme responsabilidad pesa sobre sus hombros. Shagan y Ailsa no me han parecido malos personajes, si bien es verdad que me ha faltado algo para que me terminaran de calar. Entiendo que este es un libro autoconclusivo -en principio- en el que pasan muchas cosas, y no hay tiempo para andarse por las ramas. Aún así, noto que me faltó profundizar más en las personalidades y en los conflictos internos de ambos personajes, que la autora se quedaba un poco en lo superficial, así como el especial vínculo que hay entre ellos... me quedé con ganas de más.
También tenemos un gran elenco de personajes secundarios, de todo tipo y color: Gursti, señor de los kranyal y padre de Ailsa; Sigfred, primo de Ailsa; Eyra, la madre de Shagan... no tengo ninguna pega en cuanto a los personajes secundarios. Mención especial para Nordkinn, el villano por excelencia, que me parece un personaje redondo que regala alguna sorpresa al final.
En cuanto al ritmo del libro, la verdad es que es un poco intermitente. El principio, a pesar de ser lento, me estaba gustando mucho, pero luego llegaron ciertas partes que se me hicieron un poco cuesta arriba, como si la historia no avanzara. Hubo partes que las devoré y me pareció que tenían un ritmo trepidante, y otras parecía que renqueaban.
He visto en otras reseñas que hay escenas de sexo un tanto gratuitas. Es cierto que no esperaba encontrar escenas de sexo tan explícitas en este libro, pero realmente no me molestaron para nada. De hecho, me pareció muy interesante el trío Shagan-Sigfred-Ailsa, una pena que no se le dedicara tanto tiempo como a mí me hubiera gustado. Lo que sí que me molestó de Neimhaim es que, aunque estén rodeados de 1000 enemigos, heridos de muerte y a punto de irse al otro barrio, tranquilo que los personajes no van a morir, al menos los protagonistas. En este libro parece que todo el mundo es capaz de hacer un esfuerzo sobrehumano para seguir adelante a pesar de las heridas, o siempre aparece alguien en el último momento que los salva. De verdad, ni los personajes de Naruto. Llegado un punto, se perdía parte de la tensión porque por mucho que la autora se esforzara por repetirte que los personajes no iban a ver la luz de un nuevo día, tú ya sabías que iban a sobrevivir.
En resumen: A pesar de tener sus fallos y distar mucho de ser un libro perfecto, Neimhaim no es un mal comienzo para este mundo nórdico de nieve y de tormenta, que cuenta con elementos muy originales y tiene mucho potencial. Tengo claro que la segunda parte lo superará con creces: El azor y los cuervos.