Reseña - Pídeme lo que quieras - Megan Maxwell

Pídeme lo que quieras 
Megan Maxwell
Editorial: Esencia
Colección: Erótica esencia
Páginas: 464
Año publicación: 2012
ISBN: 9788408034513
Sinopsis

Tras la muerte de su padre, el prestigioso empresario alemán Eric Zimmerman decide viajar a España para supervisar las delegaciones de la empresa Müller. En la oficina central de Madrid conoce a Judith, una joven ingeniosa y simpática de la que se encapricha de inmediato. Judith sucumbe a la atracción que el alemán ejerce sobre ella y acepta formar parte de sus juegos sexuales, repletos de fantasías y erotismo. Junto a él aprenderá que todos llevamos dentro un voyeur, y que las personas se dividen en sumisas y dominantes... Pero el tiempo pasa, la relación se intensifica y Eric empieza a temer que se descubra su secreto, algo que podría marcar el principio o el fin de la relación.Autora 

Megan Maxwell es una reconocida y prolífica escritora del género romántico. De madre española y padre americano, ha publicado novelas como Te lo dije (2009), Deseo concedido (2010), Fue un beso tonto (2010), Te esperaré toda mi vida (2011), Niyomismalosé (2011), Las ranas también se enamoran (2011), ¿Y a ti qué te importa? (2012) y Olvidé olvidarte (2012) además de cuentos y relatos en antologías colectivas. En 2010 fue ganadora del Premio Internacional Seseña de Novela Romántica, y en 2010 y 2011 recibió el Premio Dama de Clubromantica.com. Megan Maxwell vive en un precioso pueblecito de Madrid, en compañía de su marido, sus hijos, su perro Drako y su gato Romeo.

Opinión personal
Esta es una de esas reseñas donde no termino de poder encontrar palabras para todo lo que me pareció Pídeme lo que quieras, ya que no termino de definir lo que sentí al leerlo, pero como en esta vida no todo es blanco ni negro, voy a expresarme y ser lo mas clara posible. Espero que nos podamos entender.
No voy a negarlo desde que leí, 50 sombras me empece a interesar por el genero mas erótico, eso no quiere decir que todo lo que me vaya a gustar tenga que ser de ese estilo, al revés no quiero leer copias. Por eso al ver este libro no me lo pensé y me lo traje a mi casa. 
Tengo que decir que me gusta mucho como escribe Megan pero en este caso, no terminó de llegarme. Me explico, normalmente cuando leo una historia que me gusta, la siento, creo que entienden a lo que me refiero. Me siento la protagonista, quiero leer más y más. Me pongo nerviosa cuando sucede algo malo y me voy a dormir con una sonrisa cuando todo sale bien. 
Pues bien esta vez no puedo decir lo mismo, eso si cumplió con la función de entretenerme y hacerme reír ¡tiene puntos muy buenos!. La protagonista me gusto mucho, tiene muchas cosas por las que puedo sentirme identificada. Al ser en España tiene esa cosilla que hace a la historia mas cercana y eso es un punto a favor. 
En cuanto al Señor Zimmerman, debo decir que no me cae muy bien. Una enamorada de los protagonista como yo es algo que echa en falta. Que si, que hay que conocer antes de juzgar y todo eso ¡pero que no! jajaja. 
No me gusta desvelar nada pero como ya lo dice la sinopsis puedo hablar un poquito. Judith, la protagonista, sucumbe ante Eric Zimmerman y empieza a formar parte de sus juegos eróticos. Él le demuestra que todos llevamos dentro un voyeur.  Sera que mi parte voyeur esta muy perdida dentro de mí, algo así como Wally. pero en ningún momento conseguí conectar con la historia, ademas que no me gusto la verdad. Sí, lo sé, eso es cosa mía, que para gustos los colores. 
En resumen: La historia es divertida, amena y muy entretenida, como todo lo que he leído de Megan hasta ahora, este sigue teniendo ese ingrediente que engancha. ¿Lo malo? pues yo no he conseguido conectar con los personajes. El erotismo no me termino de gustar y en muchas ocasiones le cogí manía a Eric. 
Entonces dirás ¿que hago Flashia? ¿Me recomiendas que lo lea? ¡Claro! Cada persona es un mundo y el señor Z tiene muchas admiradoras. ^^

Pídeme lo que quieras, ahora y siempre, es la segunda parte, que saldrá a la venta el 26 de Marzo. Yo esperare y leeré la continuación porque para que mentir ¡tengo mucha curiosidad!.
                                                             ¡Un beso!