SENSATEZ Y SENTIMIENTO
Título: Sensatez y sentimiento.
Autor: Jane Austen (1775-1817) era la hija menor de un pastor protestante que se ocupó personalmente de su educación. Llevó siempre una existencia apacible en diversos lugares del sur de Inglaterra y permaneció soltera. Siendo testigo de la época de la Regencia, empezó a escribir con tan solo 16 años, en una época en la que la que a la mujer se le asignaba un rol más tradicional y sujeto a las normas de una sociedad estrictamente patriarcal. Además de Orgullo y prejuicio, su novela más importante y famosa, también escribió Mansfield Park, Emma, Sensatez y sentimiento, La abadía de Northanger o Persuasión entre otras; además de escribir una abundante cantidad de diarios personales que retratan y reflejan la realidad de una época. Su obra es una fabrica de generar controversia, interpretaciones, alabanzas y lo que es más importante; una atracción especial hacia un público más amplio y menos especializado. Murió de tuberculosis a los 41 años dejando incompleta Los Watson, quien años después su sobrina, la también escritora Catherine Hubback, sería quien la finalizase.
Editorial: Alianza Editorial.
Idioma: inglés.
Traductor: José Luis López Muñoz.
Sinopsis: tras la muerte del señor Dashwood, su viuda y sus tres hijas, Elinor, Marianne y la pequeña Margaret, deben abandonar sus posesiones en Norland al heredar sólo el hijo mayor, fruto de un anterior matrimonio. Unos familiares las acogen en Barton Cottage, donde deberán aprender a vivir en condiciones más modestas de las que conocieron. En medio de estas circunstancias, Elinor y Marianne descubren el amor. Marianne, más romántica, se abandona a los impulsos del corazón con sus incontenibles entusiasmos que desembocan en el desencanto y la desesperación. Elinor, en cambio, sigue los dictámenes de su corazón y mantiene un admirable dominio de sí misma al enfrentarse con sus sentimientos amorosos.
Su lectura me ha parecido: irónica, más costumbrista que nunca, romántica a rabiar, plagada de contrastes casi extremos, muy interesante en el plano reflexivo...Queridos lectores y lectoras, el universo femenino siempre ha sido un verdadero imán para ciertos autores. Durante los primeros tiempos, la visión del mismo tendía a ser simplista, maniquea, incurriendo en errores garrafales y a estereotipos varios. La imagen que se tenía por tanto de la mujer distaba de la real, sin embargo, y por cuestiones que incluso a día de hoy escapan de toda lógica posible, dicha representación ha ido pasando de generación en generación. Afortunadamente, y aunque en la actualidad todavía perviven en el imaginario y en la práctica ciertos roles tradicionales asociados a la mujer, nadie puede negar que en ocasiones la luz iluminó parcialmente nuestro camino en dirección a una mayor visibilidad. Desde la mismísima Grecia clásica con los poemas de Safo de Lesbos, pasando por la pluma de Cristina de Pizán y sin olvidarnos de figuras tan importantes como Emmeline Pankhurst, Flora Tristan o Simone de Beauvoir entre otras. Cuyo ejemplo y escritos han ayudado a que el mundo se desprendiese poco a poco de esa venda llamada "sociedad patriarcal" para observar lo que tanto tiempo ha permanecido oculto. La autora de la que hoy os vuelvo a hablar genera controversia, por un lado es acusada de ensalzar lo tradicional y lo bien visto moralmente, pero por otro lado, desde los círculos feministas, se pone énfasis en que su producción literaria ha significado un antes y un después en el trato que desde la literatura se le daba a las mujeres, llegando a señalarla como la inspiración directa de los textos de la teórica feminista Mary Wolstonecraft. Efectivamente Jane Austen fue una mujer de su tiempo, y como tal, su pensamiento no es tan avanzado como muchos fanáticos de la escritora quieren ver. Sin embargo, si que es cierto que su universo femenino, con tantos matices y psicologías, resulta el trampolín perfecto para criticar ciertos aspectos de su época relacionados directamente con los roles de genero y la visión de la mujer. Inquietudes plasmadas en forma de novelas como la que hoy tengo el placer de reseñar. Sensatez y sentimiento: dos hermanas, dos formas de vivir e interpretar el amor.
