Título: Noche y nieblaAutor: Juan Andrés Moya MontañezEditorial: AutoeditadoAño: 2012Nº de páginas: 72
SINOPSIS: Lee la sinopsis de este libro pinchando AQUÍ
RESEÑA:Noche y niebla fue el libro seleccionado por Kayena para organizar la primera lectura conjunta en su blog Kayena: negro sobre blanco y aunque no conocía ni el libro ni a su autor decidí apuntarme, resultando una de las afortunas en el sorteo que organizó con motivo de la misma, por lo que unas semanas después recibí en casa mi ejemplar. Lo primero que me llamó la atención fue su tamaño, sabía que era corto pero no me había parado a mirar exactamente el número de páginas que tenía y no pensé que fuesen tan pocas, exactamente 72 a lo que hay que añadir que tiene la letra grande y está maquetado con bastante espacio en blanco, incluso entre líneas. Por lo tanto su lectura no me llevó demasiado tiempo, más o menos unos quince minutos, pero eso sí, cargados de intensidad y emociones que me hicieron no desviar mi atención ni un segundo de cada una de las páginas.
Teniendo en cuenta la brevedad de la obra, no estamos ante una novela como tal, quizás encajaría mejor el término de relato para referirnos a ella. Y esto es una de las cosas que más sorprende cuando lees esta historia: que en tan pocas páginas el autor haya sido capaz de reflejar una historia tan bien construida y que es capaz de transmitir tantas sensaciones e impresiones al lector. Con esto os quiero decir que es breve en cuanto a extensión pero no en cuanto a contenido, ya que éste se extiende mucho más allá de lo que está reflejado en cada una de sus páginas. Detrás de los hechos que el autor expone en esta obra hay una historia que no se para en detallarnos ya que no es necesario, nos da libertad para construir en nuestra mente el pasado de los protagonistas a través de unas pinceladas que contienen los únicos datos necesarios para llevar a cabo este proceso.
En el centro de la historia se sitúa Lucía, que se haya en el hospital Virgen de la Paloma de Madrid compartiendo las últimas horas con su padre, quien ha sufrido dos severas hemorragias que le han sumido en un coma contra el que los médicos nada pueden hacer, por lo que el tiempo de vida que le queda es escaso. Lucia se deja llevar por los recuerdos, evocando el tiempo pasado en compañía de su padre en su infancia, hasta que la irrupción de una anciana en la habitación cargada de odio y acusaciones del pasado le golpea y provoca que tenga que reconsiderar quien es en el fondo la persona que se haya postrada en la cama.
No me gustaría contaros mucho más del argumento ni desvelar demasiado en la reseña de los acontecimientos que son la base de este episodio que provoca el desmoronamiento de la vida de Lucía. Pienso que para disfrutar plenamente de esta historia hay que enfrentarse a ella con la menor cantidad posible de información sobre su trama, puesto que uno de los puntos fuertes del libro son las sensaciones tan contrastadas que transmite. A través de la lectura seguimos un curso similar al que ha seguido la vida de Lucía, pasamos de la dulzura, el amor y la ternura que desprenden los primeros capítulos a la dureza y repulsión que provocan los últimos y es una evolución progresiva marcada por el ritmo de los descubrimientos de Lucía sobre los hechos acontecidos en el pasado.
El libro se estructura en capítulos cortos que alternan la narración entre dos escenarios, por una parte lo que sucede en la época más o menos actual, febrero de 2001, en el hospital Virgen de la Paloma y por otra parte nos lleva a la época pasada, en torno a 1976 en Argentina, país del que proceden tanto Lucía como sus padres. Es a través de estos capítulos como descubrimos qué es lo que ocurrió en el pasado, quién es el padre de Lucía y porqué motivo decidieron abandonar Argentina e instalarse en España.
Algo que sin duda destaca en la obra es su calidad narrativa. Está muy bien escrita, con un estilo cuidado y medido, en algunos pasajes incluso cercano a la poesía, sin descripciones minuciosas y con unos diálogos abundantes y brillantes, que nos muestran el carácter de los personajes. Todo ello con un ritmo creciente que hace que el interés del lector vaya en aumento a medida que se suceden los acontecimientos.
Puesto que los protagonistas son argentinos, en sus diálogos se ha mantenido su forma de hablar, recogiendo expresiones típicas y algún localismo que consiguen que el lector se implique más en la lectura y se sienta dentro del escenario adecuado. Buena parte de la narración se asienta en ellos y dada su importancia, se han trabajado para que resulten reales, están bien construidos, dando lugar a escenas muy intensas que nos permiten profundizar en la psicología de cada personaje.
