AUTOR/A - ALICE KELLEN
EDITORIAL - PLANETA
PÁGINAS - 400
⭐⭐⭐⭐⭐
El sol baña los acantilados y las aguas turquesas del mar de Cornualles cuando Jane Bellamy y Cedric Stone se conocen en el verano de 1939. No están destinados a ser una ecuación perfecta, pero son jóvenes y el amor lo arrolla todo a su paso. Así que esta historia comienza como otras muchas: él y ella se enamoran. Hay primeras palabras, primeras miradas y primeros besos. Y luego la guerra, la nada. Solo oscuridad. Todo cambia.
Años más tarde, en un hospital de Edimburgo, Margot Abbot sostiene en la mano un anillo que pertenece al paciente que dormita en la cama, Cedric Stone. Ella todavía no lo sabe, pero está a punto de abrir un baúl de recuerdos y descubrir qué ocurrió tras aquellos luminosos días de estío que quedaron atrás.
Opinión Personal:
Margot Abbot es una joven que ha tenido que vivir una vida difícil a una edad muy temprana: sus padres murieron con una diferencia de meses y confió en un chico que parecía querer salvarla pero que al final le hizo pasar un infierno. Actualmente es madre soltera y trabaja de limpiadora en un hospital, haciendo todo lo posible por salir adelante y darles a sus hijos una buena vida. Un día de trabajo se encuentra con Cedric Stone, un señor con una enfermedad terminal y con el que hará una buena amistad, cada día éste le contará como conoció al amor de su vida, cómo la guerra los separó y como acabó siendo un hombre algo testarudo al que le cuesta conectar con sus hijos.
¿Qué puedo decir? Estoy completamente enamorada de esta historia y de la forma tan increíble que tiene Alice Kellen de contar historias. Sin duda alguna este libro va directo a mi top 3 de la autora.
Todos los personajes me han encantado, y mira que es difícil cogerle cariño a todos los personajes de una misma obra pero en "quedará el amor" así fue. Conocer toda la vida de Cedric, desde su juventud hasta su vejez ha sido todo un viaje; me enamoré de ese joven que vivía con su familia en una granja de Cornualles y le cogí cariño al viejito gruñón que nos encontramos en la habitación del hospital con ese humor tan peculiar que tiene. La historia de su vida y de su amor con Jane fue tan preciosa como desgarradora. Por otro lado Margot es mi niña bonita, mi personaje favorito al que quiero proteger y cuidar y desear de todo corazón que tenga la vida que se merece. Me sentí muy identificada con ella y su forma de ser. Una persona capaz de cortar sus propias alas para que los demás puedan volar, que siempre piensa en las necesidades de otras personas antes que en las suyas, una mujer muy cariñosa con las personas que le rodean pese a las cosas por las que ha tenido que pasar y que siempre tiene palabras amables para todos. Como bien dice Cedric, ella es un rayo de luz.
Personajes que se merecen una mención por lo increíbles que son nos encontramos con; Eleanor, la vecina de Margot y posiblemente la mujer más buena y maravillosa que pueda existir en el mundo. Amé como protegió a Margot en cuanto la conoció, como la ayuda con su casa y sus hijos sin pedir nada a cambio. La forma en la que se ha convertido en un pilar enorme y muy importante para nuestra protagonista y que sin duda queremos como si fuese parte de la familia. Ambos hijos de Margot son maravillosos y los he cogido un cariño enorme por su personalidad y su desarrollo durante la historia, sobre todo a Peter, pero confieso que Anna se llevó mi corazón por su forma de ser y sus incontables preguntas raras. Y por último tenemos a Graham, que siendo totalmente sincera al principio no me caía muy bien, las primeras impresiones cuentan y él no me pareció para nada agradable aunque entiendo el porqué de su carácter en determinado momento, aun así, según iba pasando las páginas no podía evitar ir enamorándome de él sin apenas darme cuenta. Pero reconozco que me hubiese gustado saber más sobre él. En definitiva nos encontramos con personajes muy realistas con los que es sencillo empatizar.
La trama ha sido magnífica, y eso que no soy una persona a la que le gusten las historias sobre guerras y los horrores que se vivieron, pero es que está escrito tan bien y de una forma tan cuidada que me leería mil libros más así. Pese a que en ciertos aspectos puedo ser algo predecible también nos encontramos con giros inesperados capaz de mantenernos pegados a sus páginas. Creo que el libro me duró apenas 4 días. Es una historia con la que se llora y mucho, no os voy a engañar, creo que a partir de la mitad del libro fue cuando no pude aguantar más las lágrimas y no paré hasta que lo terminé, es que es una historia muy conmovedora. Aunque no todo es tristeza ya que hubo muchísimos momentos que lograron sacarme una sonrisa.
La pluma de Alice Kellen es espléndida, con una narrativa más adulta si la comparamos con otros libros de la autora, pero aun así sencilla y fácil de entender. Te hace reflexionar sobre lo corta que es la vida y como hay algunas cosas y/o personas que no llegamos a valorar lo suficiente hasta que es demasiado tarde y sobre el amor y su importancia en nuestras vidas y como éste puede cambiar a las personas. Pese a todas las lágrimas derramadas este libro ha sido como casita, un sitio donde poder refugiarme.
"Si el tiempo no discurriese sin interrupción hacia delante, si pudiésemos saltar atrás y volver a casillas ya conocidas como en un tablero de juego, ellos regresarían una y otra vez a ese instante. Se encontrarían, la arena les haría cosquillas bajo los pies, tendrían veinte, cuarenta, sesenta, ochenta años y él le preguntaría: «¿Y ahora qué? ». Y ella, con la boca llena de risa, contestaría: «sigamos viviendo con los ojos cerrados, que siempre quedará el amor»."