FICHA TÉCNICATítulo original: OpalAutora: Jennifer L. ArmentroutTraducción: Aida Candelario CastroCategoría: Saga Lux (3º)Páginas: 419Género: Plataforma NeoEditorial Ficción juvenil románticaISBN: 978-84-15880-74-5PVP: 17,90€
Podéis leer las reseñas de Obsidian y de Onyx pinchando en los títulos.
No hay nadie como Daemon Black.Cuando se propuso demostrarme sus sentimientos, no bromeaba. Nunca volveré a dudar de él. Y ahora que hemos superado tantas dificultades, saltan chispas cada vez que estamos cerca. Pero ni siquiera él puede proteger a su familia del peligro que supone intentar liberar a los inocentes. Después de todo lo que ha pasado, ya no soy la misma Katy. He cambiado… Y no estoy segura de las consecuencias de este cambio. Con cada paso que damos para desvelar la verdad nos acercamos más a la organización secreta responsable de torturar y someter a experimentos a los híbridos, y me doy cuenta de que mis habilidades son mucho mayores de lo que imaginaba. Recibimos ayuda de quien menos esperábamos y los amigos se convierten en enemigos. Pero jamás nos rendiremos. Aunque esto implique que nuestro mundo acabe hecho añicos para siempre. Juntos somos más fuertes. Y lo saben.
¡POSIBLES SPOILERS DE ONYX!
Tras la muerte de Adam, varios Arum y algún agente del Departamento de Defensa, la tensión es más que palpable. Desconfianza, secretos, mentiras. Ya nada es lo mismo. Reaparece algún personaje que se convertirá en alguien muy importante, habrá cambios drásticos en personajes secundarios y la relación entre Daemon y Katy luchará por mantenerse estable y "normal" dentro de lo que cabe.
Veamos, antes de argumentar a favor y en contra me gustaría dejar claro que Opal no sigue la línea de Obsidian ni de Onyx en lo que respecta a acción, sensualidad, giros importantes… Se encuentra un poco por debajo. Ahora sí, puntos negativos y positivos.
¿Qué me ha defraudado? Opal se centra demasiado en Katy. En sus sentimientos, sus temores, sus dudas… Su relación con Daemon. Es una concentración de Katy aquí y allá; todo gira alrededor de ella y eso es algo que desgasta la historia. Incluso a veces me ha dado la impresión de que Daemon se convertía en personaje secundario, siempre a la sombra de Katy. Esto ha sido uno de los mayores puntos que me ha llevado a la conclusión de que Opal disminuye la calidad de la saga Lux.
Otro punto negativo: ¿dónde están esos giros tan geniales, magníficos y grandiosos de la trama que Armentrout daba en Obsidian y Onyx? Los pocos que hay son menos impactantes, a veces un poco previsibles y ni de lejos te sacian tanto como a los que ya estamos acostumbrados. El gran golpe es el final, pero de eso ya hablaré.
Puntos positivos. La nueva información. Citando esa frase tan conocida y tan cierta: «la información es poder». Descubrimos, cómo no, una nueva piedra: el ópalo; examinamos de cerca a Dédalo, asociación del Departamento de Defensa, conocemos los efectos de los híbridos, sus fortalezas y debilidades… La narración continúa siendo ágil, muy fluida. Lo considero una gran ventaja, con esta saga creo que leo a la velocidad de la luz.
La razón que ha contrarrestado (casi) todos los puntos negativos ha sido el final. Me fui un poco de listilla creyendo preverlo, pero la autora ha dado un último giro. Uno de esos con los que se luce y nos deja boquiabiertos. Ha logrado despistarme totalmente. Ahora pienso, ¿merece leer Opal, una lectura más tediosa que las anteriores, cuando lo realmente óptimo es el final, el ÚLTIMO PÁRRAFO? He estado meditando y… sí. Merece la pena. Me habría gustado no tener que esperar hasta el desenlace para cuestionarme si continuar la saga o no pero Jennifer ha salido por la Puerta Grande, y eso es lo que cuenta.
Brillas como una estrella, al menos para mí, y ya sé que podrías soportarlo, pero nunca querría que algo tan oscuro empañara tu luz.
En conclusión, Opal es una continuación que podría haber sido bastante más adictiva, le faltan cositas, de esas que rebosan en Obsidian y Onyx. Hay que tener en cuenta que esto es una saga grande y en un momento, más tarde o más temprano, nos encontraríamos con algún bache. Nada es perfecto. Además, ¡aún queda mucho por leer!