MAEVE BINCHY
Juanjo ha querido compartir su opinión de la novela de Maeve Binchy “Noches de lluvia y estrellas”, Lecturina también la ha leído y sus opiniones difieren un poco.En un entorno tranquilo, una taberna de Aghia Anna, cinco personas se conocen en medio de una tragedia. En ese momento, cuatro de ellos son conscientes de lo que la vida puede cambiar en cuestión de un segundo. Y tras una breve charla con el dueño de la taberna, Andreas, se sabe que cada uno de esos cuatro, huye de algo. El quinto, se puede decir que huye de sí mismo y del mundo que le ha tocado vivir. A partir de ahí las vidas de Thomas, Elsa, David y Fiona, a la que compaña Shane, cambian ante la revelación de que basta un segundo para que todo se altere.Existe una mezcla de percepciones curiosa. Quitando a Shane y quedándonos con los cuatro primeros, vemos como tienen la sensación de que en Aghia Anna no existen los problemas y que se podría ser feliz en ese pueblo tranquilo y costero. Y por contra, los habitantes de ese pueblo nos van mostrando que hay la misma cantidad de problemas que en cualquier otro lugar. Y que depende de nuestra manera de afrontarlos, de los pasos que demos, que puedan solucionarse.
El elenco de personajes es variado y diferente entre sí. El idealismo de Thomas, la seguridad de Elsa, la timidez de Fiona y el aire soñador y bohemio de David. A lo largo de la historia van evolucionando y aprenden que las primeras impresiones no son siempre las más idóneas. Para ello cuentan con la colaboración del propio Andreas, su hermano Yorguis y con Vonni, una enigmática mujer irlandesa que llegó treinta años atrás al pueblo. Ella es, la que a través de su propia historia cuenta que los reveses más duros de la vida, no tienen un lugar concreto de existencia y ocurren en el lugar más inesperado; incluso en un pueblo tranquilo y apacible como Aghia Anna. Y que tras cada golpe, hay una lección que aprender.
“Noches de lluvia y estrellas” es una novela que muestra el valor del aprendizaje, también muestra la fugacidad del tiempo, y también, lo ilógico que en ocasiones puede ser el amor, alejándolo de la idea general de que es el remedio para todos los males. La autora nos enseña que hay amores que matan, como reza el dicho, y que es uno mismo quien debe superarlo. Es una novela para quienes gusten de ambientes tranquilos, pasajes bonitos y atardeceres lentos. Para los que quieran aprender un ejemplo de lo importante que es vivir el ahora y no pensar mucho en el futuro, porque puede ser demasiado tarde. Y en mi opinión, para los que quieran aprender que el amor, en ocasiones, es mucho más que palabras. Que tiene el poder de volver ciegas a las personas y lo vulnerable que puede hacerlas. Y por último, una novela que creo que manifiesta de una manera muy clara y con varios ejemplos, lo inútil que resulta el orgullo en una vida tan breve.
“Noches de lluvia y estrellas” es una novela publicada en 2004 de la escritora irlandesa Maeve Binchy.La trama nos sitúa en Grecia, en una isla llamada Aghia Anna, adonde nos trasladaremos durante quince días en el verano de 1996, para conocer a un grupo de cinco jóvenes que se encuentra allí para desconectar de sus vidas. Ellos aún no se conocen, están cenando en el restaurante de Andreas situado en lo alto de una colina, cuando en el puerto se produce una explosión seguida del incendio de un barco, han muerto varias personas, y ese incidente les hará replantearse muchas cosas.Los cinco vienen de lugares distintos y con un pasado totalmente diferente, nada indicaba que podrían congeniar pero el suceso acaecido esa noche les acercará más que ninguna otra cosa. Ellos son Shane y Fiona, dos irlandeses, David, un inglés, Elsa, una alemana y Thomas un estadounidense. También conoceremos a varios habitantes de la isla sobre todo a Andreas y a su hermano el policía, a Vonni y a María.El duelo que se produce en la isla les sirve de punto de inflexión para reflexionar sobre sus vidas y hacer balance de lo que les ha llevado hasta allí, sus éxitos y sus fracasos.Saldrán a relucir las relaciones de padres e hijos y algunos de los conflictos que pueden surgir, hablarán del amor en todas sus formas, de la amistad y del hecho de saber reconocer los errores y perdonar a los demás antes de que sea demasiado tarde.La escritora, al ir relatando la novela, me ha dado la sensación de que se ha quedado en la superficie, nos ha lanzado varias historias pero no ahonda en las relaciones, es como si te diera los ingredientes para preparar una receta pero sin pasar por la preparación solo mostrándote el resultado final, te deja una sensación de haber saciado tu apetito pero realmente no te ha quitado el hambre, te has quedado con ganas de más.A pesar de su sencillez o quizás debido a ella, en ciertos momentos tienes el deseo de continuar la lectura para acompañar a esos personajes que podrían ser cualquiera de nosotros, y que tienen problemas comunes y corrientes, con sus dudas y sus conflictos.Hay frases bonitas y escenas cargadas de sentimientos pero le ha faltado saber unir todo eso para hacer del conjunto un todo armónico, algo más que una serie de escenas que a trompicones te meten y te sacan de la historia. No ha llegado a despertar en mí un interés real, iba leyendo por inercia, más bien por saber si mis elucubraciones iban a resultar erróneas o habría acertado.Aunque hay alguna que otra sorpresa todo resulta demasiado predecible, se deja leer, pasas un rato entretenido pero en eso se queda en una lectura sin más que no me dejará grandes recuerdos.
“Noches de lluvia y estrellas” una lectura demasiado predecible que no resulta pesada pero que se olvida fácilmente.
“Dijo que no había nada tan triste como el anciano que encuentra lo que busca cuando hace décadas que es demasiado tarde, o como la persona que no ha tenido valor para cambiar por no haber sabido reconocer las oportunidades de hacerlo.”
“Todos los padres se interesan por sus hijos, solo que hay distintas maneras de demostrarlo.”
“Lo que se siente por un hijo es un amor incondicional. Pero cuando te enamoras de un hombre o de una mujer, puedes dejar de amarlos. Aunque no quieras puede ocurrir. Con un hijo, no, jamás.”
“los ancianos seguimos esperando que el mundo se tranquilice, que la gente recuerde lo breve que es la vida y comprenda que no vale la pena prolongar los desacuerdos.”