Revista Cultura y Ocio

Reseña: Prohibido, de Tabitha Suzuma

Publicado el 14 enero 2014 por Arsenico @Arsenico85
¡Hola a todos! ¿Qué tal estáis? Como os prometí, por fin os traigo la reseña de un libro que me robó el corazón. Creo que Prohibido es de esos libros que te enamoran o te dejan un poco indiferente; yo me encuentro en el primer grupo, sin duda alguna. Hoy vais a tener que perdonarme, porque me ha quedado una reseña inmensa. Pero es que no es difícil abordar un libro como este, de verdad que no. Reseña: Prohibido, de Tabitha Suzuma
Ficha Técnica:Título: Prohibido
Título original: Forbidden
Autor: Tabitha Suzuma
Editorial: Oz Editorial
Encuadernación: Rústica con solapas
Nº Páginas: 384
Precio: 17,90€
ISBN: 978-84-941729-2-2
Lee el primer capítulo: AQUÍ
Resumen de la editorial: 
«No podemos. Si empezamos, ¿cómo vamos a pararlo?»
Lochan y Maya siempre se han sentido más amigos que hermanos. Ante la incapacidad de cuidarlos de su madre alcohólica y la ausencia de un padre que los abandonó, los dos jóvenes deben hacerse cargo de sus tres hermanos menores y esconder su situación a los servicios sociales, porque ninguno de los dos es mayor de edad.
La responsabilidad que comparten y las dificultades a las que se enfrentan les unen, hasta empujarlos a enamorarse. Ambos saben que su relación está mal y que no debe continuar, pero al mismo tiempo no pueden controlar sus emociones y la atracción que los domina. 
Cita del libro:
Pero aquí, a su lado, su cara dormida me recuerda que esto es lo único que importa, y que no estoy solo. Esto es lo que Maya quiere y esto es lo que quiero yo. Luchar contra ello es inútil, sólo servirá para hacernos daño. El cuerpo humano necesita flujo constante de alimento, oxígeno y amor para sobrevivir. Si pierdo a Maya, pierdo esas tres cosas; separados, moriremos lentamente.

Opinión Personal:
Este es uno de esos libros que, por el tema que trata, no podría pasar desapercibido ni aunque quisiera. A estas alturas seguro que sabéis que el libro trata un tema tan tabú como es el incesto, y es precisamente por ello que o bien tendemos a rechazar su lectura o bien nos sentimos morbosamente atraídos por él. En mi caso debo agradecer que el haberme encontrado en la última opción. Llevaba mucho tiempo querer este libro, desde que se lo escuché mencionar a Ligeia. Ella lo adoraba, y algo me decía que yo también lo adoraría cuando le diera una oportunidad. 

No es el típico libro juvenil con los ingredientes de siempre y aderezados de tal manera que su sabor varíe unos grados. No. No vais a encontrar una relación al uso, y ya no porque los protagonistas sean hermanos, sino porque todo en él tiene un sabor diferente, a algo que no has probado nunca, una textura deliciosa que se te deshace en el paladar dejándote un sabor que desearías que no se marchara nunca. Prohibido es de esos libros que te impactan, que se ganan tu confianza acariciándote el corazón de una manera lenta pero al mismo tiempo impetuosa, y que cuando te tienen bien agarrado ya no te dejan marchar. Es mucho lo que me ha hecho sentir y pocas las palabras que logren describir algo que solo se puede comprender abriendo la primera página y sumergiéndote en la historia de Lochan y Maya. 

Cita del libro (Lochan):
La luz dorada inunda la habitación. Maya sigue sonriéndome y su rostro, cubierto por algunos mechones desordenados de cabello rojizo, resplandece de felicidad. Tengo las manos en su cintura, y el pelo largo que desciende por su espalda me hace cosquillas. Su cara está iluminada como si fuera una farola antigua, emanando luz de su interior. Todo lo que hay en esta habitación desaparece como si lo absorbiera una niebla oscura. Aún estamos bailando, nos balanceamos lentamente al ritmo de la voz melódica que sale de la radio, y Maya es un ser cálido y vivo entre mis brazos. Aquí, de pie, moviéndonos suavemente de lado a lado, me doy cuenta de que no quiero que este momento termine.

