Cuando dices que no crees en el amor y tus amigos te acaban poniendo el mote de Rompecorazones suele significar que cuando te enamores será hasta las trancas. Porque eso es lo que tiene el karma... pone a cada uno en su sitio, y más cuando pretendes burlar a cupido.
Carla y su amiga Karen se mudan a la ciudad para comenzar sus estudios de filosofía en la universidad.
Establecen una costumbre, un juego..., cambiar los nombres de los chicos que les gustan por los de sus filósofos favoritos, de esa forma pueden hablar delante de la gente, e incluso de ellos, sin que nadie se entere. ¿Infantil? Sin duda... ¿Divertido? También.
Carla, que recibe el apodo de Rompecorazones por sus escarceos, es una anti romántica centrada en sus estudios que no está́ dispuesta a comenzar una relación amorosa de momento, pero la vida se encargará de que llegue a conocer -¡como era lógico! - a su gran amor donde menos se lo espera. ¿Será posible que sea un filósofo de carne y hueso el que se gane su corazón? Quién sabe...
Los divertidos diálogos cargados de ironía y el encanto de los personajes convierten a Rompecorazones en una novela romántica original y difícil de olvidar.
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Rompecorazones de Guadalupe Eichelbaum no es una novela romántica al uso, en ella no vamos a encontrar una historia de amor intensa donde la fuerza de este sentimiento mueva montañas y acabe por conquistar el corazón de los protagonistas. No, este libro no va por ahí, aquí tenemos a un grupo de amigos que esperan llenar sus años de universidad con experiencias enriquecedoras, rodearse de gente con el que poder crear lazos fuertes y superar una etapa de su vida que los lleve a crecer en todos los sentidos, no obstante, si de paso encuentran el amor pues será otro punto más a tener en cuenta en su existencia. De esta forma, la trama me ha permitido salirme de mis lecturas habituales para tener la oportunidad de leer algo diferente, original y distinto que, aunque no me ha enganchado totalmente, si me ha hecho conocer la pluma de una autora que me era desconocida hasta el momento.
y Karen acaban de comenzar la universidad y se enfrentan a su primer año como estudiantes de filosofía. Ambas han dejado su ciudad natal y ahora viven en un lugar extraño donde no se encuentran del todo cómodas. Si bien, han tenido la suerte de encontrar a dos compañeros de piso, Chema y Rocío, que pronto se convertirán en sus mejores amigos, sí es cierto que todavía no tienen la confianza suficiente para intimar con gente que le es totalmente desconocida. No obstante, esta situación se mantendrá durante poco tiempo ya que Roberto, Carlos y Lidia entrarán en sus vidas para quedarse, tres personas que acabarán formando parte de su grupo más íntimo, con la que compartirán diversión, estudios y momentos de gran complicidad. Sin embargo, y a pesar de la buena relación que tendrán todos, Carla y Karen serán un dúo inseparable, su amistad desde la infancia les dará mucha más confianza, tanto es así que inventarán un juego para hablar de los chicos que les gustan sin desvelar su identidad dándole los nombres de sus filósofos favoritos, algo muy suyo que será motivo de diversión para todos. Esta sencilla travesura traerá a Carla un apodo de lo más singular, ella será la Rompecorazones del grupo pues sus escarceos amorosos demostrarán a los demás que no es una chica que esté segura de sus sentimientos, tanto es así que sus relaciones no llegan nunca a buen puerto porque teme dar el paso definitivo que la lleve a enamorarse. Así, está centrada en sus estudios y no quiere saber nada del amor, no obstante, los que menos creen son los que primero caen pues las emociones entrarán en la vida de Carla de la manera más inesperada y de la mano de un hombre que siempre ha estado a su lado. La joven tendrá de esta forma un año de lo más intenso donde los sentimientos florecerán y le dejarán tocado el corazón. Su cupido será un chico que parecía no tener un gran papel en su día a día pero que se irán colando en su vida, haciendo que la anti romántica se plantee multitud de preguntas y convirtiéndose éste en el filósofo que la ayude a superar sus miedos.
¿Puede el amor vencer todas nuestras dudas?
¿Merece la pena las relaciones a pesar del medio a que nos rompan el corazón?
Guadalupe Eichelbaum nos responde a estas y a otras preguntas sobre las relaciones en un libro que, a pesar de ser una novela romántica, se presenta más como una obra sobre reflexiones, vivencias del día a día y el relato de cómo una joven un tanto escéptica en el amor entiende el significado de este sentimiento y el poder que tiene para hacerle desterrar todos sus traumas. Así, con una prosa fresca y desenfadada vamos a ver una trama original narrada en primera persona desde el punto de vista de Carla y con unos diálogos llenos de ironía que han dado el toque especial a la misma. El lector se va a encontrar con una historia sobre el día a día de la joven, sus peripecias en este primer año de facultad, la relación que mantiene con Karen y el resto de sus amigos, y, claro está, como va conociendo a los diferentes chicos que pasarán por su vida. Todos ellos serán clave para que la muchacha llegue al final que tanto esperamos, por lo que todos le aportarán algo, ya sean buenos o malos momentos, no obstante, ninguno conseguirá franquear la barrera que le impide disfrutar de una relación. De esta forma, Carla será la protagonista principal, si bien el conjunto de personas que se unirán a su grupo de amigos también tendrá importancia a lo largo de la novela, quizás con menos relevancia, pero igualmente determinantes para el conjunto de la misma. Asimismo, veremos a nuestra heroína como una chica fuerte y decidida que sólo desea centrarse en sus estudios pues considera su futuro lo principal en este instante, siendo las relaciones algo secundario, sin embargo, esto no quiere decir que se cierre a ellas, intentará dejarse llevar por los sentimientos, pero no pondrá mucho de su parte a la hora de expresarlos, por lo que se internará en un círculo donde el final predecible es la ruptura. Una actitud que tendrá que dejar de lado cuando el amor haga mella en ella, algo que crecerá poco a poco, de forma inesperada y que la hará madurar en ese aspecto de su vida. Por lo demás será una protagonista que vendrá rodeada de secundarios con mucha fuerza, ya que Karen, Roberto, Chema, Rocío, Carlos y Lidia serán como una pequeña familia para ella donde todos se apoyarán y protegerán. En definitiva, han sido unos personajes que me han parecido muy centrados y sumamente definidos por la autora, han creado un ambiente muy creíble para una trama a la que le puede haber faltado cierta profundidad en el aspecto romántico, pues los sentimientos estaban ahí, pero no han tenido demasiada importancia en el conjunto de la obra, no obstante, es una novela que puede gustar al lector que quiera algo diferente y disfrute con este tipo de lecturas.
Rompecorazones de Guadalupe Eichelbaum es una novela diferente, con personajes sin pelos en la lengua que madurarán con cada momento compartido y que descubrirán que la vida hay que disfrutarla sin miedo a lo que nos pueda traer o a quien podamos amar.