La historia de como Sensatez y sentimiento llegó a mis manos es muy sencilla. No obstante, y para ser del todo sincera, tengo que confesar que éste es el libro con más controversia en lo que ha su título se refiere. Me explico. Yo sabía de la existencia de un libro de Jane Austen titulado Sentimiento y sensibilidad. No era por aquel entonces de los que más conocía de la autora, Orgullo y prejuicio prácticamente se comió en popularidad al resto de libros de la autora, pero si que más o menos conocía su argumento. Después desfilaron ante mis ojos otros títulos como Juicio y sentimiento o Sensatez y sentimiento. Lo curioso es que hasta hace unas semanas pensaba que eran libros diferentes entre si cuando en realidad son los diferentes títulos que ha recibido la novela que hoy reseño. La razón parece encontrarse en las diferentes opiniones generadas desde el ámbito de la traducción, de hecho, tal y como señalan las administradoras del blog Inquilinas de Netherfield, en el caso de la edición de Alba Editorial, se señaló que Sentido y sensibilidad era, palabras textuales "un disparate de traducción, que a la sensibilidad del corazón se le denomina sentimiento." Dejando a un lado discrepancias varias con respecto a cual es el mejor título, aunque sinceramente suena mejor Sentimiento y sensibilidad, tengo que decir que esto ha hecho que muchos como aquí una servidora nos sintiésemos confusos al respecto. No hay duda que dicha polémica ha avivado no sólo el debate, sino el interés de los lectores por esta lectura en concreto, aunque en mi caso, lo que me empujó definitivamente a leer Sensatez y sentimiento, título que ha elegido Alianza Editorial para su edición conmemorativa, fue esa curiosidad por descubrir a una autora tan amada por sus historias como odiada por creer que éstas son una pastelada. Y aunque confieso que no las tenía todas conmigo, lo cierto es que Jane Austen ha logrado sorprenderme para bien. Esta experiencia no me ha convertido en una fan total de la autora, pero si en una entusiasta de su estilo irónico y de esa descripción del universo femenino de finales del siglo XVIII principios del XIX en Inglaterra. En el caso de Sensatez y sentimiento, quinto libro que reseñamos de la autora en este blog, la verdad es que he logrado ver reflexión más allá de las diversas historias de amor que acontecen a lo largo de la trama.
En lo que respecta a la crítica propiamente dicha, comenzaremos diciendo que Sensatez y sentimiento presenta una lectura sorprendentemente amena pero que, sin embargo, debe leerse con la calma que merece. En ella encontramos la finísima y magistral ironía a la que la autora nos tiene acostumbrados, pero también, y esto es muy reseñable, un desfile de personajes tan extremos y diferentes entre si, lo que convierte a esta novela una especie de "rara avis" dentro de su producción literaria. Ya sea porque a la autora le apetecía hacerlo así o porque existe una intención detrás, lo que está claro es que Jane Austen creó una serie de personajes tan extremos como interesantes dentro del plano reflexivo. Esto añadido a el hecho de que los capítulos, según mi opinión, son más cortos que en sus otras novelas, hacen de Sensatez y sentimiento un libro que no pase desapercibido en el universo Austeniano. La historia parece ser la de siempre: al morirse el señor Dashwood, su viuda y sus tres hijas se ven obligadas a mudarse a casa de unos familiares y a cambiar sus hábitos. Todo ha cambiado para ellas, sin embargo, en esta nueva etapa de sus vidas, sus dos protagonistas principales lograrán adentrarse en el terreno del amor desde distintos puntos de vista. Lo que parece una historia ñoña sin más en realidad esconde varios e interesantes aspectos que a continuación expondremos brevemente. En primer lugar, ese cambio de nivel económico de la familia obliga a Jane Austen a ser más costumbrista. Las descripciones de la vida y las labores de aquella época son para enmarcar, sobre todo si tenemos en cuenta que en ellas queda muy bien remarcadas las diferencias entre hombres y mujeres, entre las tareas típicas del varón y las que estaban bien vistas para que las realizase el sexo femenino. Algo parecido podemos encontrar en otras novelas de Jane Austen, en especial en Orgullo y prejuicio, aunque bajo mi punto de vista es en Sentimiento y sensatez donde se visibiliza más ese tema. En segundo lugar, Sentimiento y sensatez no deja de ser la historia de dos hermanas, la historia de Elinor y Marianne, aunque sea la primera de ellas en la que recae la mayor parte del peso de la novela. Es sin duda en la construcción de estos personajes donde se puede apreciar esos extremos de los que hemos hablado antes. Mientras Marianne es más impulsiva, Elinor es más prudente. Mientras Marianne se deja llevar por la pasión desenfrenada y los sentimientos a flor de piel, Elinor se rinde a la reflexión, lo que le permite tener más control sobre sus decisiones y sentimientos en lo que a amor se refiere. Hay quien ha querido ver en este antagonismo una especie de crítica al movimiento Romántico en detrimento del culto a la razón, tan predominante en las últimas décadas del siglo XVIII, y probablemente sea cierto. Ya en La Abadía de Northanger Jane Austen criticó explícitamente a las novelas góticas de fantasmas tan típicas del Romanticismo, por lo que no es descabellado pensar que esas dos actitudes frente al amor representen el nacimiento de una época y la muerte de otra. En todo caso, hay que reconocer que la autora inglesa ha sabido describir esa relación tan intima entre las dos hermanas, mostrando incluso esa faceta oscura que dichas relaciones tienen. En tercer y último lugar, comentar que Jane Austen escribió Sensatez y sentimiento a la edad de 19 años, lo que demuestra, una vez más, que no estamos ante una escritora cualquiera. Dos años después escribiría Orgullo y prejuicio, una de las obras cumbre de la literatura inglesa a una edad muy temprana, lo que también es digno de admirar.
Adentrándonos en el terreno de la reflexión y el debate, me gustaría ir más allá de las críticas e interpretaciones que se han hecho de esta novela en concreto, pues, sinceramente podríamos estar ante uno de esos temas que todavía sigue estando de plena actualidad. Hemos comentado en el anterior párrafo la creencia de que Sensatez y sentimiento muestra una aguda crítica al romanticismo y la transición entre dos movimientos culturales, de la Ilustración al Romanticismo, representados en los personajes de Elinor y Marianne Dashwood. Esa interpretación está ahí y la verdad es que poco se le puede discutir, pues, si sabemos leer entre líneas es muy probable que sea acertada. No obstante, como crítica literaria y como lectora, me siento en la obligación de ir un paso más allá y aventurar una impresión. Además de evidenciar ese cambio de ideologías en el paso del XVIII al XIX y de que represente todo un universo social muy interesante para estudiar y analizar, creo que en Sensatez y sentimiento se aprecia una crítica al amor romántico. Pasa desapercibida, es más, es casi invisible a ojos del lector que lo único que busca es una lectura rápida y sin complicaciones. A lo mejor es una opinión metida con calzador, pero pensarlo. Por un lado tenemos a Elinor, la mayor, cuyo carácter se define por la prudencia influenciada por una actitud más reflexiva y razonada. Sin embargo, también nos encontramos con una personalidad muy para adentro, es decir, que todo lo que le pasa y sus sufrimientos se los guarda para ella sola. No le parece bueno ir por ahí descargando la frustración de los malos momentos por ahí y en otras personas. El dolor es suyo y sólo suyo, lo que le permite, como hemos comentado en el primer párrafo, tener más autocontrol sobre sus propias emociones, sean las que sean, incluyendo las que tienen que ver con el amor. Por otro lado, Marianne es totalmente diferente. Más impulsiva, menos parada, más inquieta, más apasionada si cabe. Su idea del amor es efímera y que hay que lograr cazarlo cuanto antes, y si este es arrollador, mucho mejor. Contagia su estado de animo a los demás, te alegras con ella, sufres con ella y si no es así, es decir, si te rindes a la moderación, entonces es que no sientes nada. En ese sentido y siguiendo esta opinión, personal y subjetiva por supuesto, podemos observar como esa idea del amor que representa Marianne, que no es otra que la del amor romántico, parece casi ridícula a ojos del lector. Jane Austen parece haber encontrado en ese contrapunto entre las dos hermanas la posibilidad de reflexionar sobre ello, sobre como esa idea tan artificial y perfecta del amor solo responde a un tipo de sociedad de apariencias y deberes, la misma que Jane Austen vivió y que de seguro, debido a su soltería, le tocó padecer. Por eso, y por otorgarle mayor protagonismo a Elinor en la novela, pienso que se pone en evidencia esa crítica a una irreal interpretación del amor, una interpretación ante la que nos hemos rendido y de la que a día de hoy aún estamos padeciendo sus terribles consecuencias. Tanto Elinor como Marianne encuentran el amor y se enamoran, pero sus diferentes formas de vivirlo representan uno de los debates contemporáneos más importantes en lo que a comportamientos culturales se refiere. Sensatez y sentimiento: una historia de amor, personalidad, diferencias, relaciones entre hermanas, perdida de poder adquisitivo...Una novela precoz pero fascinante.
Frases o párrafos favoritos:
"No fue mi intención ofenderte con palabras tan mesuradas a mis propios sentimientos. Créelos más fuertes que los declarados por mi".
Película/Canción: en el año 1995 se estrenó la película más famosa basada en esta novela. Dirigida por Ang Lee y con las interpretaciones de Emma Thompson, Kate Winslet, Alan Rickman y Hugh Grant entre otros, logró gran popularidad entre el público y gracias a esta película la propia Emma Thompson logró hacerse con su segundo Oscar, esta vez el de mejor guion adaptado.
¡Un saludo y a seguir leyendo!
Cortesía de Alianza Editorial