Prohibido nos cuenta la historia de Lochan y Maya, dos hermanos que han tenido que crecer a marchas forzadas y cargar la responsabilidad de toda su familia, convirtiéndose casi en padres de sus tres hermanos menores. Con un padre que los abandonó tras volver a casarse y formar otra familia, solo cuentan con la presencia distante de una madre alcohólica que lo único que quiere es permanecer eternamente joven, divertirse con su nuevo novio y olvidarse de que en casa tiene cinco hijos que necesitan no solo del cariño y la atención de una madre, sino también de cosas vitales como el dinero para poder alimentarse cada día, ropa para ir al colegio o la presencia de un adulto que se preocupe por su bienestar. Lochan y Maya, de diecisiete y dieciséis años, se han enfundado sus papeles de padres y luchan diariamente contra la vida misma, evitando por todos los medios llamar la atención de los servicios sociales, que estos se den cuenta de la situación y su familia acabe separada.
Visto así no parecerá gran cosa, el típico drama familiar, pero os aseguro que Tabitha Suzuma se encarga de presentarnos a una familia que se cae a pedazos, y es tan grande la carga que Maya y Lochan tienen que soportar, siendo como son dos adolescentes con sus propios problemas personales, que hace que te plantees muchas cosas, que sufras, los admires y también los compadezcas. La autora no tiene compasión por ninguno de ellos, te muestra la cruda realidad de la vida, sin máscaras, sin aderezarlo con azúcar glas para poder digerirlo mejor. Y aunque lo pasas mal también logras sentir una empatía brutal hacia todos y cada uno de esos niños abandonados por la vida.
Son varias las razones por las que, sin haber terminado la novela, ya se había convertido en una de mis mejores lecturas del 2013. La primera, la pluma de Tabitha Suzuma. La autora narra con el corazón, de una manera tan intensa, cercana y hermosa que consigue que el miedo te paralice, que un grito te obligue a taparte los oídos o que un sentimiento tan hermoso como el amor te desgarre por dentro. Porque si algo tiene Prohibido es que te da tanto como te quita, te roba el corazón para destrozártelo, consigue que sonrías para un rato más tarde hacer que te ahogues en tus propias lágrimas, te hace suspirar para instantes después hacer que quieras gritar hasta quedarte afónica. La autora describe los sentimientos de una manera sublime, hermosa y sobrecogedora. Lo pasas realmente mal leyéndolo, el ambiente que se respira es angustioso, descorazonador y, al mismo tiempo, tan enternecedor que no sabes cuándo reír o llorar. Hay un capítulo en el que Lochan tiene un ataque de ansiedad y la autora lo describe tan tan bien que eres capaz de tocar la desesperación con los dedos de una mano, sentir la angustia y el miedo de no poder salir de la vorágine delirante que lo rodea. 
Lo segundo en brillar son los personajes y la manera en que describe los sentimientos de cada uno de ellos. Si bien los dos personajes protagonistas me han conquistado, para mí Lochan ha sido EL personaje con mayúsculas. Me esperaba al típico protagonista guapo y encantador que te conquista con sus sonrisas torcidas o su pose despreocupada. Pero Lochan no es nada de eso. Por primera vez tenemos a un chico con un tipo de trastorno social que le impide articular palabra con nadie que no sea de su familia. A Lochan le aterra hablar con desconocidos, le paraliza hasta el punto de tener una crisis de ansiedad cuando se ve sobrecargado. Es el chico raro de su instituto, el de las notas excelentes pero que no tiene ni un solo amigo. Al ser el mayor y adorar a su familia de una manera admirable, es el que carga con la mayor parte de las responsabilidades de la casa, el que se desvive porque todo esté en su lugar y nada ni nadie puedan arrebatarles lo que tienen.
Cita del libro (Maya):
Y súbitamente, es como si todas las risas y la felicidad del mundo estuvieran aquí, entre los dos, en esta habitación. Nuestro amor, nuestro primer bocado de libertad, incluso el sol parece irradiar su aprobación, y por fin siento que lo nuestro va a salir bien. No tendremos que escondernos siempre: la gente lo aceptará, la gente tendrá que aceptarlo. Cuando vean lo mucho que nos queremos, cuando se den cuenta de que siempre estuvimos destinados a estar juntos, cuando entiendan lo felices que somos, ¿cómo podrán rechazarnos? Todas nuestras batallas tuvieron lugar para que pudiéramos alcanzar este punto, este momento exquisito en el que por fin abrazarnos, tocarnos el uno al otro besarnos el uno al otro sin miedo a ser descubiertos, sin culpabilidad ni vergüenza, para compartir nuestros cuerpos, nuestro ser, cada parte de nuestra alma.

