Reseña: No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas, de Laura Norton.

No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas, de Laura Norton.AutoconclusivoEditorial: Espasa | Número de páginas: 350Precio: 19.90€ 

Si estás leyendo estas líneas es que te ha llamado la atención el título. ¿Te gustaría decírselo a alguien? ¿Serías capaz de decírtelo a ti mismo? Y lo más importante: ¿te gustaría mantener durante un buen rato la sonrisa que se te ha quedado en la cara? Pues esta es tu novela. Te podríamos contar con más o menos gracia de qué va la cosa, para que te hicieras una idea: que si la protagonista, Sara, es muy maja, que si tiene un trabajo muy interesante (es plumista, ¿a que nunca lo habías oído?), que si es un pelín obsesiva y alérgica a los sobresaltos... Por supuesto, la vida se le complica y se encuentra con que su piso se convierte en una especie de camarote de los hermanos Marx cuando en la misma semana se meten a vivir con ella su padre deprimido, su hermana rebelde y su excéntrico prometido y, sobre todo, el novio al que lleva mucho tiempo sin ver... Pero mejor no te lo contamos porque te gustará leerlo. Lo único que necesitas saber es que, desde el título, te garantizamos unas cuantas horas de descacharrante diversión como hacía tiempo queno disfrutabas.

Después de leer Gente que viene y bah, decidí que tenía que leer la otra novela de la autora, así que no tardé en hacerme con No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas, y aunque me ha gustado más Gente que viene y bah, la recomiendo muchísimo, sobre todo para este tiempo. Una lectura ágil, sencilla y que te entretendrá muchísimo. 
Este libro nos habla de Sara, una chica que, a pesar de haber acabado la carrera de química, decide que quiere seguir con la tienda que abrió su abuela: quiere ser plumista. Como dice la sinopsis, ¿a que no lo habías oído nunca?. Pues así empieza la novela, con Sara dándole a su familia la noticia. Ésta no se la toma demasiado en serio, porque.. teniendo la carrera, para qué ser plumista. Pero Sara no se da por vencida, y consigue convencer a su padre de que puede demostrarle su valía y que merece la pena.
Y de eso va la novela, de la vida de Sara como plumista, de cómo intenta levantar la tienda que hace tantos y tantos años abrió su abuela y de cómo quiere demostrarle a su familia que uno puede dedicarse a lo que quiere hacer. El libro, además, nos presenta a la Sara adolescente enamorada del cantante de un grupo de música. Y nos enseña, además, cómo pasados los años la vida puede dar unos giros bastante interesantes. No voy a desvelar más de la trama. Esta es una de esas novelas que tienes que ir descubriendo poco a poco y disfrutarlas sin saber con qué vas a encontrarte. En cuanto al final, es lo que menos me ha gustado. Precipitado y predecible. Aún así, he cerrado el libro con una sonrisa en la cara.
En No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas, Laura también nos presenta a varios personajes que tendrán mucho que ver con las idas y venidas de la vida de Sara. Lu, su hermana, es el personaje que más me ha enamorado. Su forma de ser y de pensar ha hecho que me ganara desde el minuto 1. Es una chica que puede parecer desde fuera que no no está demasiado perfilado; pero a mí me ha parecido una chica con una gran personalidad y además, un gran corazón. Con Sara he tenido mis idas y venidas; ha habido cosas que me han gustado y ha habido cosas que no, pero eso es lo que pasa con los personajes más reales, ¿no? Que hacen las cosas bien, pero también meten la pata. Con los padres de Lu la verdad es que no he llegado a conectar demasiado. Bien es cierto que sí están bastante bien perfilados (todos los personajes lo están), pero no he llegado a comprender bien bien qué es lo que les movía a hacer lo que hacían. Aunque sí he sentido un poco más de empatía con el padre, no he llegado a conectar tanto con ellos como me hubiera gustado. Luego también nos encontraremos con Aarón y Roberto; con David e Inma, dos amigos de Sara que demuestran lo que es la amistad verdadera: saber decir sin tapujos lo que piensas para intentar aconsejar a una amiga.
En definitiva, queda demostrado que Laura Norton sabe hacer que te entretengas entre las páginas de su libro y esboces alguna que otra sonrisa, así que si buscas una novela fresca y entretenida, no dudes en sumergirte en No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas.