Título: Pasó la noche, amor
Editorial: Ediciones Carena
Género: Historico Romántico
Páginas: 308
ISBN: 9788416054121
Precio (en euros): 18
Ambientada en la preguerra civil española, la novela aborda el escenario y el universo cultural de una época a través de Bartolomé: un personaje de trazos poderosos, sindicalista y activista, comprometido en primera línea en la transformación social de su tiempo. El amor apasionado, la reconciliación de un pueblo y la memoria olvidada entrelazan una historia actual que irá desentrañando detectivescamente Carmen, una mujer en plena crisis personal en la España de los ochenta. La protagonista se verá involucrada en un descubrimiento inesperado y revelador que le hará emprender un viaje interior y que cambiará su propia vida. Esta es la historia de un amor-mas-fuerte-que-la-muerte, de sueños y traiciones, de compromiso social y conquista de libertades. En un mundo convulso y políticamente inestable, la pasión de una joven pareja se abre al alba de un nuevo día tras una noche que parecía sin final.
Hola,
Feloz lunes, hoy te traigo la reseña del un libro que acabé ayer por la noche: Pasó la noche, amor, de José Miguel Núñez. Se trata de la primera novela publicada por el autor, con Ediciones Carena, y he de agradecer a Mundo Palabras el envío de un ejemplar para poder leer la obra.
En Pasó la noche, amor conocemos una historia que transcurre en dos historias, pero unidas entre si. Una de las historias está protagonizada por Bartolomé, un sindicalista católico en la España de preguerra, muy implicado en sus creencias, y locamente enamorado de Maruja, una joven de su pueblo, Pozoblanco, con la que vivirá una hermosa historia de amor y la otra historia transcurre, pasados unos años, a principios de los 80, la historia de Carmen, una mujer de mediana edad, que está atravesando una fuerte crisis personal en medio de un país que todavía está recuperando las libertades que le fueron arrebatadas durante tantos años. En medio de su vorágine personal, Carmen descubrirá que su vida está unida de una forma especial a la de Bartolomé, y su propósito será devolver a este hombre el lugar que le pertenece.
El personaje de Bartolomé Blanco es un personaje real; un hombre de gran fe religiosa que hoy está declarado como santo y mártir por la Iglesia Católica. Un hombre que no dudó en dar su vida por sus creencias, algo que por otra parte, resulta común cuando se desatan las locuras colectivas y las aberraciones que resultan ser todas las guerras. Pero, aunque a veces he tenido la sensación de que podía entrar en la lectura y disfrutar plenamente del libro, no soy muy aficionada a la novela histórica, me aburre considerablemente, pero reconozco que este libro es realmente bueno pero da la sensación de "adoctrinamiento" en algunas partes del libro. En algunos párrafos, y sobre todo, en los diálogos, en lugar de tener la sensación de asistir a una conversación entre dos o más personajes de la novela, tenía la sensación de que el autor me estaba mandando, de forma "subliminal" sus propias ideas, intentando convencerme de que eran las correctas, de que tenía que ponerme de su lado, y lo siento mucho, pero no sé si es mi vena rebelde pero en cuanto detecto que están intentando manipularme (sea de la índole que sea el intento de manipulación), mi reacción automática es de rechazo. Sin embargo, cuando entraba en la parte histórica pura dura, esa sí que la he disfrutado, cuando se me han contado las cosas de forma objetiva, pues así es como me gusta a mi leer las novelas, desde una perspectiva objetiva por parte del narrador, e involucrada por parte de los personajes, porque se supone que son ellos los que están inmersos en la historia, los que la están viviendo; pero no sintiendo un intento de influir en el lector por parte del autor.
Si algo hay que reconocerle a José Miguel Núñez, por lo menos algo que he reconocido en Pasó la noche, amor es que posee un estilo cuidado al máximo, en algunos puntos de gran belleza; y que utiliza una prosa elegante e incluso refinada. Sin embargo, aunque esto es enormemente positivo en la parte narrativa de la novela, recarga un poco la parte donde los diálogos cobran mayor protagonismo, pues en ocasiones, estos son demasiado largos, más semejantes a un personaje realizando un soliloquio, a solas y olvidándose de que se encuentra acompañado, que a un diálogo al uso entre dos personas; pues, si bien es cierto que en esa época, el lenguaje empleado entre personas que se movían en ciertos círculos de responsabilidad política y social era más elaborado que el que podía usar un ciudadano de a pie, no creo que que el uso de frases rimbombantes fuera estrictamente necesario; y esto, en una novela, no la va a hacer mejor ni va a dar la sensación de estar mejor escrita, o por lo menos, esta es mi opinión. Otro punto favorable es el cambio de prosa cuando cambia de hilo temporal, adecuándolo al tiempo sobre el que escribe, pues sin perder el estilo cuidado que le caracteriza, José Miguel Núñez pasa a utilizar un lenguaje mucho más coloquial en la parte ambientada en los años 80, donde los toques de modernidad comienzan a estar más presentes en el país, aunque aun arrastra la losa de la dictadura. Utilizando en ambos hilos temporales la figura del narrador omnisciente, será a través de esta voz en tercera persona como iremos conociendo el devenir de los acontecimientos; unos acontecimientos que demuestran una vez más el hecho de que el ser humano no es capaz de admitir que la diversidad es lo más positivo que poseemos, la libertad de pensamiento enriquece a las personas, pues siempre suma y nunca resta; pero la raza humana es tan absolutamente obtusa que se empeña en querer obtener un pensamiento global, que todos y cada uno de nosotros seamos fotocopias mentales, sin darse cuenta que, en el momento lleguemos a eso, habremos llegado a un punto sin retorno hacia nuestra propia destrucción. En cuanto a la trama, bien estructurada y bien resuelta, pese a ese "punto negativo" que he notado sobre la influencia de las ideas del autor en la parte que trata sobre Bartolomé, me ha gustado más esta parte que la parte en la que Carmen es protagonista, pues en esta última parte me ha faltado un poco más de desarrollo.
En cuanto a los personajes, todos ellos en general están bien estructurados y desarrollados en la novela, si nos detenemos en los protagonistas principales de cada una de las historias que transcurren a lo largo del libro, si bien no me han gustado algunos puntos que José Miguel Núñez le ha introducido en los diálogos, lo cierto es que el personaje de Bartolomé Blanco, que como he mencionado antes, está en la historia, se encuentra muy bien desarrollado en el libro; un hombre de origen humilde, que pese a haber perdido a sus padres y a tener que abandonar el colegio siendo niño, nunca descuidó su educación; un joven con una fe y unas convicciones inquebrantables, que creía en la justicia social, y al que el destino le jugó una mala pasada; en definitiva, una buena persona. En cuanto a Carmen, se encuentra en un momento de su vida de cambio total, paradójicamente como el país, que en el año 82, prácticamente está estrenando democracia; yo he echado de menos más fuerza en este personaje, más arrojo, realmente se me ha quedado corto y no he podido empatizar demasiado con ella, demasiada inseguridad para una mujer que por otra parte demuestra valentía tomando una decisión nada fácil en aquella época, y por eso me hubiera gustado encontrarme con una mujer menos apocada.
Pasó la noche, amor es una novela que, aunque yo no haya disfrutado en todos los momentos en los que estaba leyéndola, creo que esto es algo muy personal y que, si eres aficionado a la novela histórica, sólo por la parte de nuestra historia a la que nos acerca ya es merecedora de darle una oportunidad; después la percepción que se obtenga de su lectura es absolutamente propia.