Maya es un buen personaje, real y enternecedora a su manera. La sigues, la entiendes y te encariñas con ella. Es dulce, sincera y soñadora. De los dos, ella es la más alegre, la más arriesgada, la que no se deja empequeñecer por la cruda realidad sino que intenta salir a la luz, agarrar hasta el último rayo de sol para hacerlo suyo, su momento, su vida. Quizá peca de ilusa pero, ¿por qué no hacerlo cuando todo lo demás le ha sido arrebatado? Lo único real para ella es Lochan y su familia, ¿puede alguien arrebatarle eso, lo único que siempre ha sido suyo? 
Lochan es el que lo sufre todo con mayor intensidad, el que se rompe y pierde el control, el de los pensamientos negativos, el que se adelanta a todo a lo malo de la vida. Piensa mal y acertarás, dice el dicho, y aunque Lochan intenta ser positivo, deshacerse de toda la pesadumbre que arrastra siempre consigo, no puede evitar hacerse preguntas sobre el futuro, sobre lo que pasaría si descubrieran lo que Maya y él han empezado casi sin darse cuenta. Para él su familia es la vida, Maya es su vida, su otra mitad. Y tan real como el sol que sale cada mañana, como el oxígeno que se necesita para respirar. Sin ellos no es nada, con ellos tiene todo lo que necesita.
Cita del libro (Lochan):
Los sonidos de la casa fluyen a mi alrededor de un modo aleatorio; la rutina nocturna se desarrolla sin mí por una vez. Una discusión, un portazo, un grito de mamá. Nada me importa. Pueden arreglárselas solos, tienen que arreglárselas solos, y yo tengo que concentrarme en mis deberes hasta que sea tardísimo y esté muerto de cansancio y lo único que pueda hacer sea caer rendido en la cama, esperando que llegue la mañana siguiente y todo esto quede atrás, olvidado. Todo volverá a la normalidad... Pero ¿de qué estoy hablando? ¡Todo es normal! Lo que pasa es que, en un instante de locura, olvidé que Maya era mi hermana.