Siendo una obra tan corta no hay lugar para centrarse en descripciones detalladas ni de personajes ni de escenarios. Respecto a los primeros, esto no es impedimento para que lleguemos a conocerlos y veamos su evolución, podemos hacernos una idea de su personalidad observando sus reacciones a los hechos que son la base de la historia.Lucía es el personaje central y sin duda el más complejo y mejor definido. La conocemos siendo una niña y rápidamente establecemos una conexión con ella, es muy fácil colocarnos en su lugar y buscar en nuestros propios recuerdos situaciones similares en compañía de nuestro padre. De ahí la importancia del primer capítulo, en el que se describen esas escenas tan felices que todos tenemos en nuestra mente y añoramos, haciendo que se despierte un sentimiento de simpatía y ternura hacia esa niña y su padre, ese hombre que la quiere tanto que es capaz de atrapar el sol en un vaso para ella.
Ese vínculo que se crea a través de este primer capítulo se mantiene a lo largo de todo el relato, pasamos de compartir su felicidad inicial a la difícil situación que atraviesa sabiendo que su padre va a morir para posteriormente ponernos en su lugar y plantearnos como reaccionaríamos nosotros en el caso de descubrir algo semejante. En este sentido creo que el autor ha conseguido reflejar y transmitir muy bien los sentimientos, emociones y reacciones de Lucía, de sus palabras se desprende lo que siente en cada momento, tanto en la faceta que abarca el amor y dolor como en el extremo opuesto, de odio y desprecio.
No es Lucía la única implicada en esta historia, ya que junto a ella comparte estos duros momentos su madre, encargada de desvelar los secretos que han permanecido ocultos tanto tiempo. Y si vemos que en Lucía la reacción es clara, en su madre encontramos una posición diferente, en la que prima el amor, la comprensión y las segundas oportunidades.
Junto a esta trama nos encontramos la narración de los hechos pasados que nos traslada a los primeros años de la dictadura militar en Argentina que estuvo vigente entre los años 1976 y 1983, un periodo de represión caracterizado por la violencia, desaparición y muerte de miles de personas con el único objetivo de someter a la población a través del terror. La función de Noche y niebla no es suministrarnos infinitos datos sobre este periodo histórico sino que se vale del desarrollo de un único episodio para hacernos partícipes por un lado del sufrimiento, miedo e indefensión de esas personas que fueron apresadas y torturadas sin motivo y por otro de la brutalidad y crueldad de los encargados de ejercer la represión, que queda reflejada en frases como esta: "Carlos Alberto Barda oteó con ojos oscuros la zozobra en Fernando, y sintió un placer colosal". Son capítulos cargados de sensaciones vivas y penetrantes, angustiosos y estremecedores por la barbarie de los sucesos a los que hacen referencia.
Como ya señalaba más arriba, Noche y niebla es un libro que, aunque su lectura no nos lleva mucho tiempo, perdura en nuestra mente una vez finalizada. En estos días que han pasado desde que la he leído, son muchos los momentos en los que la historia de Lucía vuelve a mi mente y me planteo cual sería mi postura si estuviese en su lugar. Mi parte racional me señala que su reacción es la correcta y que unos hechos así solo pueden producir repulsión y desprecio hacia cualquiera que sea capaz de cometerlos, pero por otra pienso que el inmenso amor que nos une con nuestros padres puede tambalearse pero no quebrarse. Y es por esto que considero la obra de Juan Andrés más especial aún si cabe, ya que no son muchas las historias que consiguen que te pares a reflexionar sobre las cuestiones planteadas, algo que personalmente valoro en un libro puesto que en muchas ocasiones me gusta encontrar algo más allá del mero entretenimiento.
Es una obra en la que realmente lo que importa es la historia que contiene, el trauma provocado por el descubrimiento de que algo que admiramos y queremos realmente no es lo que habíamos creído durante mucho tiempo, la ruptura de unos vínculos tan fuertes como son los familiares pero que aún así, no son capaces de superar determinadas acciones. Todo ello dentro de una trama con dosis de misterio, cargada de intensas emociones, que despierta el interés desde las primeras líneas y que no puedes abandonar hasta llegar al final.
RESEÑAS DE LA LECTURA CONJUNTAReseñas publicadas en Ciao Kayena, del blog:Negro sobre blancoLaky,del blogLibros que hay que leerBlair, del blog Mis lecturas de cabecera
Rebeca de Winter, del blog Negro sobre blanco
Mi reseña
Carmina, del blog De tinta en vena
Lupa, del blog Acurrucada entre letras
Rachel Antúnez Cazorla, del blog Contra los límites
Cartafol, del blog O meu Cartafol
Margaramon, del blog Libros, exposiciones, excursiones...
Margari, del blog Mis lecturas y más cositas
Marina, del blog Marinades Matiba, del blog Matibascorner
Bejarana76, del blog Amor por la lectura
Inma, del blog Aprendiz de mucho
Pepe, del blog La Casa de San Jamás
Talisman Dreams, del blog Talisman DreamsShaka Lectora, del blog Las lecturas de Shaka
Espe, del blog Taberna Libraria
Laura, del blog As miñas cousas