La relación es la tercera razón por la cual el libro me ha fascinado tanto. La autora lo borda, simple y llanamente. El amor y el deseo no nacen de la nada, no se refleja desde la primera página, sino que surge con naturalidad, de una manera delicada, entrañable y desgarradora. Lochan y Maya nunca se han considerado hermanos, las circunstancias han hecho que desde niños se trataran como iguales. Son un alma dividida en dos personas que se veneran, que conocen todo del otro, virtudes, defectos, costumbres. No hay secretos para ellos, ni barreras, solo la simple realidad de saber que uno siempre ha estado ahí, esperando por el otro. Los sentimientos que guardan se han hecho tan inmensos que les resulta imposible seguir engañándose, pese a las dudas, pese al miedo y los altibajos. Como bien reza en la portada, ¿cómo algo tan malo puede hacerles sentir tan bien? ¿Por qué no pueden quererse, qué daño puede hacer al resto del mundo un amor tan puro como el que ellos sienten? El amor de Maya y Lochan es imposible no solo porque los servicios sociales les quitarían a sus hermanos y destrozaría su familia si llegaran a enterarse, sino que está penado por ley. Amarse está prohibido, así de simple y cruel.Sé que hay mucha gente que tendrá prejuicios a la hora de leerlo, y que por eso mismo ni se acercarán al libro. Y lo entiendo, no lo leáis si os pasa esto porque seguramente no lo vais a disfrutar de la misma manera. Para mí el amor es válido en todas sus formas, quizá por eso no me ha dado reparo enfrentarme a su lectura y me ha robado el corazón como lo ha hecho. El amor es libertad, y libre eres de amar a quién quieras. Es algo que solo les concierne a dos personas, y nadie tiene derecho juzgar ni condenar. Soy una enamorada del amor, como me describió una buena amiga. Lo soy y no me avergüenza decirlo. Y Tabitha Suzuma ha conseguido que me lo crea, ha creado algo grande y hermoso, tan inocente y dulce que es imposible no querer coger a Maya y Lochan y encerrarlos en una burbuja dentro de la cual no puedan hacerles daño, un refugio eterno para su amor. 

Cita del libro (Lochan):
-Podemos querernos. –Trago con fuerza para aflojar el nudo que siento en la garganta-. No hay leyes ni límites para los sentimientos. Podemos amarnos el uno al otro tanto y con tanta intensidad como queramos. Nadie, Maya, nadie podrá quitarnos eso.

Me ha encantado cómo se va desarrollando la relación y describiéndote todos y cada uno de sus pasos. Cómo el cuerpo se antepone a los sentimientos incluso cuando el corazón ya había dado su veredicto y los prejuicios hacían lo posible por mantener las barreras. No hay que obviar que los protagonistas son adolescentes, y es normal que de alguna manera quieran explotar su sexualidad. Hay sexo en el libro pero, como ya os he dicho, la autora lo lleva de una manera muy natural, todo a su debido momento y a un ritmo pausado, sin olvidar nunca esas barreras y prejuicios que sufren los mismos personajes. Aceptar lo que sienten y darle alas no es fácil, pensar en lo que diría el mundo no es fácil, soñar con un futuro juntos tampoco es fácil. Nada es fácil para Lochan y Maya pero eso no les impide continuar queriéndose, ansiar el amor, la atención y las caricias del otro.

Hay muchas más razones por las que el libro me ha enamorado tanto, como Kit, Willa y Tiffin, los hermanos menores, personajes a los que terminas cogiéndole mucho cariño a pesar de que quieras estrangular a alguno de ellos (Kit, ejem). Por estar narrado en primera persona desde el punto de vista de los dos protagonistas y conseguir que me metiera en la piel de cada uno y adorarlos tanto juntos como separados.

En cuanto al final… solo os digo que preparéis un buen puñado de Kleenex, porque Tabitha te hace llorar a moco tendido, te rompe el corazón sin contemplaciones y te hace pensar muchísimo. A día de hoy todavía sigo pensando en él, y eso que sabía de antemano cómo iba a terminar. La única razón por la que el libro no se lleva la máxima puntuación es porque es tan abrumador y he sufrido tanto con él que dudo mucho que pueda volver a leerlo. 

Prohibido es un libro escrito con el alma con el fin de robarte el corazón y destrozártelo después. Por su hermosa pluma, por la belleza de los sentimientos que encierran sus páginas, por contar con uno de los personajes masculinos que más me han impactado, Prohibido es una historia que se me ha metido en la piel, de esas que ni el tiempo ni los libros que pasen por mis manos lograrán borrar de mi memoria.  


9/10 Una historia maravillosa, profunda y desgarradora, con unos personajes vivos y reales y una relación que nace con la fuerza natural de la vida. 

¿Lo habéis leído? ¿Os ha enamorado tanto como a mí?
¡Un besote a todos! 

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